Nace una orquesta. Comenzamos nuestro programa con una Orquesta Clásica. No tiene trombones, ni tuba… y hay sólo 27 músicos. ¿Por qué no hay más?… Porque interpretan una obra del clasicismo, que necesita tan sólo una orquesta clásica, no una romántica. Ésta es música del siglo XVIII, y no del XIX o XX.
Es impresionante escuchar cómo la orquesta va desapareciendo, de qué manera se le escapa la vida a cada uno de sus órganos: la respiración de los instrumentos de viento, el latido del corazón de la cuerda. Una cosa es cierta: escuchando y entendiendo cómo se escapa la vida, también comprendemos mejor lo contrario: cómo surge. Por eso el programa de hoy no se titula “Muere una orquesta”, sino “Nace una orquesta”.
Cuatro historias donde se cuentan diferentes formas de hacer nacer o morir una orquesta: Haydn (Sinf. 45), J. Strauss (Perpetuum mobile), Ravel (Bolero) y Rimsky-Korsakov (Capricho español)
Incluye unas nociones preliminares sobre el manejo y utilización de las Trompetillas de Plástico y los sistemas resultantes de su combinación con globos, mangueras y fuelles.
Con la facultad que me confieren los muchos años dedicados al estudio de estos apasionantes instrumentos de plástico, puedo asegurar a los interesados que, con una buena selección de trompetillas y un estudio adecuado y constante, conseguirán, no sólo interpretar estos estudios, sino también un amplio repertorio, desde las más difíciles piezas de jazz y de moda hasta los más complejos conciertos de trompeta barrocos o contemporáneos (siempre, por supuesto, en las adecuadas transcripciones a las trompetillas de plástico).
Espectáculo para quinteto de metales y cartas del tarot
Imagen, orden, desorden, azar, relato, micropieza, humor, determinación, imprevisto, personaje, símbolo, destino, predictivo… son algunos de los ingredientes empleados en éste concierto que sin duda no dejará indiferente al alumnado de Educación Secundaria.
“Relatos Imprevistos” es una propuesta sencilla y original en cuanto a la puesta en escena y llamativamente curiosa e interesante en cuanto al desarrollo argumental y musical.
Mediante la utilización azarosa de las cartas del Tarot, tan sólo por lo que transmiten sus imágenes narrativas y la escucha de una serie de combinaciones de micropiezas musicales escritas para instrumentos de viento metal, a lo largo del concierto se irán desarrollando interesantes relatos e improvisaciones y/o “alteraciones” de los mismos, predispuestos en algunos momentos e impredecibles en otros.
Estrenada en el Palacio de Congresos Gran Canaria, marzo de 1999 por Jesús Pérez Dámaso (marimba)
Con el percusionista Rodrigo Martínez Roncero. Teatro Lope de Vega (Valladolid)
Insectos Infectos es un cuento “políticamente incorrecto”, es decir, hay lucha, discusión e insultos, mueren unos cuantos bichos, otros salen mal parados… es una lucha desigual por la supervivencia ….. Leer más […]
Cuento musical semiescénico para dos intérpretes de tuba, cuatro trombonistas, un batería y un narrador
Encargo del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea
Estrenada en el 14º Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante, el 24 de septiembre de 1998.
PARTES DE LA OBRA
Introducción 1ª – Fanfarrias y llamadas
Introducción 2ª – Crónica del día
Escena 1ª – Los espontáneos hacen la música
Escena 2ª – El teatro revive
Escena 3ª – El sueño de Miguel
Escena 4ª – Solo, canon y trabalenguas.
PIEZAS MUSICALES
1º – Fanfarria – sexteto y percusión, fuera de escena
2º – Balada – sexteto y percusión, fuera de escena
3º – El motor – 4 trb. y batería, en escena.
4º – Bostezo – 4 trombones, fuera de escena.
5º – Parodia – caracolas, fuera de escena.
6º – Caos – 4 trombones atacando al público.
7º – El sueño de Miguel – 2 tubas, 2 mimos y recitador
8º – Solo – tuba
9º – Cánones – tutti y público
10º – Trabalenguas – tutti
11º – Efecto lejano – caracolas
El nacimiento de esta obra se produce por la azarosa carambola de tres proposiciones entre amigos. Para hablar de la primera nos remitiremos al verano del 93. Concretamente nos detendremos en el avión que nos lleva a unos cuantos profesores a impartir un curso de educación musical al Orff Institut de Salzburgo. Es Sofía López-Ibor, compañera de asiento, quien, aprovechando los meandros de una conversación trivial me hizo la siguiente sugerencia: “¿Por qué no compones un canon en un compás raro para enseñarlo en mi clase?” Puse manos a la obra allí mismo y al rato le dediqué un canon a 5/8, con tres entradas, que titulé Tuve tubos por un tubo (su curso tenía como tema “los tubos”). Al final se demostró que era algo difícil para montar en una clase y allí quedó, más o menos olvidado.
Cuatro años después, Miguel Moreno, tubista y animador constante del homogéneo panorama musical madrileño, me llamó por teléfono para hacerme una segunda proposición, similar a la primera: “¿Por qué no compones una obra para niños dedicada a mi grupo, The Sir Aligator’s Company?”. La cosa iba tomando forma cuando llegó el tercer “por qué no…”. Éste me tocó hacerlo a mí, y la destinataria fue Consuelo Diez: “¿Por qué no estrenamos una obra para niños en el Festival de Alicante?”… A esta virtual carambola a tres bandas le siguió una operación matemática: si al fruto de estos tres encargos le sumáramos un guión, unos textos, unos meses de trabajo y un montón de cambios, variaciones, desarrollos y juegos, nos podría dar como sumando un cuento musical semi-representado que se estrenaría hoy. Pues exactamente eso es lo que ha ocurrido. El germen de toda la música de ‘Tuve tuba por un tubo’ es, por tanto, aquel canon que, tomando distintas apariencias (violenta y guerrera, triste y ensoñadora…), cierra ese largo viaje que empezó hace cinco años en un avión y concluye ahora en un teatro. Gracias, por tanto, a esos tres amigos que han puesto su confianza al alcance de mi corto ingenio.
Es éste un espectáculo elemental, participativo y didáctico donde se buscan relaciones entre sonido, movimiento, lenguaje y dramatización. Los músicos son los protagonistas de la historia: todos ellos salen y entran, se mezclan con el público, gesticulan y se mueven en coreografías muy simples; de esta manera se establece un juego teatral con el rito del concierto, con la pasividad-actividad del público, con la paradoja del escenario, con los tiempos presente, pasado y futuro… Otro de los objetivos prioritarios de esta obra es contribuir a conformar un repertorio de obras que introduzcan a niños y profesores en la estética sonora de nuestro tiempo. Creo que es una tarea esencial educar la sensibilidad de “todos” los públicos de hoy hacia sonidos y músicas actuales; y, ¿qué mejor que hacerlo a través de obras musicales concretas que se muestren con meticulosos tratamientos didácticos, sin por ello descafeinar sus lenguajes expresivos?. Partiendo de este principio, Tuve tuba… utiliza procedimientos compositivos que van desde el puro y simple efecto sonoro, hasta la aleatoriedad, contrapuntos tonales y atonales, polirritmias variadas, ritmos de jazz, solos virtuosísticos, improvisaciones, cánones y piezas de estructuras simples y complejas… un cosmos musical que se muestra engarzado por el hilo de un cuento que, obviamente, no contamos para no despachurrar sus intríngulis.
Seis micropiezas para cuarteto de cuerda – 2000 4:08
Cuarteto Tema
Estrenada en el Auditorio Nacional.
RTVE, 2000
Algunos de los enigmas de Música sobre la marcha –programa de las mañanas en los felices 80 de Radio 2– están tras las iniciales que encabezan cada una de las seis micropiezas que integran este cuarteto de igual nombre.
C.G.M. – Concha Gómez Marco, productora del programa y persona fundamental en la emisora. Espero que no me mate por la contradicción de este Violento allegretto.
E.A. – Elly Ameling. Para ella, el sentimental Andante de un incondicional.
C.(J.)A. – Carlos Arévalo. Su inigualable sensibilidad y pulcritud en los mandos lo elevan al Olimpo de los elegidos. Para su bandurria virtuosa un Pasodoble Pizzicatto.
J.C. – Un lento, sencillo y escueto Réquiem para Juan Castro, poeta y amigo, cuya ausencia lamentaremos siempre.
E.O. – Enrique Ortiz es el oyente modelo: crítico y apasionado en sus opiniones, Grave y Andante en sus grabados.
A.R. – Arturo Reverter, el jefe. Un agridulce Allegretto a modo de despedida para quien me encargó el programa de radio que cambió mi vida de raíz.
Para silbido y cacharritos – 1991 5:46
Plásticos Palacios
Estrenada en el Circulo de Bellas Artes, dentro de la Bienal Madrid-Burdeos. 1992
RTVE, 1992
Escuchar AUDIO
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Cantaleta: confusión de voces con la que se hacía burla a alguien. Canción burlesca que se le cantaba a alguien generalmente por la noche. Virutilla: residuo enrollado arrancado de cualquier cosa, por ejemplo, el sacado por el estilete al grabar el surco de un disco sonoro. Canciones que amamos y odiamos burladas por la confusión, aniquiladas en su repetición, despedazadas por la dinamita del soplo obsesivo. El silbido como afilado estilete diseccionador de caprichosas coplas que, a fuego, están grabadas en nuestra memoria sonora. Melomanía residual, povera, polícroma, descubierta y mimosa: amante del equilibrismo y del diálogo sosegado de la siesta. Cantaleta en virutillas.
ARTILUGIOS E INSTRUMENTOS PARA HACER MÚSICA Fernando Palacios y Leonardo Riveiro
Ilustraciones de Laura Terré ME LO PIDO – Ópera tres. Ediciones Musicales. Madrid, 1990
PRÓLOGO
“Con un intervalo de tres años conocí a Leonardo Riveiro (Leo, para los amigos) y a Fernando Palacios (Rudy, cuando se transforma en virtuoso de la trompetilla de plástico), en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Desde entonces, mi admiración por su talento para descubrir sonidos, transformando en instrumentos musicales los objetos más insospechados, se ha visto siempre sorprendida por la desbordante capacidad de ambos para hacer de la música una aventura apasionante, o lo que es lo mismo, para saber hacer de la vida un divertido juego sonoro.
En una magnífica serie de la televisión canadiense titulada “La Música y el Hombre” y realizada en 1979, el gran violinista Yehudi Menuhin recordaba lo mucho que le había gustado escuchar una vez, en África, el retumbar de unos tambores, situados a gran distancia entre las colinas, con los que dos amigos se despedían, al atardecer, dándose las buenas noches. Para Menuhin esa acumulación de objetos resonantes y vibratorios, que son los instrumentos musicales, constituye uno de los grandes milagros de la humanidad, porque permiten combinar, sin necesidad de palabras, el pensamiento con los sentimientos. Y es que, a lo largo de la historia, el hombre no ha cesado de buscar en los instrumentos musicales la prolongación de su propia voz con la que antes de hablar, según los antropólogos, se expresaba musicalmente.
Este libro es precisamente eso: una acumulación de objetos vibrantes que esperan en el silencio de sus páginas la colaboración de nuestro oído para llenarse de sentimientos y hacerse realidad. Cuando esto ocurra, y sólo entonces, podréis decir que habéis descubierto su secreto, que lo habéis leído.”
La música que suena en este disco está compuesta expresamente para la pequeña historia de la gran orquesta que se cuenta. En ella se pueden escuchar todos los instrumentos de la orquesta por separado, reunidos en familias y todos juntos. Además, aparecen otros que no son los habituales en las orquestas sinfónicas, como los saxofones o la guitarra. Los instrumentos de cuerda tocan una especie de marcha, los saxofones con un ritmo muy parecido al del jazz, los instrumentos de viento-madera llegan con una música suave y algo misteriosa, la guitarra con sonidos que nos traen recuerdos de castillos con trovadores y juglares. Como si fuera un desfile, se presenta una potente fanfarria, que es la tarjeta de visita de los instrumentos de percusión y de viento-metal. Por último, el piano hace un típico solo de concierto y da paso a toda la orquesta en una brillantísima pieza final.
. Una formación instrumental fuera de lo común interpreta músicas desde la Edad media a nuestros días.
. Grupo “The Sir Aligator’s Conmpany”
. Músicas para metal de diferentes épocas
. Texto: Fernando Palacios
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Os presentamos cuatro trombones y dos tubas, un grupo absolutamente equilibrado, capaz de interpretar músicas inverosímiles y hacer pasar por sus instrumentos todo el repertorio de la historia de la música, tanto si es clásica como si no. El programa está constituido por piezas variadas de diferentes épocas de la historia de la música. Como el ciclo hace referencia a la música española, las obras son todas nacidas en nuestro país. Tiene tres partes bien definidas.
La primera parte contiene piezas de música antigua española, representativa de toda una época de oro: la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. Vamos a poder escuchar melodías que se superponen en forma de canon (Llivre Vermell); canciones a varias voces; bailes de la época; representaciones de batallas; y música para el esparcimiento.
La segunda parte trata de una obra, con varias partes, muy típica del famoso compositor Isaac Albéniz. Así, en su Suite “España”, vamos a dar un buen viaje por Andalucía, Cataluña y País Vasco. Completa este capítulo el Preludio de La Verbena de la Paloma, de Bretón, conocido por todos.
La tercera y última parte va a tener tres piezas de distinta factura. Por un lado, el pasodoble La Gracia de Dios; después vendrá la famosísima copla Tatuaje; y, para finalizar, Oda al calamar, una de las muchas piezas marchosas que el grupo interpreta en los “guariches” nocturnos donde acostumbra a actuar.
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