07 Sep

Magia y locura de Händel

Haendel

Cuento musical para niños y familias

. Música: Händel (selección)
. Cuento: Fernando Palacios

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El programa del concierto lo forman doce composiciones de Georg Friedrich Händel (ocho movimientos de las tres suites de la Música Acuática y cuatro arias de varias de sus operas). Las distintas piezas serán presentadas, explicadas y tomadas como base para varias actividades con la audiencia.

Si queremos despertar el interés de los alumnos por hechos históricos, tenemos que encontrar el modo de contarles la historia de forma que les proporcione imágenes e impresiones que perduren en ellos.

07 Sep

La música infinita de Bach

BACH

Cuento musical para niños y familias

. Concierto didáctico para alumnos de Educación Primaria y Secundaria
. Formación: Orquesta barroca, coro, órgano y soprano
. Música: J. S. Bach (selección)
. Cuento: Fernando Palacios

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Con La música infinita del Bach se cierra el ciclo que el programa Música en Acción ha dedicado los tres grandes, las tres “B” de la música alemana… y de la historia de la música occidental: Beethoven, Brahms y Bach. Los dos conciertos anteriores, que tuvieron lugar en los cursos 2009-2010 (Beethoven) y 2010-2011 (Brahms) estuvieron dedicados a los estudiantes de Educación Secundaria. En esta ocasión el mundo sonoro del gran maestro de todos los tiempos, Johann Sebastian Bach, se abre también a los alumnos de Educación Primaria.

06 Sep

Un triedro – guitarra (1976)

Para guitarra preparada
Estrenada en la Societat Coral “El Micalet”, el 5 de abril de 1975
por Emiliano del Cerro

La música es un arte del tiempo, interrelaciona espacios y plantea problemas espaciales y geométricos.

El propósito de esta obra es reproducir en nuestro interior una distribución del espacio. La música funciona como conductor para obtener como resultado un espacio que, en definitiva, es un triedro. El tiempo es un medio, el espacio un fin.

Consta de tres partes, con una duración aproximada de tres minutos cada una. En cada parte hay tres maneras de entender las elementos que componen un triedro.

Triedro

06 Sep

Cuando sólo la personalidad se pierde (1975)

Cuando personalidad 2

Música gráfica para piano obligado y conjunto instrumental indefinido

Dedicada al Grupo Glosa
Estrenada en el Colegio Mayor Covarrubias el 4 de dic. de 1975

La obra se basa en dos dinámicas, dos gráficas y dos timbres distintos que se enfrentan en el tiempo. Por esta causa y como consecuencia de un importante acontecimiento central, se invierten sus formas dinámicas y sus grafías, resultando otro enfrentamiento diferente y de menor duración que el primero. Sólo la esencia (sentido y timbre) prevalece; lo demás se transforma o pierde.

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04 Sep

21) La percusión que nos llega

Percusión

Concierto de instrumentos de percusión para jóvenes

. Iniciación las músicas de vanguardia del s. XX
. Grupo de percusión (Neopercusión) y narrador
. Música: Varios autores
. Texto: Fernando Palacios

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Los conciertos de percusión para jóvenes están constituidos normalmente por explicaciones sobre los instrumentos, que acaban rematándose con piezas espectaculares, sambas arrebatadoras y participación del público. En esta misma línea, hay otro género de conciertos de percusión en que se cuenta la aventura y evolución de esta familia instrumental desde su aparición -con el hombre primitivo- hasta la perfección de nuestros días. Nuestro concierto, sin embargo, es diferente, y lo es porque parte de una propuesta de mayor riesgo: trata exclusivamente de músicas contemporáneas escritas especialmente para la percusión, de sonidos de nuestro arte actual, es decir, de una música que tiene un escaso público y un rechazo sistemático de la afición. No cabe duda de que este concierto no es nada fácil, ya que no pretende dar una clase sobre cada uno de estos atractivos instrumentos -para eso ya está el aula, o los otros tipos de concierto-, sino que busca hacernos reflexionar sobre el arte sonoro de nuestro tiempo y su proyección en el venidero.

Pero, además, este concierto se tornará en algunos momentos espectáculo multimedia, con proyección de diapositivas de arte plástico del siglo XX y con la narración de textos y poemas especialmente compuestos para esta ocasión. En ellos se podrán apreciar conexiones y relaciones entre distintas artes del “siglo de las vanguardias”; de este modo, apoyándose un arte en otro, confundiendo sus lenguajes, podremos tener una idea más cercana de qué ha sido y qué será del arte que nos llega.

30 Ago

El jardín de las delicias (orquesta sinfónica) (2012)

  

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En el cuento musical El jardín de las delicias la tradición y la modernidad se unen tanto en las músicas (antiguas y actuales, cuarteto clásico con instrumentos de juguete), en los cuentos (historias clásicas actualizadas) como en las imágenes (detalles de El jardín de las delicias proyectados y animados en pantalla). Un recorrido a través de la literatura y la música, junto al cuadro más original y emblemático de su tiempo (s. XVI), y el añadido de juegos participativos de los niños.

Se trata del estreno absoluto de un cuento musical, escrito a partir de El poema “La conferencia de los pájaros” (Mantiq al Tayr), de Farid Ud-Din-Attar (poeta persa del s. XII), y del cuento infantil “El rey búho”.

Está dirigido a niños de 7 a 11 años, y tiene una duración aproximada de 35’, preludiado por una introducción didáctica de unos 15’. En total, se completa un concierto didáctico de 1h. aproximadamente. Para su interpretación se precisa una sala con proyector, pantalla y escenario para albergar a un cuarteto de cuerda y un narrador con micrófono y una bandeja para colocar los artilugios musicales que interpretará.

Para la composición de esta obra el autor ha tenido en cuenta la posible participación del Cuarteto Quiroga, uno de los mejores cuartetos jóvenes del mundo.

30 Ago

TUVE TUBA POR UN TUBO (grupo de metales) (1998)

Cuento musical semiescénico para dos intérpretes de tuba, cuatro trombonistas, un batería y un narrador

Encargo del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea
Estrenada en el 14º Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante, el 24 de septiembre de 1998.

PARTES DE LA OBRA

Introducción 1ª – Fanfarrias y llamadas
Introducción 2ª – Crónica del día
Escena 1ª – Los espontáneos hacen la música
Escena 2ª – El teatro revive
Escena 3ª – El sueño de Miguel
Escena 4ª – Solo, canon y trabalenguas.

PIEZAS MUSICALES

1º –  Fanfarria – sexteto y percusión, fuera de escena
2º –  Balada – sexteto y percusión, fuera de escena
3º –  El motor – 4 trb. y batería, en escena.
4º –  Bostezo – 4 trombones, fuera de escena.
5º –  Parodia – caracolas, fuera de escena.
6º –  Caos – 4 trombones atacando al público.
7º –  El sueño de Miguel – 2 tubas, 2 mimos y recitador
8º –  Solo – tuba
9º –  Cánones – tutti y público
10º – Trabalenguas – tutti
11º – Efecto lejano – caracolas

El nacimiento de esta obra se produce por la azarosa carambola de tres proposiciones entre amigos. Para hablar de la primera nos remitiremos al verano del 93. Concretamente nos detendremos en el avión que nos lleva a unos cuantos profesores a impartir un curso de educación musical al Orff Institut de Salzburgo. Es Sofía López-Ibor, compañera de asiento, quien, aprovechando los meandros de una conversación trivial me hizo la siguiente sugerencia: “¿Por qué no compones un canon en un compás raro para enseñarlo en mi clase?” Puse manos a la obra allí mismo y al rato le dediqué un canon a 5/8, con tres entradas, que titulé Tuve tubos por un tubo (su curso tenía como tema “los tubos”). Al final se demostró que era algo difícil para montar en una clase y allí quedó, más o menos olvidado.

Cuatro años después, Miguel Moreno, tubista y animador constante del homogéneo panorama musical madrileño, me llamó por teléfono para hacerme una segunda proposición, similar a la primera: “¿Por qué no compones una obra para niños dedicada a mi grupo, The Sir Aligator’s Company?”. La cosa iba tomando forma cuando llegó el tercer “por qué no…”. Éste me tocó hacerlo a mí, y la destinataria fue Consuelo Diez: “¿Por qué no estrenamos una obra para niños en el Festival de Alicante?”… A esta virtual carambola a tres bandas le siguió una operación matemática: si al fruto de estos tres encargos le sumáramos un guión, unos textos, unos meses de trabajo y un montón de cambios, variaciones, desarrollos y juegos, nos podría dar como sumando un cuento musical semi-representado que se estrenaría hoy. Pues exactamente eso es lo que ha ocurrido. El germen de toda la música de ‘Tuve tuba por un tubo’ es, por tanto, aquel canon que, tomando distintas apariencias (violenta y guerrera, triste y ensoñadora…), cierra ese largo viaje que empezó hace cinco años en un avión y concluye ahora en un teatro. Gracias, por tanto, a esos tres amigos que han puesto su confianza al alcance de mi corto ingenio.

Es éste un espectáculo elemental, participativo y didáctico donde se buscan relaciones entre sonido, movimiento, lenguaje y dramatización. Los músicos son los protagonistas de la historia: todos ellos salen y entran, se mezclan con el público, gesticulan y se mueven en coreografías muy simples; de esta manera se establece un juego teatral con el rito del concierto, con la pasividad-actividad del público, con la paradoja del escenario, con los tiempos presente, pasado y futuro… Otro de los objetivos prioritarios de esta obra es contribuir a conformar un repertorio de obras que introduzcan a niños y profesores en la estética sonora de nuestro tiempo. Creo que es una tarea esencial educar la sensibilidad de “todos” los públicos de hoy hacia sonidos y músicas actuales; y, ¿qué mejor que hacerlo a través de obras musicales concretas que se muestren con meticulosos tratamientos didácticos, sin por ello descafeinar sus lenguajes expresivos?. Partiendo de este principio, Tuve tuba… utiliza procedimientos compositivos que van desde el puro y simple efecto sonoro, hasta la aleatoriedad, contrapuntos tonales y atonales, polirritmias variadas, ritmos de jazz, solos virtuosísticos, improvisaciones, cánones y piezas de estructuras simples y complejas… un cosmos musical que se muestra engarzado por el hilo de un cuento que, obviamente, no contamos para no despachurrar sus intríngulis.

30 Ago

Pianocócteles

Nueve piezas breves para piano en dos cuadernos y un epílogo  (1994)

Estrenada en el Auditorio del Museo Reina Sofía
Francisco Luis Santiago (piano)

Dedicada a Francisco Luis Santiago, gran pianista, entusiasta de la música del siglo veinte, buen amigo, experto en coctelería y promotor de su composición y estreno.

El primer cuaderno de esta obra fue compuesto entre los días 19 y 25 de agosto de 1994, en Denia (Alicante). El segundo cuaderno y el epílogo entre el 26 de diciembre de 1997 y el 6 de enero de 1998, en Castejón (Navarra) y en Madrid.

Primer Cuaderno:

  • Dry Martini
  • Gin Tonic
  • Daiquiri
  • Mojito

Segundo Cuaderno:

  • Porto Flip
  • Lady Love
  • Manhattan
  • Whisky Sour

Epílogo:

  • Brons

Quien haya leído “La espuma de los días” de Boris Vian, sabrá de la existencia de una insólita máquina que, bajo la denominación de pianocóctel (también traducida como pianóctel), es capaz de sonar como un piano y elaborar a la vez exquisitos cócteles. Su funcionamiento es descrito de esta manera en la novela: “A cada nota hago corresponder un alcohol, un licor o bien un aroma. El pedal corresponde al huevo batido y la sordina al hielo. Para el agua de Seltz hace falta un trino en el registro agudo. Las cantidades están en proporción directa a la duración”. En efecto, después de tocar una pieza musical se produce el fenómeno: “una parte del panel delantero se abatió con un golpe seco y apareció una fila de vasos. Dos de ellos estaban llenos hasta el borde de una apetitosa mezcolanza”. Según comenta Vian, el cóctel producido por la máquina después de tocar un blues tiene un evidente sabor a blues; aún más, el famoso tema Misty Morning “da un cóctel gris perla y verde menta con un gusto de pimienta y ahumado”, es decir, los mismos componentes musicales de la canción.

Si bien en la novela los cócteles son el fruto bebible de la interpretación de piezas musicales en el teclado del invento, en estos Pianocócteles los sonidos son la consecuencia de la meditación, análisis e ingestión de nueve cócteles clásicos, la contestación particular de un compositor a estas dos preguntas: ¿qué relaciones podrían establecerse entre el arte de la coctelería y el musical?, ¿qué piezas musicales debieran tocarse en un pianocóctel para que produjeran combinados tradicionales?.

Algo de luz clarificadora se encuentra en el sustancioso libro “365+1 Cócteles. Ars Combinatoria”. En su prólogo, Carlos Delgado reivindica para el cóctel la parcela de arte del gusto que le corresponde: “La combinación de unos pocos elementos básicos según proporciones exactas y precisas, reducibles o expresables en fórmulas matemáticas, es la base de todo lo que existe, o al menos, es el camino de su conocimiento. […] Cuando hacemos un cóctel, estamos realizando un acto en todo similar al que efectúan nuestros pintores, músicos, o literatos. Como ellos, combinamos un número limitado -más o menos amplio- de elementos, bebidas en nuestro caso, y lo hacemos con el claro objetivo de crear un producto distinto, resultado de la interacción de esos mismos elementos que por sí solos no son nada, o lo son muy poco, y en cualquier caso de otra manera. Para ello, no basta la mezcla desordenada, al azar. Es necesario ajustarse, aun sin saberlo, a unas estrictas leyes que permitan la correcta mezcla de elementos dispersos; leyes que si no se acatan tomarán venganza con la fría crueldad del caos”.

Otra luz, más emocional, la arroja Fernando G. Campoamor en su pequeño pero sustancioso cuadernillo “Coctelería Cubana. 100 recetas con Ron”: “Este mundo de los luminosos alcoholes es muy temperamental, muy diverso y muy complicado psicológicamente […] Un cóctel es un estimulante de la cordialidad humana […] Es una variante de la educación, y hasta de la cultura”.

¿No es cierto que estas declaraciones de principios se aproximan mucho a definiciones del arte musical? Al compositor así se lo parece, de hecho ha partido de estos principios para la confección de los Pianocócteles que les invita a degustar.

Están agrupados por parejas -más el añadido de una pieza extra- y distribuidos en dos cuadernos, compuestos con tres años de diferencia. El primer cuaderno fue estrenado por Francisco Luis Santiago en Salamanca en enero de 1995. La obra completa se estrena en el concierto de hoy.

La primera pareja de Pianocócteles tiene como base la noble y respetuosa ginebra: son escuetos, clásicos y con un cierto distanciamiento de fría elegancia. La transparencia enigmática se degusta en el Dry Martini a tragos cortos, frescos y suaves. Los largos silencios, destilados por los aromas ligeros del Martini seco asociados al bálsamo de la corteza de limón, suplantan cualquier posible desarrollo (algunos de los mejores que se recuerdan los elaboran en Chicote y en Casa Pueblo, dos grandes bares de Madrid). El Gin Tonic es una difuminación y extensión de los sabores anteriores bajo la intervención de la tónica: mantiene el hipnotismo de la pieza anterior, de la que deriva, pero ya se encuentra en un estado más desarrollado, con más “ambiente” y sobresaltos (es de reseñar el detalle de alquimista con que  prepara Dachari este cóctel en el Pub Bambinos, de Castejón de Navarra).

Como no podría ser menos, la pareja siguiente toma como base el ron cubano que, con el añadido de limón y azúcar, nos trae recuerdos del corsario Drake, del son de Santiago de Cuba, del danzón clásico, del gran bebedor Hemingway… El Daiquiri -o Daiquirí, como lo llaman en el lugar donde obtuvo su pasaporte internacional, El Floridita de La Habana: tomarlo allí adquiere carácter de revelación- muestra su alta cuna de finos ritmos  de etiqueta, junto al misticismo primitivo y ácido de los limones del Caribe. Por su parte, los aromas de hierbabuena -que siempre saca la pena, como dice el cantar-, y la gracia de las burbujas de la soda del popular y refrescante Mojito, producen recitativos, acumulaciones, boleros y danzones que explotan en un final de carácter repetitivo: ¡es que es muy difícil tomarse uno solo!, dice quien lo prueba (ninguno mejor que los que se preparan en casa de Jose y Elsa en los Carnavales de Las Palmas)

El segundo cuaderno se inicia con dos amorosos y energéticos Pianocócteles que tienen como base el vino de Oporto, o lo que es lo mismo, el fado sentimental. El Porto Flip tiene un punto que recuerda a los ponches que nos chutaban nuestras madres para combatir el catarro: la yema de huevo, el azúcar, la canela molida, la nuez moscada… un combinado de tonos largos y espaciados que envuelven maternalmente a diseños melódicos interrumpidos y armónicos fortuitos. Lady Love es una dulce canción (crema de menta blanca, guindas al marrasquino, jarabe de frambuesa) de oscuros y perseverantes ecos (coñac, curaçao). El molto adagio e rubato de esta pieza tiene mucho que ver con el mano a mano nocturno que mantiene con el oporto el que suscribe con su particular “Lady Love”.

El último par de esta obra lo forman dos piezas estimulantes que tienen al bourbon como ingrediente básico: la consistencia y el carácter de este whisky marca por completo la matemática y desarrollo armónico de estos dos Pianocócteles. El Manhattan -uno de los diez fundamentales de la técnica coctelera- es lleno, denso y grave, con grandes resonancias y largos espacios para degustar sus tres estructurados sabores: contundentes y añejos del bourbon, cálidos y mediterráneos del Martini, y amargos y dramáticos de la angostura. Siempre se percibe como un combinado solitario e introspectivo, de gran vida interior, poco dado a la cháchara y al mundanal ruido (la misteriosa copa oscura que aparece como ilustración en el libro “La Magia de los Cócteles”, de Gotarda -”The King”, como era conocido-, habla mejor que nadie de su profunda esencia). Sin embargo, el Whisky Sour es todo frivolidad, innecesariamente contundente, ácido y nervioso, excitante y agresivo. La primera vez que se toma suele golpear fuertemente con su puño de limón, la segunda (si es en el Gimlet, de Barcelona, mejor) causa efectos contradictorios: amor-odio, deseorenuncia… El pianista que la estudia también entra en el torbellino de atracción-repulsión: la seducción de su ritmo desaforado lucha a muerte con una ejecución que roza lo imposible. Es terrible que sea así, pero el combinado se lo merece.

La serie concluye con una brevísima y contemplativa pieza, más propina que epílogo: el Brons -con esa “s” que le colocó Chicote en su libro “La Ley Mojada”- de ginebra, jugo de naranja y vermut con que homenajea el dedicatario de esta obra a sus invitados cuando suenan las campanadas de la cita. Su ingestión ha activado en el compositor y redactor de estas líneas resortes ocultos, fruto de los cuales es esta modesta contribución al “Ars Combinatoria” de la coctelería musical.

29 Ago

El Arte de Escuchar 2013-14

EL ARTE DE ESCUCHAR II

Curso permanente de apreciación musical 

Escuela Arcos

Dirigido a aficionados y no aficionados, profesionales y no profesionales, alumnos y padres, curiosos y desatentos. A partir de 14 años.

Dos martes cada mes (Octubre 2013 – Junio 2014)

Ante la petición de los asistentes al ciclo de charlas sobre apreciación musical que iniciamos el curso pasado, continuamos este nuevo curso con una segunda edición, que nos ocupará desde el mes de octubre de 2013 hasta junio de 2014. El propósito sigue siendo el mismo: despertar nuestro adormecido oído y sacar el máximo rendimiento al repertorio de la mejor música posible.

Seguiremos analizando la música y su relación con otras artes desde ángulos infrecuentes. Si los temas tratados en las 16 clases del curso pasado fueron bien acogidos (El número 8; Simetrías, reflejos y repeticiones; Pedales y círculos; Bordones y ostinatos; El swing y la forma 8 x 4 = 32; Bromas musicales; El color en la música; Percusiones del cuerpo…), intentaremos que los del presente curso alcancen el mismo interés. Para ello estamos preparando un buen arsenal de grabaciones, vídeos, esquemas, proyecciones y muestras en vivo que, en la medida de lo posible, nos harán comprender mejor los intríngulis de la música.