16 Ago

2) El barco de papel

Espectáculos didácticos. Pajaritas a           Espectáculos didácticos. Pajaritas b

Cuento musical para niños y familias

. Las aventuras de un barquito de papel, con piano y voz
. Formación 4: Piano a 4 manos, cantante y narrador, con papiroflexia y animales de juguete.
. Música: Debussy: Petit Suite, Claire de Lune, Preludes Fauré: Dolly y canciones
. Texto y propuesta didáctica de Fernando Palacios
. Intérpretes: Fco. Luís Santiago y Menchu Mendizábal y Virginia Prieto (sop.)

Dos de la sobras francesas más importantes del piano a cuatro manos y destinadas al público infantil. Algunas de las piezas se han convertido en canciones para que cantemos todos.

Este cuento musical narra la historia de un pequeño barco de papel que se pierde durante un paseo familiar nocturno, abandonando el tranquilo lago donde vivía y yendo a parar a un río.  La noche, la corriente del agua, el viento, lo desconocido… múltiples peligros le acechan en su viaje por el cauce de un río. Pero también será un punto de encuentro con nuevos amigos: la mariposa, la libélula, la araña, el loro, la rana, el grillo y, sobre todo, el inteligente colibrí, estarán a su lado.

El origami es un arte de origen oriental que consiste en crear figuras en volumen con papel, por medio de una serie de pliegues precisos y concretos. Aquí lo denominamos papiroflexia. Durante el cuento musical veremos muchos personajes realizados según esta disciplina y, también, aprenderemos a hacer alguno.

16 Ago

1) Juegos de niños

Espectáculos didácticos. Juegos de niños a      Espectáculos didácticos. Juegos de niños b

Concierto participativo para niños y familias

. El presentador juega con el público mientras se interpretan las 12 piezas.
. Formación 3: Piano a 4 manos, narrador y proyecciones
. Música de George Bizet: Jeux d’enfants
. Texto y propuesta didáctica de Fernando Palacios
. Ilustraciones: Pieter Brueghel y Jesús Gabán
. Intérpretes: Francisco Luís Santiago y Menchu Mendizábal
. Ediciones: Agruparte

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Cuando George Bizet tenía 35 años, tuvo un ataque repentino de nostalgia recordando los juegos de cuando era niño. Estos recuerdos dieron paso a la inspiración y ésta a una colección de pequeñas piezas para piano a cuatro manos que tituló Jeux d’enfants (1871)

Fernando Palacios ha investigado las relaciones que existen entre la música de Juegos de niños de Bizet y los juegos tradicionales, y ha escrito unos textos que quieren ser pistas para comprender mejor la música, y una invitación a jugar escuchando. Por eso, en este concierto se juega con la música… o, lo que es lo mismo, se escucha música jugando.

La primera idea de hacer un cuadro en el que se representara a un montón de niños jugando la tuvo, en 1560, un famoso pintor flamenco llamado Pieter Brueghel “el Viejo”. 440 años después, el ilustrador Jesús Gabán (que ha sido varias veces Premio Nacional de Ilustración Infantil y que ha hecho exposiciones y publicado libros en medio mundo), basándose en el cuadro de Brueghel, ha realizado otro nuevo muy parecido al antiguo, pero renovando el vestuario y modernizando algunos juegos.

11 Ago

39 A modo de conclusión

Programa radiofónico  nº 39 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Un breve resumen de los puntos más importantes tratados en los capítulos anteriores, que han pretendido observar el hecho musical de una forma desprejuiciada en su acercamiento y amplia en su contenido.

Haz clic para acceder a 39-A-modo-de-conclusion.pdf

♫ Cuando llega el último programa de una serie (es decir, cuando llega un día como el de hoy), aparece el desagradable fantasma de la despedida. A mí no me gusta nada despedirme, bueno, ni a nadie (supongo), pero es irremediable. Si no nos proponemos metas y fines no llegamos nunca a desarrollar una sucesión lógica de las cosas, y SONIDO Y OÍDO fue un espacio concebido desde el principio como una serie de 39 programas, ni uno más, ni uno menos. El nº 39 fue pensado como recapitulación; así que, eso me corresponde hacer ahora: repasar, resumir, recordar y concluir. Hoy vamos a realizar una breve travesía por los 39 programas pasados; vamos a rememorar algo de la sustancia que pudo tener cada uno de ellos A MODO DE CONCLUSIÓN  ♫

La esencia del primer programa, titulado ¿QUÉ ES? ¿QUÉ NO ES?, podría ser la siguiente: “lo que no se conoce es muy difícil que guste”. Un chaval en una encuesta dice: “todo es música: el sonido de la lluvia, el canto de los pájaros, el silencio…” y también (claro está) lo que emite Radio 2 Clásica  ♫

¿Recordáis los mensajes del baúl del programa anterior? Uno de ellos decía: CONOCE LOS ELEMENTOS, NECESITAS 10 INTENTOS, exactamente el número de elementos que tiene la música: el sonido y el silencio, que son sus materiales; el pulso y el ritmo, los motores; la melodía, que es la superficie; la armonía, el acompañamiento; el contrapunto, que es el diálogo; la forma, que es la colocación de los elementos; la coherencia, que es la unidad; y el contenido, que es la sustancia. Si conoces bien los elementos, disfrutarás más de la música. ♫

A veces es divertido ojear una revista o un libro hacia atrás, empezando por la última página y acabando en la primera. Eso mismo hicimos con UNA BREVE HISTORIA ACELERADA. Empezamos en la música del futuro y acabamos en la de los hombres primitivos. ¡Y nos quedamos tan anchos! ♫

Hay instrumentos que suenan cuando se les sopla; son los INSTRUMENTOS DE VIENTO. Los hay de plástico, caña, madera, cristal, metal, barro, hueso, calabaza, piel, goma y papel. Cada instrumento se hace con su material correspondiente. Ninguno es mejor que otro: son simplemente, distintos. ♫

El quinto programa pretendía decirnos esto: CANTAR ES ALGO MUY SANO. ♫

El siguiente programa tenía un título que ya era una conclusión: QUERAMOS O NO QUERAMOS, SIEMPRE SONAMOS. ♫

En el principio era el RITMO. El ritmo lo invade todo, hace más fáciles y llevaderas todas las actividades de la vida; es el cuerpo de la música y el movimiento ordenado. ♫

Si componer es inventar música, improvisar es hacer dos cosas simultáneamente: inventar música e interpretarla, todo a la vez. Improvisar música debe ser como hablar con naturalidad. Esto era parte del meollo del octavo programa dedicado a IMPROVISAR Y CREAR ♫

La noche, el amanecer, el crepúsculo… son motivos de inspiración musical, por lo tanto es enormemente atractivo hacer un recorrido por músicas relacionadas con NOCHES Y DÍAS, comprimir las 24 horas del día en media hora de radio. ♫

El décimo programa se dedicó a las ADIVINANZAS MUSICALES. Conclusión: lo de menos es la adivinanza, lo importante es la música que podemos escuchar gracias a un juego. ♫

Las obras musicales enormes siempre tienen el problema de aburrir con su gran dimensión. Las enanas tienen el peligro de no llegar a decir nada en tan corto tiempo. Los compositores geniales son los únicos capaces de salir airosos de estas situaciones. Esto pertenece al programa MICROBIOS Y GIGANTES. ♫

LOS PÁJAROS son capaces de hacer de todo con sus cantos: hermosas melodías, variadísimos ataques, matices sutiles, variaciones imaginativas… Todo lo que entendemos por música es realizado a la perfección por los pájaros. Este es el espíritu del duodécimo programa que estuvo dedicado a los ilustres cantores con plumas. ♫

Un simple paseo puede convertirse en un CAMINO MÁGICO DE LA AVENTURA si le echamos imaginación. A partir de una experiencia que tuve con mi sobrino Pablo, surgió este programa. ♫

Arcos, liras, arpas, laudes y cítaras son las cinco posibilidades de LOS INSTRUMENTOS DE CUERDA. Cualquier instrumento de cuerda, por complicado que sea, pertenece a uno de estos cinco grupos. No hay que olvidarlo: arcos, liras, arpas, laúdes y cítaras. ♫

Si el programa número 15 consiguió que nos dejáramos llevar por el ritmo y que nos imagináramos los VESTIDOS Y ATUENDOS de las danzas que sonaron, objetivo cumplido. ♫

Sin movernos de nuestro sitio podemos encontrar órdenes y caos en las cosas, en los objetos, en los sonidos. Es un juego que no termina nunca, es casi una forma de vida: es vivir en el arte. Esta era la propuesta del programa titulado: EL ORDEN Y EL CAOS. ♫

TODO EL MUNDO CANTA: recorrer pequeños países a través de sus canciones es otra manera de viajar, y ésta sí que está al alcance de todos nosotros. ♫

Las melodías se ocultan de muchas maneras con la intención de que nos interesemos por ellas, es decir, para que las busquemos y observemos sus disfraces. Parece algo raro esto que os digo, pero el programa MELODÍAS OCULTAS quería, de alguna manera, desvelar los escondites de las melodías. ♫

Hay muchas músicas que se pueden hacer con casi nada, CON CUALQUIER COSA, con los primero que pillamos; el asunto es dar con el objeto adecuado, sacarle el mejor sonido posible y hacer una música para él. ♫

El programa TORTUGAS Y GALGOS venía a decir lo siguiente: unas músicas son pausadas y se expresan con tranquilidad, sin prisas, diciendo las cosas poco a poco, todo a su tiempo… Al contrario de éstas, están también las músicas vertiginosas, y se expresan con mucha actividad, con prisa, diciendo las cosas rápidamente y sin esperar nada. Normalmente, para evitar la monotonía y la repetición excesiva, se suelen combinar estos dos tipos de música; así hay variedad y la atención no se distrae. ♫

Las previsiones de EL HOMBRE DEL TIEMPO son estupendas para hallar relaciones con la música: tormentas, vientos, marejadas, días soleados, tempestades… La música es muy amiga de describir estas situaciones meteorológicas. ♫

El programa ¿QUÉ ES LO QUE MÁS NOS GUSTA? se podría resumir en estos cinco puntos: 1º Todos podemos gozar de la música. 2º La música no acaba en el pop-rock, hay otras muchas cosas estupendas. 3º El gusto se puede modificar perfectamente. 4º Hay que arriesgarse a disfrutar con lo nuevo. 5º El arte proporciona felicidad. ♫

EL PIANO es el instrumento de mayor amplitud, el mejor comediante, el más intelectual, el más romántico, el más burgués… y sin duda, el que tiene la biografía más fascinante. De esto trató el programa 23. ♫

Otra de las frases del baúl del anterior programa es esta: “EL SILENCIO SIEMPRE ES REY, todos acaten su ley”. Este espacio ha acatado esa ley a rajatabla, hasta el extremo de acabar diciendo: “el silencio es la más hermosas de las músicas”.

Fernández componía músicas que ya estaban compuestas, sin él saberlo. A lo mejor no estaba loco, si no que hacía lo mismo que otros muchos compositores: INVENTABA MÚSICA QUE YA SE HABÍA INVENTADO. ¡Otros hacen lo mismo y no les internan en un manicomio! ♫

Puedes que a muchas personas le de igual, pero, a otros nos parece magnífico que haya MÚSICAS PARA TODAS LAS OCASIONES, por eso el programa 26 trató de las músicas funcionales, o sea, de las músicas que se utilizan para casos concretos, que acompañan las distintas situaciones de la vida. ♫

El programa 27 se tituló: SOMOS REPETICIÓN. De él vamos a sacar algunas frases: todo lo que gira repite; todo lo que existe, repite; dentro de la repetición hay variación y creación; la repetición es un acto de comodidad; aprendemos repitiendo; vivimos repitiendo; repetir es la vida misma. ♫

LA MÚSICA Y EL TEATRO se llevan muy bien entre sí. Aunque los dos pueden vivir perfectamente separados, también viven estupendamente juntos. Seguramente porque la música tiene mucho de teatro y el teatro mucho de música. ♫

El programa 29 trató de las diferencias entre OÍR, ESCUCHAR, Y ENTENDER. Algunas de sus conclusiones son éstas: oír sin escuchar es un aburrimiento; escuchar educa nuestro oído y nos hace mejores; hacer música es importante para entender la música.

De entre todas las familias instrumentales, la de la percusión es la que tiene más fácil acceso para todo el mundo. Por eso no nos extraña que la mayoría de los instrumentos didácticos sean de GOLPEAR, RASPAR O FROTAR. ♫

Del programa dedicado a los SONIDOS EN LIBERTAD vamos a recordar una frase de John Cage que dice así: “Según un texto del Tíbet, debemos trabajar como si escribiéramos en el agua. Cuando se trabaja en el agua no queda nada. Así que tenemos  libertad para hacer lo que queramos porque el agua lo absorbe todo. Es una idea maravillosa. ♫

La pasión, el entusiasmo, la efusividad y el arrebato están íntimamente relacionados con el calor, con las llamas, con el fuego. Por eso decimos tantas veces: las llamas del amor, la fogosa pasión o el ardiente corazón. El programa 32 estuvo dedicado a TODOS LOS FUEGOS, EL FUEGO. ♫

Hay tensiones que nos crean gratas emociones, otras angustia. Hay relajaciones que nos traen alivio, otras nos aburren. LA TENSIÓN Y LA RELAJACIÓN son complementarias: no pueden vivir la una sin la otra. A la música le ocurre lo mismo. ♫

Y de la Tensión – Relajación pasamos a UN ASUNTO DE PERSPECTIVA, porque la música también tiene su espacio y su relieve. ♫

Desde el Renacimiento hasta nuestros días, la música occidental ha estado, y está, repleta de sonatas. Además, es muy importante saber que la forma sonata ha sido el eje compositivo durante 200 años. ¿Cómo no íbamos a dedicar a LA SONATA un programa? ♫

Hay MÚSICAS QUE NO TIENEN PESO, que no tocan el suelo. Se mantienen en el aire de una forma relajada sin tensiones de ningún tipo: como esas aves que se sostienen en el espacio sin mover las alas. ♫

El programa antepenúltimo estuvo dedicado a INSTRUMENTOS RAROS Y MÁS RAROS. Todo el programa se basó en este principio: “para sonidos nuevos hay que inventar nuevos instrumentos, o bien, tocar los conocidos de otra manera. ♫

La síntesis del penúltimo programa podría ser ésta: “Sólo queda una salida, la música es vuestra vida”. ♫

Y ya estamos en el de hoy. ¿Cuál podría ser la conclusión del último programa? Muy sencillo, ésta: “En música no hay una sola conclusión, sino muchas. En este caso hay 39”. ♫

Ya habéis oído: Todo tiene su final, nada dura para siempre. ¿Sabéis qué quiere decir eso? Pues que SONIDO Y OÍDO termina aquí. ¿Os ha gustado? ¿Os ha servido para algo? ¿Habéis aprendido alguna cosa? Si es que sí, yo estoy encantado, sobre todo porque soy de los que piensan que la música no sólo hay que escucharla, hay que hablar de ella ¡Y mucho! Yo creo que, sobre todo en nuestro país, hay que hablar mucho de música: sólo cuando se entienden ciertas cosas, se disfruta después. ♫

Por último, recordad aquellas frases del baúl: “Si al final algo aprendiste, transmite bien lo que oíste” porque “La música te demuestra que es una llave maestra”.

Carlos Arévalo, el genial técnico de sonido y yo, Fernando Palacios, nos despedimos diciéndoos que para nosotros ha sido toda una experiencia haber hecho esta serie de programas y esperamos que, alguna vez, nos volvamos a oír por las ondas. ♫

Nuestra querida amiga Rosa, pone el epílogo a la serie.

Dicen los sabios que nada muere, sino que todo se transforma, siendo así el final de algo y siempre el comienzo de otra cosa. ¿Sí? Bueno, pues nada más que por eso os voy a regalar una frase que pudiendo ser el resultado de una experiencia pasada, será al tiempo el comienzo de otra experiencia maravillosa. La frase en cuestión fue un regalo que le hizo a nuestro amigo Fernando Palacios la tía Petra de Cornago, un precioso pueblo riojano, y que Fernando a su vez me regaló a mí hace algún tiempo, y es la siguiente: “Mira hijo, todo lo bonito es bonito”

Hasta siempre. Adiós, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

11 Ago

38 La historia de mi baúl

Programa radiofónico  nº 38 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

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Un baúl que se pierde en la guerra y se localiza después en Afganistán. Una investigación nos ha permitido saber que perteneció a Yalal ad-Din Rumi, quien le confirió efectos sobrenaturales. Al final, el cuento nos desvela algunos de sus misterios.

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♫ Hace unos cuatro años me llamó por teléfono mi tío abuelo Tomás, el hermano de mi abuela Josefa, la de Cornago. Mi tío Tomás vivía solo desde siempre en una casa del centro de Madrid, de esas grandes, antiguas, llenas de cosas y con gruesas cortinas por todos lados. Siempre fue un hombre un poco raro y reservado, seguramente por haber tenido un pasado algo enigmático. De todos modos, a mi me tenía mucho cariño. Bueno, el caso es que me llamó para que fuera a visitarle, tenía algo muy importante que decirme ♫.

Cuando llegué a su casa ya me estaba esperando impaciente. Me condujo hasta la última habitación del pasillo, que siempre estaba cerrada, y allí me enseñó un desvencijado baúl  de cuero que, entre telarañas, reposaba en un oscuro rincón. Nos sentamos alrededor de él y empezó a hablar. Me dijo que desde hacía tiempo quería contarme la historia de aquel viejo baúl, pues el día de mañana sería mío. También me puso una condición: debía mantener el secreto hasta su muerte.

Hace un año y medio falleció mi tío abuelo Tomás. En el testamento dejó bien claro que el baúl era para mí. Y así es. Desde entonces tengo este tesoro aquí, aquí en mi habitación, y ya no tengo por qué mantener su secreto. Por eso os voy a relatar la fascinante aventura de este antiquísimo arcón. Os voy a narrar LA HISTORIA DE MI BAÚL ♫.

Para empezar esta historia vamos a situarnos en 1900. Fue en este año cuando un antepasado mío compró el baúl. Era ni más ni menos que Demetrio Murga, conocido en todos los puertos como Capitán Murga, marinero y aventurero. Era tío abuelo de mi tío abuelo Tomás, o sea, una especie de tatarabuelo. Según me dijo mi tío Tomás, el Capitán tenía un cierto parecido, en su físico y en su carácter, con el personaje del cómic Corto Maltés, o sea, era valiente, noble y sentimental ♫.

Murga, solía pasear los domingos que tenía libres por el bazar del puerto de Barcelona. Fue allí donde un día, en un puesto de cacharros exóticos que tenía un extravagante faquir indio, se quedó prendado de un raro baúl con aspecto de tener muchos años. Fue como un flechazo. Murga se encaprichó de él, pero no entendía por qué le querían cobrar un montón de dinero por un arcón hecho polvo. El faquir le contestó que aquel no era un baúl normal, ni mucho menos. Tenía unos efectos muy especiales que no podía desvelar. Sólo quien invirtiera en su compra toda su fortuna y lo abriera, podría disfrutar de aquellos particulares efectos. Algo especial debía tener aquel baúl para que el Capitán Murga empeñase todo su dinero. Por algo sería.

Nuestro personaje vivió catorce años acompañado de su baúl. Pero estalló la I Guerra Mundial ♫. En esta terrorífica guerra tuvo que combatir en primera línea de fuego. En una de las sangrientas batallas, su barco fue alcanzado y hundido. Por los pelos pudo salvarse. Pero el baúl desapareció ♫.

En un hospital de Constantinopla el Capitán Murga conseguía reponerse de sus heridas, pero no de la terrible ausencia de su baúl. Pasaba las horas deprimido y hundido en un oscuro vacío. No sabía exactamente lo que le pasaba, sentía como si le faltara algo de su cuerpo. Sólo estaba seguro de una cosa: era la separación de su baúl la causante de todo aquello ♫.

Un día, mientras estaba sumido en su monótono letargo, creyó ver una señal en el vuelo de un pájaro. Él no supo por qué pero, de repente se iluminó su cerebro. Era un mensaje que le llegaba con toda nitidez: si viajaba en la dirección del vuelo de aquel pájaro, llegaría hasta su baúl ♫. No lo dudó dos veces. Saltó de la cama con renovadas fuerzas y partió en busca de aquel potente imán. Estaba seguro de que, dejándose llevar por su intuición, daría con él. A caballo, en tren, por mar, andando… cualquier sistema era bueno para alcanzar su objetivo. Por fin, tres años después, en Bajel, una ciudad abandonada de Afganistán, encontró lo que buscaba. Entre las ruinas estaba su baúl. ¿Cómo había llegado hasta allí? Nadie lo sabe, pero allí estaba. Un misterio más de aquél mágico cacharro ♫.

El Capitán Murga volvió con su baúl a España y ya no sabemos mucho más de su vida. Sólo que llamó a su sobrino-nieto Tomás, o sea, a mi tío abuelo (¿os acordáis?), y se lo dejó de herencia. De igual modo que años después mi tío abuelo haría conmigo. Eso si, le hizo una advertencia: quien abriera el baúl encontraría una gran satisfacción, pero a cambio no podría desprenderse jamás de él. Quien disfrutara de su contenido, debería cargar con el mueble toda la vida (claro, ahora me explico por qué el Capitán había sufrido tanto con su ausencia!) ♫

Cuando el Capitán Murga murió, mi tío Tomás se llevó el baúl. Pero, cosa curiosa, no lo quiso abrir. La idea de tener que cargar siempre con él no le hacía ninguna gracia. Pero a cambio sí que hizo una cosa extraordinaria: dedicó toda su vida a investigar la procedencia y misterios de aquel gran cofre. La verdad es que la historia del baúl era apasionante. Pero de abrirlo nada, le daba un miedo atroz ♫. 40 años estuvo indagando por todo el mundo, en museos, bibliotecas, embajadas, monasterios. Fue incluso a parar hasta talleres de nigromantes y brujos. El resultado de su investigación es lo que me contó aquel día que me citó en su casa y me enseñó el baúl. Os voy a resumir algo de la larga investigación de mi tío abuelo Tomás ♫.

El baúl fue construido, de jovencito, por el gran místico Yalal ad-Din Rumi, más conocido como Mevlana. Este hombre nació hacia el año 1.200 en la ciudad de Bajel, en Afganistán ­–sí, sí, allí fue donde volvió a encontrar el Capitán Murga el baúl. Justamente donde Mevlana lo había construido siete siglos antes; ya empezamos a atar algún cabo en esta increíble historia ¿verdad? ♫

Mevlana fue un personaje de primerísima categoría. En primer lugar, era un gran sabio: llegó a conocer todo el saber de su tiempo. En segundo lugar, era visionario: descubrió, entre otras cosas, el número de planetas de nuestro sistema solar siglos antes que Copérnico. En tercer lugar fue poeta: escribió el Masnavi, seis libros de preciosos y extraños poemas; en algunos de ellos habla de su baúl que, sin duda, es el mío ya. Y, en cuarto lugar, fue místico: fundó en Turquía la orden de los mevlevis, o derviches danzantes, o sea, monjes que bailan dando vueltas sobre sí mismos ♫.

Mevlana guardaba en el baúl todos sus escritos junto a enseres personales y aparatos misteriosos. No es de extrañar por lo tanto que parte de las increíbles virtudes de Mevlana pasaran a su baúl y éste las haya conservado durante años ♫.

Desde la muerte de Mevlana en 1.273 hasta la compra del baúl por el Capitán Murga en 1.900 se sabe muy poco de su paradero. Sólo que fue de un sitio a otro cambiando de dueños y desgastando poco a poco su poder con el tiempo. El Capitán todavía pudo disfrutar de su estímulo durante años. Sin embargo, mi tío abuelo Tomás me confesó que no lo abrió en toda su vida por miedo a su terrible atracción. La verdad es que mi tío no fue precisamente un tipo valiente ♫. Al fin, ya lo sabéis, el baúl pasó a mis manos. Al principio le tenía algo de temor, sobre todo cuando me acordaba de mi tío. Pero, después de estar varios días meditando, llegué a la siguiente conclusión: pasara lo que pasara abriría el baúl. Para bien o para mal, no podía vivir sin saber en qué consistía su magnetismo. Mi curiosidad me podía ♫.

Por fin, un día del verano pasado me decidí. Estaba muy nervioso, no daba una a derechas; además, los herrajes estaban muy oxidados. El caso es que me fui serenando y, con la ayuda de un fuerte destornillador, conseguí abrirlo. Mi emoción era enorme. ¿Qué habría dentro del baúl? ♫

La primera sorpresa vino enseguida: no había nada dentro. Nada, sólo el viejo cuero desgastado por el mucho trajín que había llevado ♫. De todos modos, aproximé la lámpara y fui limpiando con cuidado el polvo acumulado por los años ♫.

Pronto me di cuenta que sí había algo. Todo el interior del baúl estaba repleto de inscripciones de todos los tipos: árabes, hebreas, indias, chinas… Naturalmente yo no entendía nada de aquello, pero me puse a escribir todos los signos en un cuaderno. ¿Quizá estuviera ahí el misterio? ♫.

Mi querida amiga Feli, experta semióloga y lingüista, me hizo una traducción aproximada de los trazos y marcas del baúl. La mayoría de los mensajes que tradujo se referían a la música. Yo estaba estupefacto. ¡Un baúl musical! La música metida en un baúl, ¡qué curioso! Ahora os toca a vosotros escuchar estos mensajes. Hacedlo con atención. Puede que dentro de ellos descubráis pistas para entrar en la esencia de la música. El baúl os va a hablar ♫.

Una vez que soy abierto, ya eres mío, te lo advierto

Este baúl lo demuestra, la música se hace vuestra

Pero su imán es brutal, como el arte musical

Sólo queda una salida: la música es vuestra vida

Lee las indicaciones y sigue las instrucciones

La música es gran invento, surge en cualquier momento

Para hallar su comprensión, cinco puntos justos son

Cada punto es importante para seguir adelante

Oriéntate por las frases, ni te quedes ni te pases

Escucha, toca y medita; el arte lo necesita

1º punto: El silencio siempre es rey. Todos acaten su ley

2º punto: Distingue bien los sonidos, sin ellos estás perdido

3º punto: Conoce los elementos, necesitas diez intentos

4º punto: La forma y la coherencia convierten la nada en ciencia

5º punto: La música universal se disfruta por igual

Si al final algo aprendiste transmite bien lo que oíste

Toda música nos muestra que es una llave maestra

Queridos amigos, supongo que ya habéis empezado a notar en qué consiste la fuerza de este baúl. No sólo es su imán lo que reconforta (ese magnetismo heredado de su creador Mevlana), sino también lo que cuenta en estos mensajes, especialmente el que dice: Sólo queda una salida, la música es vuestra vida  ♫.  La música es vuestra vida. Esa es la frase resumen del baúl. Esa es la esencia de su mensaje. Esa es su propuesta para transformarnos ♫.

A mí me hicieron pensar mucho estos mensajes cuando los leí por primera vez. Hasta tal punto que uno de ellos me lo tomé al pie de la letra. Era aquel que dice: Si al final algo aprendiste, transmite bien lo que oíste. ¡Transmite, transmitir! ¿Qué mejor para transmitir que la radio? Así fue como me propuse hacer un programa de radio que abarcara las enseñanzas musicales de mi baúl. Se llamaría SONIDO Y OÍDO y procuraría que se pudiera seguir el espíritu de los mensajes en sus treinta y nueve espacios. Yo lo he intentado. Si alguien ha seguido con atención estos programas de radio puede que haya notado aquel alivio y estímulo que el Capitán Murga comentó a mi tío Tomás que poseía el mágico baúl. Yo, por mi parte, os lo he intentado hacer llegar a través de las ondas radiofónicas ♫.

A mí, desde luego, a pesar del gran desgaste que ya tiene el baúl, me ha proporcionado todavía un gran empuje. Y espero que, de alguna manera, en vosotros también se haya manifestado su potencia ♫. Ahora ya no me puedo desprender de él, lo sé, pero no me importa. Pienso estar todo el tiempo que pueda recibiendo esa especie de jalea musical que este baúl, cada vez más achacoso, me sigue dando. Intentaré que no se me pierda nunca, pues su ausencia sería como la ausencia de la música; algo sin lo cual yo ya no puedo vivir ♫.

También tengo algunas preguntas que me intrigan y que intentaré resolver con los años. Son éstas: ¿Quienes habrán tenido este baúl desde su creador Mevlana hasta el Capitán Murga? ¿Quienes hicieron las inscripciones de su interior? ¿Las hicieron con la intención de dejar constancia de la mucha fortaleza que tuvo este baúl en otros tiempos? Si alguna vez encontráis alguno de vosotros respuesta a estas preguntas, por favor contádmelas, me podéis ahorrar un trabajo enorme ♫.

El próximo programa será el último de SONIDO Y OÍDO. Ya lo siento, ya. Como será el punto final de esta serie de 39 programas la utilizaré A modo de conclusión.

En los mandos electromagnéticos estuvo, como siempre, Carlos Arévalo. Hoy todavía más inspirado, por los efectos del baúl.

Hasta el próximo día. Adiós y adiós.

© Fernando Palacios

11 Ago

37 Instrumentos raros y más raros

Programa radiofónico  nº 37 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991.

PODCAST disponible aquí

El mundo instrumental es más amplio de lo que nos parece. Aparte de los tradicionales y los clásicos, hay otros que, por su originalidad y rareza, deben ir en otro capítulo. Algunos son prototipos de difícil localización, otros están a nuestro alcance y no nos damos cuenta.

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♫ A principios de nuestro siglo se formaron unas originales orquestas burlescas que tocaban cosas así de graciosas ♫. Junto a las tubas, trompetas, saxofones y demás instrumentos conocidos, intervenían silbatos, tambores, metalófonos y un montón de aparatillos que hacían sonidos diferentes a los normales de la orquesta ♫. En esta pieza titulada El camino, podemos oír como imitan a un trenecillo que va pasando por distintos lugares. El resultado es parecido al de las viñetas de los tebeos ♫.

Los sonidos extraños que oímos no se pueden obtener con los instrumentos tradicionales tocados como siempre. Para sonidos nuevos, hay que inventar nuevos instrumentos, o bien tocar los conocidos de otra manera ♫.

En el programa de hoy nos vamos a ocupar de los instrumentos musicales que no son habituales. Unas veces porque tienen formas curiosas, otras porque se tocan de maneras insólitas y otras porque emiten sonidos extravagantes. El caso es que hoy acuden a nuestro espacio INSTRUMENTOS RAROS Y MÁS RAROS ♫.

Decimos que una cosa es rara cuando nos parece diferente de lo normal. Cuando indicamos que un edificio, una persona o una película son raros es porque se salen de lo corriente; son diferentes de lo que esperamos. También decimos que algo es raro cuando no lo entendemos bien o no lo conocemos. Pues con los instrumentos pasa lo mismo: para nosotros son raros los que no se parecen en la forma o en su sonido a los que conocemos. Yo recuerdo que la primera vez que vi una orquesta sinfónica me parecieron muy raros los fagotes, yo no los había visto nunca; y sin embargo son unos instrumentos muy antiguos e importantes, pero para mí eran extraños ♫.

Ahora los fagotes ya no me parecen nada raro, porque los he oído muchas veces ♫.  Lo mismo me ocurrió la primera vez que oí una orquesta de bidones del Caribe. Conocía los bidones, claro, por el petróleo y tal, pero no usados como instrumento musical ♫. Ahora que ya he escuchado muchas veces música tocada con bidones, me parece lo más natural del mundo ♫.

En programas anteriores hemos tenido instrumentos que seguro que os han sorprendido mucho, como el tubo armónico de Yugoslavia, la cora de Senegal, las flautas de nariz, la valiha de Madagascar, las turutas esas gigantes de Suiza y de Nepal, las flautas de encantar serpientes de Afganistán, las campanas del Tibet, la txalaparta del País Vasco, los reclamos, las macetas y sartenes… Ahora bien, una vez oídos ya no resultan tan extraños. Con los instrumentos de hoy va a pasar lo mismo, ya veréis ♫.

Estos son los Mills Brothers, un grupo formado por cuatro voces y una sola guitarra. No, no hay ni contrabajo, ni trompetas, son voces que imitan instrumentos ♫.

No, no es una trompa la que interpreta este concierto de Leopold Mozart con orquesta, es una manguera de goma. En un jardín una manguera no es nada raro, pero tocando con una orquesta sí lo es ♫.

♫ Lo que oís es un piano, pero está tocado de una manera distinta a la tradicional. En este caso se arañan, pulsan, golpean y rozan las cuerdas ♫.

♫ Esto también es un piano. La diferencia con el anterior es que éste sí se toca de manera normal, o sea, por medio del teclado. Lo que pasa es que se le han colocado tornillos, fieltros, corchos, cartones y demás utensilios entre las cuerdas; por eso suena así ♫.

♫ Esta guitarra también está preparada: lleva dos lapiceros levantando las cuerdas; así el diapasón queda dividido en tres partes ♫.

♫ La melodía que suena también está interpretada por una guitarra. No lo parece ¿verdad?. Claro que es una guitarra sintetizada, o sea, un sintetizador que se manipula por medio de las cuerdas de una guitarra ♫.

♫ Los países nórdicos de Europa tienen unos instrumentos de cuerda con arco muy curiosos. En Noruega está el violín hardanger, que tiene cuerdas de resonancia que le dan este sonido característico ♫.

♫ Una vez paseando encontré en la calle a un grupo de músicos suecos que tocaban estos  instrumentos de cuerda. Son como violines pero más grandes y llevan un teclado en la mano izquierda, parecido al de las zanfonas, con el que se pisan las cuerdas ♫.

De Suecia bajamos a Rumanía. Aquí nos encontramos este tipo de violín al que le han quitado la caja de resonancia y la han sustituido por un altavoz parecido al de los gramófonos antiguos. ¿Os acordáis cómo son? Pues así suena ♫. Su sonido es más nasal que el de los violines normales, pero también es más gracioso ♫. Sin movernos de Rumanía hallamos esta preciosa ocarina .

En Bulgaria tienen esta flauta de dos agujeros que siempre toca una sola persona ♫.

En Cerdeña encontramos el launeddas o las launeddas; un solo intérprete puede hacer todo esto simplemente soplando una triple caña, ni más ni menos ♫.

♫ Bajemos a África. En Tanzania tocan una sorprendente trompa hecha de cuerno y además se acompañan con un ritmo hecho con no se sabe qué cosa ♫.

♫ Los habitantes de Centroáfrica vacían los troncos de los árboles y confeccionan con ellos turutas que arman un escándalo considerable ♫.

Cuanto más desconocido es un país para nosotros, más rara nos suena su música. Por ejemplo Yemen, país de la península Arábiga, del sur, tiene entre otras muchas cosas esta lira llamada tambura . También tienen estas flautas denominadas gasabas . Y este canto con acompañamiento de un rarísimo tambor ♫.

Hablando de canto, en Mongolia saben hacer estas cosas con la voz . A veces la voz es un raro instrumento. ¿No es verdad? ♫ En este mismo país, Mongolia, hay un instrumento precioso de arco, tan grande como un violonchelo, que se llama viola de caballo. Posee dos cuerdas hechas, naturalmente, con crines de caballo ♫.

Así podríamos seguir recorriendo el mundo, descubriendo instrumentos raros y más raros. Pero nos vamos a detener en otro tipo de rareza: la de los instrumentos sencillos fabricados con materiales caseros.

A un tubo de cartón le añadimos unas cuerdas tirantes y poco más y ya tenemos un magnífico instrumento de cuerda golpeada. Esto es un trío de estos tubos con cuerda .

Unas cucharillas de plástico sujetas a una caja resultan ser lengüetas sonoras, un instrumento muy parecido a la sanza o kalimba africana . Si en vez de objetos de plástico le ponemos palitos de polo, suena así ♫. Y con pequeñas cañas de bambú… así ♫.

Sigamos: con un bote, un palo y una cuerda podemos construir un laúd rudimentario ♫.

Si además hacemos un arco con una percha y unas cuerdas, el mismo instrumento pasa a ser un primitivo violín ♫.

Si el bote es grande y las cuerdas son metálicas, es fácil hacer un arpa ♫.

Colgando palos, cacharros, campanillas, tubos, bidones, cañas, cuerdas, muelles, platos y todo lo que se os ocurra… podéis hacer o construir una hermosa escultura sonora. En ésta que oís están tocando veinte personas ♫.

Las trompetillas de plástico de las ferias unidas a grandes globos, nos ofrecen sonidos continuos, penetrantes y uniformes ♫.

Las boquillas de estas mismas trompetillas pueden estar incrustadas en un tubo de plástico, así se convierten en otro instrumento: el güisnicio .

Trompetillas, güisnicios y demás cachivaches trompetilleros, forman esta especie de Big-band de singular sonido ♫.

Unos grandes maestros en esto de construir instrumentos graciosos y raros son Les Luthiers  . En este quinteto de viento llamado El ventilador, intervienen un tubófono parafínicocromático, un gonhorn, un yerbatófono d’amore, un cazúdacasa, y un bestpipe a bara ♫. Además de música clásica, el grupo Les Luthiers también tocan jazz tradicional con sus instrumentos inventados ♫.

Durante el siglo pasado, antes de la aparición de tocadiscos y aparatos de radio, se construyeron infinidad de instrumentos mecánicos que funcionaban por medio de manivela o dándoles cuerda ♫. Esta es la caja de música Sinfonión ♫. Esta cajita se llama Serinete . Este es un órgano de salón . Y este un órgano tipo jazzbandófono . Y termina este breve muestrario con un orquestrión .

Y por último, os voy a mostrar el sonido de estos instrumentos llamados stealcellos, o sea violoncelos de acero ♫. Son planchas metálicas y tubos que forman unos nuevos instrumentos inventados por el americano Robert Rutmann ♫.

¿Cuántos instrumentos raros y más raros conoces tú? ¿Puedes grabarlos en una casete y añadirlos a este muestrario? Si lo haces, te irás dando cuenta de que el surtido de instrumentos curiosos no acaba nunca. El próximo programa estará dedicado a un cuento íntimamente ligado a la música. Os contaré  LA HISTORIA DE MI BAÚL ♫.

Carlos Arévalo estuvo atento a todos los asuntos técnicos y artísticos del programa. Nos oímos. Adiós y adiós

© Fernando Palacios

11 Ago

36 Músicas sin pulso pero vivas

Programa radiofónico  nº 36 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

No todas las músicas tienen que estar sujetas a un pulso. Hay manifestaciones del sonido ordenado que olvida el ritmo a favor de otros aspectos, como la concentración, el tiempo infinito, la repetición constante. Es música que anda sobre una cinta de Moebius.

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Una gran parte de las músicas que se hacen por todo el mundo tienen una clara pulsación ♫. El pulso de esta música que oímos es… “pum, pum, pum”. Y sobre este pulso los intérpretes confeccionan su ritmo: “tum chaca chaca chaca pum txin txin txin txin…”

Como veis, el pulso de la música tiene un gran parecido al de nuestro cuerpo. Puede ser más rápido y más lento, acelerar o retardar. En la música, el pulso y el ritmo funcionan como un corazón que impulsa la música hacia delante. De esto ya hablamos en el capítulo séptimo de esta emisión, llamado PULSO Y RITMO ♫. Pero hay otras músicas que no son impulsadas hacia ningún sitio. Simplemente flotan ♫.

No necesitan estas músicas flotantes ni bombeos, ni empujones, ni energías extraordinarias, ni alientos constantes. No necesitan motor, como las máquinas o los automóviles, porque no quieren ir a ningún sitio. No son músicas excitantes, nerviosas; tampoco tienen brío ni gran vitalidad, pero, ojo, no son músicas muertas. Son como los Océanos Pacíficos: tienen pocas olas y mucha extensión ♫. Son músicas que no tienen peso, que no tocan el suelo, se mantienen en el aire de una forma relajada sin tensiones de ningún tipo, como esas aves que se sostienen en el espacio sin mover las alas ♫.

Hay otra forma de vida en la música que no es la del pulso y el ritmo. Hay MÚSICAS SIN PULSO, PERO VIVAS ♫.

Tranquilidad, quietud, calma, paz, reposo… Así es como tenemos que recibir a la música que va a sonar en el programa de hoy ♫.

De Oriente nos llega un tipo de meditación llamado ZEN, donde vivir la calma es fundamental ♫. De esta música de gong llamada Pulsando el tiempo, pasamos a los sonidos quietos, suspendidos, de las campanas tibetanas ♫.

Ahora nos acompaña un diálogo entre un grito de elefante africano y un instrumento de viento hecho con un cuerno ♫. Otro animal hace su aparición: es el mono aullador del Amazonas; su canto profundo y seguido nos suena como el rumor del viento ♫.

Entramos de lleno en las voces ♫. Sobre un colchón sonoro aparece esta voz griega que se extiende ante nosotros con gran flexibilidad ♫. De Grecia a Japón, sin darnos apenas cuenta ♫. Pasamos por la India, lugar fundamental del arte contemplativo ♫. Continuamos con voces y llegamos a las armonías de este curioso dúo vocal ♫.  Hemos entrado en las polifonías de Albania ♫.

Retrocediendo cuatrocientos años hallamos polifonía religiosa, dilatada y constante. Se desliza con gran suavidad, como esta música de Orlando di Lasso ♫.

Las alturas del Tíbet nos indican que estamos ante las voces más graves de la tierra. Son los lamas, monjes budistas que visten de color naranja ♫.

Cuando el sonido de una flauta hechiza se detiene el tiempo. Seguramente no hay otro instrumento que consiga sostener y estirar más los sonidos. Las flautas sosiegan y aletargan los sentidos convirtiendo el aire en suave y sedoso hilo ♫. Oigamos sin decir palabra alguna flautas de Japón, Mongolia, Filipinas, Turquía y China ♫.

El instrumento rey de nuestra tradición, el órgano, a veces pierde la pulsación, se le para el corazón, y deja sonar sus tubos estáticos produciendo música sin fin, perpetua, aletargada ♫. Música horizontal, eterna ♫. Música congelada, petrificada, paralizada, como el viento de la Antártida y su diálogo con el gran órgano de tubos ♫.

Hay música contemporánea, hecha con sonidos envolventes que nos penetra como el Vicks Vaporub, paralizando hasta la atención Como una ola de fuerza y luz, así se titula esta obra del compositor italiano Luigi Nono ♫. Ligeti es otro gran compositor y maestro de la continuidad ♫.

La electroacústica ha ampliado enormemente el repertorio de músicas sin pulso pero vivas. Hagamos como antes con las flautas. Oigamos distintas músicas sin hablar entre ellas. Están hechas por compositores españoles: Juan Hidalgo, Luis de Pablo, Merçé Capdevila, Ramón González y Eduardo Polonio son nuestros transportistas ♫.

El jazz también se ha empapado de estatismo ofreciendo formas improvisadas, flexibles y tranquilas, sin dejar de ser jazz ♫.

Cuando un sonido seguido y sin variación alguna sirve de acompañamiento a una melodía le llamamos pedal o bordón ♫. Si la melodía es tranquila, el bordón o pedal suele producir un magnífico efecto de descanso, como cuando miramos un horizonte lejano, o los límites del mar ♫.

Cambiamos de bordón, y de la melodía de la voz pasamos a otra melodía hecha con una gaita irlandesa ♫.

Y entre pedales y bordones, con imágenes de infinito y con este estado de placidez que produce el sonido sin fin, terminamos nuestro programa ♫.

No lo olvidéis, en música no todo es marcha y desenfreno: a veces no hay pulso ni ritmo constante y sin embargo nos encontramos con maravillosos estatismos ♫.

El próximo programa tendremos INSTRUMENTOS RAROS Y MÁS RAROS.

Carlos Arévalo en el control y quien os habla os decimos ¡adiós y adiós!

© Fernando Palacios

11 Ago

35 La Sonata, todo un clásico

Programa radiofónico  nº 35 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

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La sonata ha sido, sin duda, la forma musical que ha ofrecido más posibilidades a nuestra música. En su gran evolución (desde el Barroco a nuestros días), la palabra sonata es todo un símbolo sonoro de lo que entendemos por belleza.

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♫ Esto es una sonata: es de Giovanni Gabrielli  ♫. El ejemplo que sigue es otro tipo de sonata: es ni más ni menos de Arcangelo Corelli  ♫. El tercer ejemplo no deja de ser una sonata: en este caso pertenece a Domenico Scarlatti  ♫. Llegamos al cuarto ejemplo: una sonata igualmente es esta de Johann Sebastian Bach ♫ Incluso el quinto ejemplo es una sonata, oídla: es de Carl Philipp Emanuel Bach. ♫ Lo que sigue, el sexto ejemplo, es una sonata que pertenece a Ludwig van Beethoven ♫. El séptimo ejemplo ¿es sonata o no es? Pues sí es, la escribió Johannes Brahms ♫. El octavo ejemplo aunque parezca mentira también es una sonata: de Claude Debussy ♫. Último ejemplo, el más difícil todavía: esto es una sonata de Pierre Boulez ♫.

Nueve ejemplos han sido suficientes para hacernos un lío. Os preguntaréis: ¿cómo es posible que tantas músicas distintas sean una misma cosa, que tengan el mismo nombre? Pues sí, lo son, todo lo que hemos oído eran fragmentos de sonatas. Todas llevan como título sonata ♫.

Voy a intentar poner un poco de orden en esto que parece un desbarajuste. Pero desde ahora os advierto que no es cosa fácil. Voy a tener que contar con vuestra atención pues yo solo no lo puedo hacer. ¿Estáis dispuestos? En ese caso os presentaré el programa diciendo que hoy lo vamos a dedicar a LA SONATA: TODO UN CLÁSICO ♫.

Durante el Renacimiento, por los siglos XV y XVI, lo que más se hacía era cantar: unas veces sonaban las voces solas y otras se acompañaban con instrumentos ♫. Fue entonces cuando, por primera vez, se empezaron a interpretar algunas piezas vocales sólo con los instrumentos. A esto se llamó canzoni da sonar, o sea, canciones para tocar ♫. De esta manera resultó que había dos tipos de piezas diferentes: la cantata, que era la música para cantar, y la sonata, que era la música para hacer sonar, es decir, para tocar ♫. Este es el primer ejemplo que hemos oído al principio, la Sonata  nº 13 de Giovanni Gabrielli ♫.

Después de Gabrielli, durante el siglo XVII (o sea, ya en el Barroco) hubo dos tipos de sonatas: las que se tocaban en los salones de los palacios, llamadas Sonatas de cámara, que eran como una Suite de danzas, o sea un preludio y varias piezas de baile ♫. Y el otro tipo de sonatas eran las que se tocaban en la iglesia. Se llamaban Sonatas de iglesia. Eran más serias, tenían cuatro partes, es decir cuatro movimientos o cuatro tiempos. El primero era lento ♫; el segundo rápido, en forma de fuga ♫; el tercero otra vez lento ♫; y el cuarto otra vez rápido ♫.

A finales del siglo XVII, o sea ya en pleno Barroco, un importantísimo violinista y compositor italiano llamado Arcangelo Corelli hizo un tipo de sonatas que eran una mezcla resumida de los dos tipos de sonatas anteriores, de las de cámara y de las de iglesia. Se llamaban estas nuevas Sonatas en trío y, aunque parezca una contradicción, se tocaban con cuatro instrumentos (¡hay que ver!), por ejemplo, dos violines un clave y un violonchelo. Como ésta, que era el segundo ejemplo de la presentación del programa ♫.

Y llegamos a la primera mitad del siglo XVIII. Aquí es cuando termina el Barroco. En esta época hallamos dos tipos distintos de sonatas. Unas son las que tocaba un clavecinista fantástico que había por entonces llamado Domenico Scarlatti. Este gran clavecinista compuso (fijaos bien) 545 Sonatas según un único estilo. Eran de una sola pieza, o sea en un único movimiento y con dos temas distintos, con dos melodías diferentes. Éste era el tercer ejemplo del inicio ♫.

El otro tipo de sonatas de esta época fueron las que hizo el gran Johann Sebastian Bach. Se parecían a las de Corelli un poco. Sobre todo se parecían en que tenían varios movimientos, pero Bach las hacía sólo para un instrumento, como el ejemplo número cuatro ♫. Bueno, la verdad es que Bach también hacía sonatas para dos y más instrumentos ♫.

Y por fin nos presentamos en la segunda mitad del siglo XVIII, es decir, aparecemos en el Clasicismo. Aquí es donde nace el tipo de sonata que más va a dar que hablar: la Sonata clásica ♫.

El padre de esta sonata es uno de los hijos de Johann Sebastian Bach: el llamado Carl Philipp Emanuel Bach ♫. Este es el quinto ejemplo de la presentación del programa ♫. Carl Philipp Emanuel Bach compuso setenta sonatas para clave y todas tenían tres movimientos, tres tiempos: el primero era rápido ♫; el segundo lento ♫; y el tercero otra vez rápido ♫.

¿Habéis conseguido seguirme hasta aquí? Por si acaso repasemos los nombres y los acontecimientos más interesantes que han salido en este programa por orden de aparición.

1º- Gabrielli compone las primeras obras tituladas Sonatas

2º- Corelli inventa unas nuevas sonatas haciendo un cóctel con las Sonatas de cámara (las más alegres), y las Sonatas de iglesia (las más serias)

3º- Llega Doménico Scarlatti y hace un montón de sonatas a su estilo, con dos temas y un único movimiento.

4º- Juan Sebastián Bach sigue el estilo de Corelli, pero para pocos instrumentos.

5º- Uno de sus hijos, Carl Philipp Emanuel Bach construye la Sonata clásica, que es el verdadero eje de nuestro programa ♫.

Nos vamos a detener un poco en observar cómo es una Sonata clásica. Y lo vamos a hacer en la 1ª Sonata de Beethoven para piano, que era nuestro ejemplo número seis del principio ♫.

Lo primero que tenemos que saber de una sonata clásica es que normalmente tiene cuatro tiempos, o sea cuatro movimientos: el primero suele ser de carácter rápido ♫; el segundo más lento ♫; el tercero es más desenfadado, normalmente un minueto ♫, y el cuarto, el último, es rápido, casi siempre un rondó ♫. Veamos cada uno de estos movimientos más despacio.

El primero es el más importante. Os preguntareis por qué. Bien, porque tiene una forma peculiar. ¿Os acordáis de los que decíamos de las sonatas de Scarlatti, que tenían dos temas distintos, como dos melodías diferentes? Pues en los primeros movimientos de las sonatas clásicas les pasa eso mismo, que tienen dos temas diferentes enfrentados en la melodía y en el ritmo. Eso es la esencia de la trama de la sonata, el enfrentamiento de los dos personajes. El primer tema de esta sonata es éste ♫. Y el segundo tema, éste ♫. Son tan diferentes que el primero sube y el segundo baja. El primero es picado y el segundo más ligado. Bien, después de que han sonado los dos temas hay una conclusión, y a todo esto le llamamos Exposición.  Por si el oyente no se ha enterado todavía, se repite todo una vez ♫. Así concluye de verdad la Exposición.

Entramos en la parte central de este interesantísimo movimiento que se llama Desarrollo. Aquí el compositor, en este caso Beethoven, se pone a jugar con los temas y nos muestra todo lo que sabe hacer. Es el momento del conflicto, como en las obras de teatro ♫.

Y en la tercera sección volvemos otra vez al principio. Llamamos Recapitulación a todo esto. Vuelven a sonar los dos temas y ya se acaba ♫.

¿Habéis oído? El primer movimiento de una sonata tiene esta forma que ha pasado a llamarse Forma sonata, por eso, porque es la forma de los primeros movimientos de las sonatas. Siempre tienen Exposición, Desarrollo y Recapitulación.

El segundo movimiento de las sonatas, es decir el lento, es como una canción, pero instrumental ♫.

El tercer movimiento es el minueto. Tiene tres partes. La primera… ♫; su parte central ♫; y su vuelta al principio ♫.

El cuarto movimiento es un rondó, o sea, una pieza con un estribillo que se repite cada poco tiempo; por eso se llama rondó, porque es como una rueda, como una noria: siempre acaba pasando por el mismo sitio ♫.

Después de este breve análisis de la 1º Sonata para piano de Beethoven, os voy a decir algunas importantes cuestiones. Hay obras musicales que se llaman de muchas maneras y sin embargo son sonatas. Os diréis ¡vaya lío! No, no, no es tanto, os lo voy a explicar. Una sonata para un instrumento se llama Sonata, eso ya lo sabéis ♫. Una sonata para dos instrumentos también se llama sonata ♫. Una sonata para tres instrumentos, por ejemplo para violín, violoncello y piano, no se llama sonata: se llama Trío ♫. Una sonata para cuarteto de cuerda se llama Cuarteto ♫. Una sonata para un quinteto, para un quinteto de viento, para un quinteto de cuerda, ¡lo que sea!, se llama Quinteto ♫. Una sonata para orquesta se llama, ¡atención!, Sinfonía ♫. Y una sonata para un solista con orquesta se llama Concierto ♫.

Otra curiosidad es que desde el Renacimiento hasta ahora no se han dejado de hacer obras con la forma sonata. Claro, todo ha ido evolucionando poco a poco. Los románticos ya introdujeron varios temas en los primeros movimientos de sus obras. Además, lo que más les gustaba era hacer largos desarrollos. El séptimo ejemplo del comienzo era de Brahms, de una Sonata para cello y piano

Después de los románticos las sonatas se complicaron todavía más, pero su esencia se mantenía. Eso de jugar con varios temas diferentes y desarrollarlos, siguió siendo un procedimiento que no se agotaba. De Debussy era el octavo ejemplo, era de su Sonata para flauta, viola y arpa ♫.

A los compositores de ahora no hay quien les adivine cómo son los temas y los desarrollos. Pero por ejemplo Pierre Boulez asegura que su 2ª Sonata, aunque sea rara, sigue siendo eso, una sonata; lo que oímos en el último ejemplo de la presentación del programa ♫.

Hasta aquí nuestro tiempo dedicado a la sonata ¡todo un clásico! ♫

Os recomendaría que le dijerais a alguien que conozca esto de la sonata que os ayudara a analizar algún trío, o cuarteto, o sinfonía o concierto de compositores clásicos. Los mejores para esto son Haydn, Mozart y Beethoven. Cuando tengáis algo de práctica lo podréis hacer vosotros sin ningún problema ♫.

El próximo día el programa estará dedicado a unas músicas muy distintas a las de hoy. Serán MÚSICAS SIN PULSO PERO VIVAS ♫.

En la técnica estuvo nuestro amigo Carlos Arévalo, el mago ♫.

Nos oímos. Adiós y adiós.

© Fernando Palacios

11 Ago

34 Un asunto de perspectiva

Programa radiofónico  nº 34 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Hay tres factores importantes que proporcionan a la música relieve y especialidad: el volumen, la panorámica y la resonancia. A través de estos principios se pasa revista a algunas obras con disposiciones especiales en la distribución escénica.

Haz clic para acceder a 34-Un-asunto-de-perspectiva-1.pdf

♫ De la misma manera que con dos ojos conseguimos adivinar el volumen de las cosas y la distancia que hay entre los objetos, gracias a que tenemos dos oídos podemos oír con relieve  ♫.

Si nos tapamos un ojo nos resulta difícil coger a la primera un objeto. ¡Intentadlo! No podemos calcular la distancia. Bueno, pues con un solo oído nos pasa algo parecido; no llegamos a saber de donde llegan los sonidos. Pero afortunadamente tenemos dos y por lo tanto, a no ser que andemos algo sordos, podemos saber perfectamente si un sonido viene del piso de arriba, viene de la habitación de atrás o de la calle; es decir, oímos con perspectiva, sabemos localizar dónde están los sonidos, si hay una carretera cerca, si canta un pájaro al lado de nuestra ventana, si gritan en la calle. La separación de los dos oídos nos permite distinguir la dirección de dónde llegan los sonidos  ♫.

Imaginemos que entramos en una arboleda o en un bosque. Oímos: arriba pájaros cercanos y pájaros lejanos; abajo está el ruido de nuestras pisadas; atrás, adelante y a los lados, otros ruidos más alejados. Ahora salimos de la arboleda y vemos un pueblecito a lo lejos que está en fiestas. No sólo lo vemos, sino que también lo oímos. Conforme nos acercamos a él, vamos oyendo los cohetes ♫, las campanas de la iglesia ♫, y más tarde oímos a la banda del pueblo que toca en el quiosco de la plaza  ♫. Y si nos alejamos, pues lo mismo, pero al revés  ♫.

La diferencia entre sonidos fuertes y suaves junto a la situación y la forma de sonar hacen que simplemente con el oído podamos hacernos una idea de cómo son los lugares y dónde están algunos objetos. O sea, gracias a que tenemos dos oídos, oímos en todas las dimensiones  ♫.  No olvidemos que los murciélagos oyen tanto que no necesitan ver  ♫. Nuestros dos oídos, como podéis comprobar, están perfectamente dispuestos para escuchar el relieve que tiene la música. Porque la música también tiene su espacio y su relieve. A veces suena fuerte ♫, otras suena flojo ♫, según sea el lugar puede sonar con reverberación ♫, o con sonido seco ♫. También es importante el sitio donde estamos colocados nosotros, pues oiremos a unos instrumentos más que a otros ♫. Asimismo influye en nuestra escucha la manera en que se coloquen los músicos, pues no es igual juntos ♫ que separados   ♫

Como oís, los sonidos tienen volumen y espacio. Nuestro programa de hoy trata de algunos aspectos espaciales de la música. Hoy tratamos de UN ASUNTO DE PERSPECTIVA 

Santi, por favor, ven tocando el violín hasta aquí y luego vete por el otro lado, a ver qué pasa  ♫.  ¿Habéis observado? Nuestro amigo Santi ha venido de la derecha hasta el micrófono y se ha alejado por la izquierda. Ahora vamos a escuchar a Salva con su flauta pero al revés. ¡Cuando quieras Salva!.

♫ ¿Os habéis dado cuenta? Yo estoy aquí, en el centro, ha venido tocando y se ha ido. Vosotros que los habéis escuchado podéis adivinar el recorrido que han hecho Santi y Salva, y además simplemente oyéndolos. Pues bien, hay tres importantes fenómenos que ocurren a la vez y por eso, aún sin ver a los músicos, notáis que se han trasladado tocando de un sitio a otro.

  • El primero es el volumen, cuando se acercan suena más y cuando se alejan suena menos.
  • El segundo fenómeno es la panorámica: si tenéis un aparato estéreo notareis que el sonido pasa de un altavoz a otro.
  • El tercer fenómeno es la resonancia, los sonidos que están más lejanos tienen más resonancia que los que están cercanos  ♫.

Bien, pues fijaos en esto: por procedimientos técnicos podemos hacer algo parecido. Uno de los botones que tenéis en vuestro equipo de sonido es el de volumen, aquí tenemos otro. Por ejemplo, mientras yo hablo el técnico del programa, que es Carlos Arévalo, puede bajar el volumen, bajarlo, más, más, más, subirlo, subirlo, subirlo mucho más hasta… bueno, basta. Vosotros podéis hacerlo también, de hecho lo hacéis a menudo. Otro botón, si vuestro equipo es estéreo es el del balance, el de la panorámica, que sirve para llevar el sonido de un altavoz hasta el otro. Gracias a este botón ahora puedo hablar por el altavoz de la izquierda y puedo ir pasando poco a poco al altavoz de la derecha. Ya lo estáis escuchando. Pues así es, esto es la panorámica: el relieve hasta que me quedo en el centro. En la radio, además, tenemos un aparatito (que tú seguramente no tendrás) que se llama reverberación, y sirve para que mi  voz suene como en una catedral (¡oooeeeoooo…!), o que suene seca, como siempre.

Ahora vais a escuchar un juego que vamos a hacer con estos tres botones. Cogemos este disco que tiene música de banda  ♫

  • Primero vamos a jugar con el volumen: acercamos y alejamos la banda  ♫.
  • Segundo jugamos con la panorámica: llevaremos la banda de derecha a izquierda  ♫.
  • Tercero hacemos las dos cosas a la vez: vendrán de lejos por la derecha y se irán por la izquierda  ♫.
  • Cuarto y último juego, le añadiremos resonancia a las lejanías. El resultado será éste  ♫.

Casi los hemos podido ver, pequeñitos al principio, grandes en el centro y otra vez pequeños al final. Lo hemos podido medir con nuestro oído gracias a los tres botones. Conclusión: si queremos que una música vaya y venga, o bien hacemos que los músicos se desplacen, o si no lo hacemos con los botones de la mesa de mezclas. Precisamente lo que intenta la técnica es imitar el relieve y la atmósfera sonora natural: por eso los técnicos se esfuerzan en grabar cada vez con mayor nitidez (con los micrófonos más sensibles), con los medios más cómodos (el disco, la casete, el compacto, la radio) y con la reproducción más fiel (los altavoces mejores)  ♫.

Hay un famosísimo libro que escribió el director de orquesta Leopold Stokowski que ya se ha comentado en algún que otro programa de SONIDO Y OÍDO: un libro que se titula Música para todos nosotros. En un capítulo dedicado a la música grabada Stokowski cuenta lo siguiente   ♫:

“El escuchar la música de los discos puede a veces acercarse a lo ideal. Una de mis sensaciones más bellas de este género es escuchar los discos en casa de un amigo en Arizona. Esta persona es un granjero que construyó con sus propias manos la pequeña casa de adobes en la cual vive. Fabricó su propio grupo reproductor, instalando conjuntamente el mejor motor disponible, giradiscos, amplificador, y altavoz circular de un diámetro más bien grande. El aparato se encuentra dentro de la casa de adobes, pero por la noche escuchamos la música en su pequeño jardín. Tiene el giradiscos fuera para poder poner nuevos discos y a la mano se encuentra el amplificador con controles independientes de altas y bajas frecuencias. Su granja se halla en medio del desierto y, a distancia, puede verse una meseta llana en una dirección y grandes montañas en la otra. Nunca podré olvidar la belleza mágica de las estrellas y la luna, el misterio y silencio del desierto y la quietud absoluta de una noche en Arizona, mientras escuchaba la música que parecía llenar todo el jardín viniendo de la casita de adobes. En tal ocasión escuchamos no tan sólo la música más bella de América y Europa, sino también aquella música de Java y Bali, la India y China, la de las islas de los mares del Sur y África, la de los gitanos y la árabe. Con sus propias manos y por los medios más sencillos, mi amigo había creado una manera ideal de escuchar la música  ♫.

Lo que tiene gracia de esto es que cuando Stokowski lo escribió todavía no se había inventado la alta fidelidad  ♫.

La casete, la radio, el compact disc… todos estos medios para escuchar música son cómodos, estupendos para la difusión cultural y para la pedagogía. Tienen muchas virtudes, pero como la música en vivo no hay nada. Por muy bien que grabe una orquesta, no llega ni a descalzar la escucha de la misma orquesta en un concierto. Así que, dejémonos de técnicas y pasemos a ver la perspectiva sonora de la música música-música, no de si suena mejor su grabación o peor. Empezaremos como antes, por el Volumen  .

Fue en el Renacimiento cuando los pintores italianos consiguieron perfeccionar la perspectiva de sus dibujos, dándoles una profundidad muy real. Poco tiempo después en Venecia, un compositor llamado Giovanni Gabrielli, compuso la Sonata piano e forte  para ser interpretada suave y fuerte. Era una manera de hacer perspectiva con la música  ♫.

Es un recurso musical muy importante este del volumen, ¿verdad?. Cuando un compositor quiere destacar algo lo hace sonar más fuerte que el resto. Es como ponerlo en primer plano. Por ejemplo, este piano toca en primer plano y la orquesta en segundo plano, o sea, la orquesta acompaña al piano  ♫.

En la música de cámara todos los instrumentos están constantemente pasando de primero a segundo plano, según interese que estén más presentes o menos, que suenen más o que suenen menos. Así se consigue un relieve musical interesantísimo  ♫.

Aparte de este relieve natural que tiene la música cuando se utilizan los distintos planos sonoros, es decir, cuando unos tocan más fuerte que otros, otras veces el compositor quiere distanciar algún instrumento de la orquesta. Por ejemplo, en la Obertura Leonora III de Beethoven un trompetista debe tocar fuera del escenario  ♫. A veces ha sucedido que los acomodadores de la sala de conciertos, sin saber nada de esto, no le han dejado tocar creyendo que es un gamberro  ♫.

Hay otros muchos casos de instrumentos que deben sonar fuera del escenario. BerliozMahler, Strauss, Nielsen, tienen obras con este efecto de lejanía. Pero donde más veces se hace es en la ópera. Hay muchos casos de coros que entran a escena cantando desde lejos. Estos peregrinos de la Ópera Tannhäuser de Wagner vienen desde Tierra Santa cantando. Así se presentan   ♫.

Al final del II Acto de La Bohème de Puccini entra en escena una banda que dialoga con la orquesta  ♫.

En zarzuela también tenemos casos de perspectiva sonora de este tipo: en La canción del olvido aparece una ronda nocturna  ♫. En La Verbena de la Paloma se canta una canción desde una lejana taberna  ♫.

En la obra Tres lugares de Nueva Inglaterra del americano Charles Ives suenan tres músicas distintas a la vez. Es como si se encontraran tres bandas en el mismo lugar y nosotros estuviéramos en el centro. Es un caso insólito de perspectiva musical  ♫.

Algunos casos de ausencia total de perspectiva musical son los conciertos de rock, especialmente los de heavy. Recuerdo una actuación del grupo Motorhead en el pabellón del Real Madrid, donde el volumen era tan excesivo que no se distinguía absolutamente nada. Era un tremendo ruido sin matiz alguno. Para mí, una bestialidad ♫.

Y después del volumen nos ocupamos de la Panorámica  ♫.

En los monasterios se celebran ritos en los que dialogan varios coros colocados en distintos lugares. Unos están en el altar, otros en el coro y otros en el púlpito: la perspectiva sonora en estado puro  ♫.

En la catedral de San Marcos de Venecia en el siglo XVI, los hermanos Gabrielli, que ya hemos mencionado hace un momento, componían música para varios grupos que se colocaban en los extremos de la nave principal. Los oyentes se situaban en el centro y así escuchaban la música que les llegaba de direcciones opuestas  ♫.

Johann Sebastian Bach también utiliza dos orquestas y tres coros en su famosa Pasión según San Mateo, consiguiendo preciosos efectos de relieve sonoro  ♫.

La lista de obras musicales con instrumentistas colocados en diferentes sitios es larguísima. Sobre todo en nuestro siglo donde se prodigan los conciertos con los músicos tocando alrededor del público o en variopintos lugares, como el anfiteatro o los pasillos. Siempre intentando ofrecer perspectivas musicales diversas ♫.

Como os decía al principio, la música suena diferente dependiendo del lugar donde se haga. Los auditorios y las salas de conciertos suelen ser los mejores sitios para oír música, por una razón muy sencilla: se hacen especialmente para eso, para que la música suene lo mejor posible dentro de ellos. En estos lugares los sonidos tienen una reverberación justa. No tienen ni mucha, ni tienen poca: justa ♫.

Las iglesias, como tienen bóvedas y cúpulas, son lugares de mucha reverberación. En ellas suena bien la música de órgano, la música polifónica, por estar pensadas para estos lugares  ♫.

En el Baptisterio de Pisa, un edificio que está al lado de la célebre torre inclinada, el guía hace demostraciones de la gran reverberación de la cúpula cantando algo así   ♫.

Ya hemos llegado al final del programa. En estos últimos momentos os voy a contar algunas anécdotas relacionadas con el tema de hoy  ♫.

Luis II de Baviera, el rey loco, tenía un teatro con una sola butaca, la suya.

Cada vez que en mi casa pongo este disco  ♫  todos miran al suelo para coger la moneda que se ha caído, y no la encuentran, porque es sólo el sonido de la moneda el que está grabado en el disco  ♫.

Podríamos decir que la música de las iglesias es música desde arriba, porque se toca en el coro. Y la de las óperas, música desde abajo, porque se toca en el foso  ♫.

Este motete que suena llamado Spem in alium lo compuso el inglés Thomas Talis  para cuarenta voces diferentes. Para grabarlo se colocaron varios coros rodeando los micrófonos  ♫.

Las sordinas se colocan en los instrumentos cuando se quiere dar sensación de lejanía  ♫.

Y una duda de despedida: ¿sabéis por qué es tan difícil localizar el lugar exacto donde se encuentra un grillo cuando canta?

El próximo día nuestro programa se titulará así LA SONATA: TODO UN CLÁSICO.   ♫

Carlos Arévalo y yo os decimos adiós y adiós.

© Fernando Palacios

Perspectiva

11 Ago

33 Tensión, relajación

Programa radiofónico  nº 33 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Una raga de la India; el Bolero de Ravel, el Adagio de Barber, la 7ª Sinfonía de Bruckner, la 4ª Sinfonía de Chaikovsky, y el Dafnis y Cloe de Ravel: seis músicas observadas desde el punto de vista de las tensiones y relajaciones que ofrecen.

Haz clic para acceder a 33-Tension-y-relajacion.OK_.pdf

♫ El intérprete ha salido al escenario y el público asistente al concierto ha empezado a aplaudir  ♫. Él está un poquito nervioso porque eso de tocar ante el público siempre impone. Pero, por otra parte, conoce perfectamente la obra, la ha estudiado un montonazo de veces. Sin ir más lejos, hace un par de horas la ha repasado y le sale estupendamente. No en vano lleva toda la vida tocando la percusión. En fin, ha saludado al público y se ha colocado frente a sus tambores, timbales, platos, caja, bombo, gong y otros muchos instrumentos de percusión. La partitura sobre el atril le da una cierta seguridad y le relaja un poco. Con muchos nervios no podría ni sujetar las baquetas, y ya no digamos tocar. Se hace el silencio y se tensa un poco el ambiente. Todo el público está pendiente de él. El percusionista se concentra, y a esa concentración se une una pequeña tensión controlada en sus músculos y en su sistema nervioso, que es fundamental para transmitir la música con la máxima emoción. Seguramente sin esa tensión la música le saldría sosa, sin ninguna gracia. Claro que, si la tensión se desborda le bloquea y no le deja tocar con agilidad y fluidez. Pero no, está en un buen equilibrio de tensión – relajación. La música empieza  ♫.

La música que toca nuestro intérprete tiene momentos que suenan muy poco. Son suaves y relajantes, frente a otros que suenan fuertes y nerviosos, que crean una cierta intranquilidad  ♫.

Hay instantes de impaciencia que van a parar a otros donde reina la calma ♫. A veces, cuando aumenta el sonido y se multiplican las notas, se crea una especie de zozobra que es justamente lo que quería plasmar el compositor en su partitura y que ahora también vive el intérprete haciendo salir los sonidos de sus instrumentos. También el público siente esa misma tensión, e incluso nosotros cuando oímos esta música  ♫.

Más tarde, vuelve a aflojarse la tirantez que había cogido la música. El compositor quiere que su música se tranquilice un rato  ♫.

Después, vuelve a tomar otra vez una nueva tensión  ♫.

Y el final, después de todo lo ocurrido, la obra termina en un estado de sosiego y quietud  ♫.

Al público parece que le ha gustado. Ha seguido con interés cómo la música pasaba de momentos de descanso a otros muy nerviosos; de las partes esforzadas a las más distendidas. El percusionista era Xavier Joaquín y la obra estaba compuesta por el catalán Joan Guinjoan. Su título es Tensión, relax, es decir, como nuestro programa de hoy, que va a tratar de TENSIÓN, RELAJACIÓN  ♫.

Nuestra vida se desenvuelve en una mezcolanza de tensiones y relajaciones. Por ejemplo, llaman a la puerta  ♫ Nos preguntamos ¿quién será? Se crea un pequeño estado de tensión. Mientras vamos a abrir la puerta, vuelven a llamar  ♫  ¡Ay, qué impaciencia! Sube la tensión y se acelera nuestro pulso. Abrimos. ¡Ah! Es un amigo que viene a verme. Se relaja la situación  ♫.

Estamos en clase. Hoy toca examen oral. El profe saca la lista de los nombres de cada uno de nosotros y se produce una gran tensión  ♫. Dice un nombre: José Alberto Mendizábal. No está, contestan. Hoy no ha venido porque está enfermo. Sigue mirando la lista. Crece todavía más la tensión  ♫. Dice otro nombre: Jesús María Manrique. Jesús se levanta y acude al estrado. En él crece la tensión emocional, pero en nosotros baja  ♫.

Estamos en un partido de tenis. Saca uno de los dos jugadores. Devuelve la pelota el contrario, pero se la deja muy fácil. Aquí se produce una gran tensión  ♫. Le da suavemente con la raqueta y la coloca en un sitio muy complicado de devolver. Crece más la tensión  ♫. Corre a por ella el jugador y, con gran habilidad, la consigue colocar en el otro extremo. Sigue creciendo la tensión de todos  ♫. Al final, uno de los dos falla. ¡Oh! Decae toda la tensión hasta el siguiente tanto, es decir, relax  ♫.

Ya veis que para crear tensiones se necesita un tiempo y para descargarlas también se precisa de otro tiempo. A veces el tiempo es mayor y a veces menor; depende de la circunstancia de cada cosa, de cada instante. Imaginaos una película que empezara con la muerte del protagonista. Esa muerte no tendría casi tensión. Sin embargo, si después de una gran aventura, en una lucha espectacular, muere el protagonista, sí que tiene mucha tensión dramática. Pero para que se produzca dicha emoción es necesario que antes hayamos visto un buen pedazo de película, que nos haya conducido esa película a ese importante momento  ♫.

Hay tensiones que nos crean gratas emociones. Otras, sin embargo, nos crean angustia. Hay relajaciones que nos traen alivio. Otras nos aburren. El asunto no es nada sencillo de aclarar. Sólo una cosa me atrevo a decir: que la tensión y la relajación son complementarias. O sea, que no pueden vivir la una sin la otra. Igual que el trabajo necesita del descanso, pues lo mismo, cuando tenemos exceso de tensión necesitamos relajarnos, serenarnos  ♫.

Un exceso de relajación pide a nuestro cuerpo algo de tensión, algo de vidilla ♫. Todo esto depende de nosotros, de nuestras formas de ser, del lugar en que vivimos. Bueno, pues a la música le ocurre lo mismo. Dependiendo de la época, el lugar, el autor o los intérpretes, habrá músicas relajadas, tensas, tranquilas, contrastadas, nerviosas, angustiosas y, naturalmente, habrá músicas que tengan un poquito de todo  ♫.

Si os parece vamos a observar cómo funcionan algunas músicas miradas desde el punto de vista de la tensión y la relajación  ♫.

En la India se hace una hermosa música que nunca tiene grandes contrastes; no pasa del fuerte al piano bruscamente, ni se para de repente y vuelve a arrancar. No, es una música fluida que transcurre como un tranquilo río. Paulatinamente va creciendo, se va haciendo más rápida, con más cantidad de notas hasta que al final, al cabo de un rato, se acaba; eso sí, después de haber envuelto a los oyentes. Es una música que empieza muy relajada y va pasando por distintas partes cada vez con un poco más de tensión  ♫.

En un libro llamado ‘‘Música, pensamiento y educación’’ viene una breve descripción de un adolescente inglés de diecisiete años que explica su primera experiencia en un recital de sitar de la India. Durante veinticinco minutos no observó nada de particular, pero estuvo a la espera de lo que pudiera ocurrir. Y ocurrió. Lo cuenta así   ♫:

“Sucedió algo mágico. Al cabo de un rato, la música empezó a envolverme insidiosamente. Poco a poco mi mente quedó estupefacta. Arrebatado por los sonidos suaves pero irresistibles, me sentí transportado a un mundo nuevo de colores y formas musicales. Casi sentí como si los músicos me estuvieran pulsando a mí, en lugar de sus instrumentos y yo también aplaudí y suspiré con todos los demás. Perdí la noción del tiempo y de todo lo que no fuera música. Después, todo acabó, pero estoy seguro de que aquello fue el comienzo de una profunda admiración que yo profesaré siempre a una forma de arte que había ignorado hasta ese momento  ”.

Está claro que al joven que escribió esto le gustó la música; aunque no tenía grandes cambios ni tensiones desatadas, llegó a apasionarle. Esto nos demuestra que, aunque el juego de tensar y relajar la música produce normalmente emociones, también hay muchas músicas que no se tensan y, sin embargo, emocionan. Podemos llamarlas músicas líricas, como el sitar que hemos oído, o como esta flauta del Rajastán  .

Vamos a ver ahora, es decir, vamos a oír, un curioso caso. Es el famoso Bolero de Ravel. Es una obra para orquesta que dura quince minutos y se pasa todo el tiempo repitiendo una única melodía y sin acelerar nada en ningún momento. Ravel en esta obra consigue que los oyentes empecemos muy relajados y terminemos con una gran tensión emocional. ¿Cómo lo hace?, os preguntareis. Pues sencillamente, incorporando los instrumentos de la orquesta poco a poco y, de paso, aumentando la intensidad. O sea, comienza un instrumento y terminan tocando todos. Empieza la obra muy pianito  y termina fortísimo. Así aumenta la tensión y empieza de forma lírica y se va dramatizando con el paso de los minutos. Su comienzo es así  ♫. A los seis minutos va así   ♫. A los nueve minutos ya suena así   ♫. Y el final es éste   ♫:

¡Buf! ¡Qué tensión! ¡Qué barbaridad! Bien, pasemos al ejemplo siguiente. Pertenece a otra famosa obra: el Adagio para instrumentos de cuerda del compositor americano Samuel Barber. Este Adagio dura unos siete minutos. Comienza muy tranquilo, pero cuando la obra va por la mitad empieza a coger bastante tensión, o sea, se dramatiza. ¿De qué manera? Pues repitiendo pequeñas partes de la melodía que suben poco a poco hasta las mayores alturas, tocando varias melodías a la vez, acelerando un poco el ritmo, y además haciendo lo mismo que hizo Ravel en su bolero, es decir, subir el volumen del sonido. Y ocurre una cosa extraordinaria: cuando la música llega a un punto de máxima tensión, se produce un largo silencio. Y es ese silencio el que potencia la tirantez dramática conseguida y, a la vez, la descarga para la calma que viene después. Es un silencio que conduce la gran tensión acumulada hacia una aliviadora distensión. Oigámoslo   ♫.

Antes de oír la siguiente música, hagamos un ejercicio con las manos. Es el siguiente: unimos nuestras manos y, lentamente apretamos una contra otra. Ahora aflojamos poco a poco; y volvemos a apretar otra vez más que antes; y volvemos a aflojar pero muy poco porque seguimos apretando más todavía; aflojamos un poquito y ahora, con todas nuestras fuerzas, apretamos todo lo que podemos, y aflojamos lentamente;  aflojamos hasta conseguir una completa relajación. Este procedimiento es muy utilizado en la música romántica. Es como subir cada vez a montañas más altas, hasta llegar a la cumbre de la montaña más importante, para después volver a bajar por el atajo más cercano. A esa cumbre en música se le llama clímax. Observad cómo sube a ese clímax el II mov. de la 7ª Sinfonía del compositor alemán Anton Bruckner   ♫.

Si alguno de vosotros quiere experimentar un cierto tipo de emociones como la expectación, la duda, la desesperación, el anhelo, el ensueño, el furor, el sufrimiento, la embriaguez, la meditación, etc, etc… no tiene nada más que escuchar música dramática y sus deseos se verán cumplidos, especialmente si la música está compuesta en el siglo pasado. Sin ir más lejos, ésta que oímos pertenece a la 4ª Sinfonía de Chaikovsky. Vais a ver cómo se carga el ambiente, se tensa como una goma tirante, está a punto de romperse y luego se afloja. ¿Cómo lo consigue Chaikovsky? Pues por el infalible método de repetir, acumular, subir, aumentar la fuerza, los instrumentos, la velocidad, ampliar la armonía y después, serenarlo todo y aflojar toda la tensión. En fin, esto se hace con procedimientos musicales que se han inventado para eso, para crear emociones  ♫.

Y del último ejemplo que viene no os digo nada. Simplemente oídlo y observad cómo se atiranta y relaja la música varias veces. Luego os diré qué es  ♫. ¡Magnífico! Era el final del ballet de Ravel llamado Dafnis y Cloe, una auténtica demostración de cómo tensar y destensar, estirar y aflojar, presionar y aliviar.

Y nada más. Os invito a que pongáis en vuestro equipo de sonido cualquier música que os guste del s. XIX ó XX, y analicéis sus tensiones y relajaciones.

El próximo día tendremos en SONIDO Y OÍDO: UN ASUNTO DE PERSPECTIVA. Estaremos como siempre en la segura compañía técnica de Carlos Arévalo. Hasta entonces: Adiós y adiós.

© Fernando Palacios

11 Ago

32 Todos los fuegos. El fuego

Programa radiofónico nº 32 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

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Una selección musical tomando como centro el elemento más luminoso, caluroso y mágico de cuantos hay. Personajes íntimamente ligados al fuego desfilan por aquí: Prometeo, Orfeo, Fausto, Juana de Arco… Y, por supuesto, un repaso a los fuegos musicales.

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Roland tantea en la mesa baja hasta encontrar cigarrillos, pone uno en los labios de Sonia, acerca el suyo y los enciende al mismo tiempo. Se miran apenas, somnolientos, y Roland agita el fósforo y lo posa en la mesa donde en alguna parte hay un cenicero. Sonia es la primera en adormecerse y él le quita muy despacio el cigarrillo de la boca, lo junta con el suyo y los abandona en la mesa, resbalando contra Sonia en un sueño pesado y sin imágenes. El pañuelo de gasa arde sin llama al borde del cenicero, chamuscándose lentamente, cae sobre la alfombra junto al montón de ropas y una copa de coñac. ♫

Algo más tarde, Sonia grita queriendo desatarse del abrazo ardiente que la envuelve desde el sueño, y su primer alarido se confunde con el de Roland que inútilmente quiere enderezarse, ahogado por el humo negro. Todavía gritan, cada vez más débilmente, cuando el carro de bomberos entra a toda máquina por la calle atestada de curiosos. “Es en el décimo piso”, dice el teniente. “Va a ser duro, hay viento del norte. Vamos”.

Así termina un estupendo cuento del escritor argentino Julio Cortázar que se llama Todos los fuegos, el fuego. Nuestro programa de hoy toma el título de este cuento porque va a tratar del elemento más luminoso, caluroso y mágico de cuantos hay. Hoy disfrutaremos de la compañía de TODOS LOS FUEGOS, EL FUEGO. ♫

Cuenta la mitología griega que en la antigüedad sólo conocían el fuego los dioses, pero un titán llamado Prometeo lo robó, lo metió en un bastón hueco y lo entregó a los hombres. Y además, de propina, también entregó a la humanidad la cultura, que no es paja. Por esta razón los dioses le castigaron. Esta historia ha sido muchas veces contada por escritores y puesta en música por compositores como Beethoven, Hugo Wolf, Schubert, y Scriabin. Precisamente de este último, de Alexander Scriabin es la obra que estamos escuchando: Prometeo, poema del fuego. ♫

El compositor alemán Ricardo Wagner utilizó muchísimo el fuego en su monumental obra El anillo del Nibelungo, basada en la mitología nórdica. Cada vez que Wotan, el dios supremo, necesita fuego se lo pide a Loge, que es naturalmente el dios del fuego. Las llamaradas son descritas así por la orquesta  ♫. Al final de este gran drama de diecisiete horas que es El anillo del Nibelungo, la heroína, llamada Brunilda, se tira con su caballo al fuego donde está su amado Sigfrido. El fuego crece hasta que destruye toda la ciudad de los dioses  ♫. Este es el final de El anillo del Nibelungo  .

Seguramente uno de los fuegos que más tinta ha hecho y hace correr es el que viene en la Biblia como fuego eterno, o sea, aquello que se ha dado en llamar infierno. Así lo describe Listz en su Sinfonía Dante  ♫. Algunos de los personajes más famosos de la literatura y de la música han pasado por el infierno. Orfeo, sin ir más lejos, acudió a buscar a su desaparecida Eurídice para devolverla al mundo de los vivos  ♫.

Cientos de compositores han hecho música sobre la historia de Orfeo. Entre ellos Monteverdi, Gluck, Stravinsky, y un graciosísimo compositor de operetas llamado Offenbach, que hizo una sátira sobre esta historia llamada Orfeo en los infiernos. Esta es su música  ♫.

Otro famoso personaje que fue a parar a los fuegos del infierno por vender su alma al diablo fue Fausto, otra historia muy querida por los compositores románticos. Schubert, Schumann, Wagner, Listz, Gounod, y por su puesto Berlioz, que le dedicó una gran ópera llamada La condenación de Fausto  ♫.

Aparte de mitologías y leyendas, lo que sí es cierto es que hombres y mujeres hemos buscado siempre el fuego para calentarnos cuando hace frío, iluminarnos en la oscuridad. Nos viene de perlas para cocinar, esterilizar las cosas, secarlas, moldear los objetos y para solucionarnos un sinfín de necesidades. Una película del director francés Jean Jacques Annaud  titulada En busca del fuego trata de eso, de como una tribu de la prehistoria pierde el fuego que tanto les había costado conseguir y, al no saber cómo hacerlo, tienen que mandar una comisión en busca del fuego. Su banda sonora suena así  ♫.

Pues si, el fuego es algo fundamental. Además de sus importantes aplicaciones, el fuego es utilizado también en todo el mundo como algo sagrado y mágico. Por estas razones se mantiene encendido perpetuamente en los templos. Incluso en algunos ritos se pasa el fuego de vela a vela para mantener su significado sagrado  ♫.

Tampoco debemos olvidar que el fuego se utilizó de una manera terrible y macabra para purificar las almas de los que, en tiempos pasados, eran considerados herejes y brujos por la Inquisición. Juana de Arco, la famosa heroína francesa, fue una de las víctimas. Murió en la hoguera  ♫. Honegger, compositor de nuestro siglo, compuso una ópera preciosa sobre esta historia que tituló Juana de Arco en la hoguera  ♫.

En países del Pacífico y en la India se practica la incineración, que es la destrucción de los cadáveres por el fuego, para que el alma se purifique, se libere del cuerpo y ascienda al cielo. En Benarés, ciudad santa de la India, después de la cremación se esparcen las cenizas por el río sagrado que pasa por allí mismo: es el Ganges  ♫.

Pero dejémonos de estas truculencias y consideremos el fuego como arte, o sea, como algo que puede ser modificado por nosotros para conseguir belleza. Ya sabéis a qué me refiero, a los fuegos artificiales  ♫. Esta música la compuso Händel para acompañar una sesión real de fuegos artificiales  ♫.

Si Händel hizo esta espléndida música para ambientar las sesiones de fuegos del rey, Debussy tiempo después simplemente los describe con el piano en uno de sus Preludios  ♫.

Una de las grandes apoteosis del fuego como fiesta se celebra en Valencia; son sus célebres Fallas  ♫. Ya en el siglo XVI, en la noche del día de San José, los carpinteros valencianos hacían grandes hogueras a las que tiraban al final un muñeco. El espectáculo fue evolucionando hasta llegar al derroche de ingenio escultórico que, en breves minutos, es pasto de las llamas al son de este pasodoble  ♫.

No siempre se quema solo lo que se quiere (como ocurre en las Fallas), a veces domina el propio fuego: una simple chispa, un cigarro mal apagado, un cable de la luz, una brasa, un rayo de sol que pasa por una botella o un loco pirómano y, de repente, el fuego se hace dueño de la situación y se produce un incendio  ♫.

Si alguien ha vivido o ha visto un incendio alguna vez se habrá dado cuenta de que es algo terrible. El fuego con su fuerza devastadora es capaz de aniquilar todo lo que se le pone por delante. Los incendios se han comido bibliotecas donde se guardaban libros que contenían todos los conocimientos de una época, como ocurrió en Alejandría. Se ha comido Museos con obras únicas, puertos enteros, bosques… hasta ciudades, como Roma, Londres, Lisboa o Santander, han sucumbido a sus llamas  ♫.

¿Recordáis el final de la película Rebeca de Hitchcock con la pérfida ama de llaves dentro de la casa incendiada por ella misma?  ♫ ¿Y El coloso en llamas con toda una ciudad intentando sofocarlo?  ♫ ¿Y la escena de El nombre de la Rosa con una increíble y monumental biblioteca pasto de las llamas?  ♫  En fin, los incendios son un mal que todos debemos intentar evitar. No hay que dejarlo todo a los bomberos  ♫.

En música no solamente hay los fuegos que habéis oído en este programa, ¡hay muchos más! Por ejemplo, tenemos la ensalada de Mateo Flecha que se titula así: El fuego  ♫. También aparece el fuego en las obras que tratan de los elementos del mundo, como en ésta de Jean-Fèry Rebel  ♫ De las 104 sinfonías que compuso Haydn, hay una que se llama El fuego. ¿Sabéis cuál es? La 59  ♫.

Así mismo, hay una zarzuela de Barbieri que tiene mucho que ver con nuestro tema de hoy, pues se titula  Jugar con fuego  ♫. Hay también una polca de Joseph Strauss que es una Prueba de fuego  ♫. Hay hasta un Ángel de fuego compuesto por Prokofiev  ♫. El pájaro más bailarín, El pájaro de fuego de Stravinsky  ♫.

Un cantante de rock and roll tiene tanto dinamismo que arrasa el escenario  ♫. Es Jerry Lee Lewis, o sea, Bola de fuego  .

La pasión, el entusiasmo, la efusividad y el arrebato, están íntimamente relacionados con el calor, con las llamas, con el fuego. Por eso decimos tantas veces las llamas del amor, la fogosa pasión, o el ardiente corazón. Esta canción de Gesualdo da Venosa, un gran compositor del Renacimiento, se llama así: Arde mi corazón, arde por ti, bien mío  ♫.

Cuando un compositor quiere que el intérprete toque su partitura con pasión, con fuerza, con calor, le escribe en la partitura con fuego. Así empieza el 4º Mov de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Antonín Dvorák: es un Allegro con fuoco  .

También hay músicas de fuego en los cigarros, de fuego en los cañones, como el final de la Obertura 1812 de Tchaikovsky, con cañones disparando entre el escándalo de la orquesta y las campanas  ♫.

Bueno, se acabó lo que se daba. Hemos llegado al final. Espero que entre tanto fuego no hayáis salido chamuscados  ♫. Por cierto, ¿podríais añadir a las músicas de fuego que hemos oído hoy todas las que os sabéis? ¡Menuda colección de fuegos!  ♫  Este que estamos oyendo, sin ir más lejos, se titula Fuego en la montaña.

El próximo día, SONIDO Y OÍDO tratará de un fenómeno importantísimo de la música: LA TENSIÓN Y LA RELAJACIÓN  ♫.

El comandante Arévalo puso orden en los mandos  ♫

Nos oímos el próximo día. Adiós y adiós  ♫

© Fernando Palacios

Clave de Sol fuego