16 Ago

5) La conspiración del 8

Espectáculos didácticos.Dossier-10

Cuento musical para piano a 4 manos y narrador

. Un cuento nuevo donde se estudia la importancia del número 8
. Formación 3: Piano a 4 manos y narrador (con o sin proyecciones).
. Música: R. Strauss, Holst, Gershwin, Beethoven, Schubert, Rimsky-Korsakov…
. Cuento: Fernando Palacios
. Intérpretes: F. Luís Santiago y Menchu Mendizábal
. Observaciones: de reciente creación

Este cuento musical dirigido a niños de todas las edades, trata de observar el número 8 desde muchos ángulos. Un concierto donde, a través de diversos juegos y de un cuento musical con cierta intriga y de corte histórico, nos acercamos a un extenso repertorio de música para piano a cuatro manos para contarla (echar cuentas) y contarla (narrarla).

El repertorio de este cuento musical es sumamente variado, expresivo y enigmático: Beethoven, Schubert, Rimsky-Korsakov, Strauss, Holst, Falla y Gerswhin, entre otros. Las diversas músicas seleccionadas (todas ellas muy relacionadas con el número ocho) nos guían en la historia, y nos hacen participar con textos ritmados, juegos de manos, ejercicios de contar y canciones.

16 Ago

4) Mi madre la oca

oca      Espectáculos didácticos.Dossier-9

Concierto participativo para niños y familias

. Momentos estelares de los cuentos clásicos de Perrault
. Formación 4: Piano a 4 manos, cantante (o coro de niños), narrador, instrumentos informales y proyecciones
. Música: Ravel: Ma mère l’oie, Pavana y Le tombeau de Couperin
. Cuento: Fernando Palacios (basado en los cuentos de Perrault)
. Intérpretes: F. Luís Santiago, Menchu Mendizábal y Virginia Prieto (sop.)
. Ediciones: Agruparte

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Mi madre la oca (guía didáctica en pdf)

En la Francia del siglo XVII comenzaron las primeras ediciones de cuentos de hadas. Una veces eran recopilaciones de cuentos redactados con primor, otras nuevos cuentos inventados en el estilo tradicional. El primero fue Charles Perrault (La bella durmiente, Caperucita Roja, Barba azul, El gato con botas, La Cenicienta, Pulgarcito…). Madame d’Aulnoy le siguió con El cuarto de las hadas (donde se encuentra El serpentino verde) y Madame de Beaumont con La bella y la bestia.

Un par de siglos después (ya en el XX), Maurice Ravel eligió algunos momentos mágicos de estos cuentos para inspirar su obra Ma mére l’oie (Mi madre la oca). Primero la compuso para piano a cuatro manos, y más tarde la orquestó. El gran compositor francés comentaba con respecto a su obra: “El deseo de evocar en esas piezas la poesía de la infancia me condujo naturalmente a simplificar mis maneras y a despejar mi escritura”. En el momento más destacado de su carrera, Ravel dedicó esta limpia y sencilla joya musical al público infantil: nadie discute que es una de sus mejores obras.