10 Ago

21 El hombre del tiempo

Programa radiofónico  nº 21 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Con mañana soleada, música alegre y ruidosa. Con mañana cubierta y fría, paseo meditativo. Tarde radiante: playa, barca y danza campestre. Si el tiempo empeora y nos cae un chaparrón encima, nos secamos en el fuego de la chimenea. El hombre del tiempo nos ha ayudado a hacer esta selección musical.

Haz clic para acceder a 21-El-hombre-del-tiempo.pdf

“Continúan las altas presiones afectando a todo el país debido a la presencia de un anticiclón fuerte, situado al Oeste de las Azores y otro sobre la meseta Sur. Tenemos débil borrasca muy al Sur de las Canarias y que en las próximas veinticuatro horas afectará al archipiélago, produciendo algunas precipitaciones”.

“Tenemos sobre Escocia una borrasca fuerte con un frente frío asociado que se extiende por el Noroeste de Francia, de tal manera que su extremo rozará al Cantábrico. En alta mar fuerte marejada”.

“Ambiente muy agradable por la tarde. Ligera subida de las máximas y ligero descenso de las mínimas. Para mañana seguiremos con cielos despejados, con neblinas dispersas a primeras horas y calimas posteriormente con viento muy suave”.

“Otra borrasca fuerte en el extremo Norte de Rusia con un frente frío por la mitad Sureste del país. Se esperan fuertes heladas”.

Esto era un resumen de las previsiones del tiempo para el sábado pasado. Como ahora estamos en invierno hemos oído palabras propias de esta estación como lluvia, marejada, heladas, borrascas. Y no sólo hemos oído esas palabras sino que también ha sonado la lluvia, el mar, el viento. Se me ocurre una cosa: vamos a volver a escuchar el tiempo pero ahora con una sorpresa. ¿A ver qué os parece?

 “Continúan las altas presiones afectando a todo el país debido a la presencia de un anticiclón fuerte situado al Oeste de las Azores y otro sobre la meseta Sur. Tenemos débil borrasca muy al Sur de las Canarias y que en las próximas veinticuatro horas afectará al archipiélago produciendo algunas precipitaciones”.

Tenemos sobre Escocia una borrasca fuerte con un frente frío asociado que se extiende por el Noroeste de Francia, de tal manera que su extremo rozará al Cantábrico. En alta mar fuerte marejada”.

 Ambiente muy agradable por la tarde. Ligera subida de las máximas y ligero descenso de las mínimas. Para mañana seguiremos con cielos despejados, con neblinas dispersas a primeras horas y calimas posteriormente con viento muy suave”.

Otra borrasca fuerte en el extremo Norte de Rusia con un frente frío por la mitad Sureste del país. Se esperan fuertes heladas”.

♫ ¿Os ha gustado la sorpresa? Era muy sencilla. Con la lluvia hemos escuchado un fragmento de la canción Cantando bajo la lluvia. Con la marejada, un poco de La tempestad de Tchaikovsky. Con el ambiente agradable la pieza Canción de  la  mañana de Elgar. Con la borrasca helada un breve trozo de la Sinfonía Antártica de Vaughan Williams.

La verdad es que no es muy difícil encontrar músicas que contengan lluvias, tempestades, vientos, porque a los compositores les encanta desde siempre imitar a la naturaleza. Por eso existe un amplio catálogo de obras musicales sobre los elementos de la naturaleza, o sea, agua, aire, tierra y fuego. Sobre las estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. Sobre los astros: el sol, la luna, las estrellas. Sobre montañas, sobre ríos, bosques, animales, jardines, paisajes. De todo esto no va a tratar nuestro programa de hoy, ¡qué va! Sólo vamos a tener algunas músicas relacionadas con EL HOMBRE DEL TIEMPO, o la mujer del tiempo.

♫ El primer hombre del tiempo nos dice que vamos a tener una mañana estupenda, algo fresca pero muy soleada y agradable. Bueno, os voy a sugerir que demos un paseo por el parque. A lo mejor hoy ha salido a tocar ese joven del violonchelo y nos deleita con un buen Bach  ♫.

Y si no ha salido el violoncelista, casi seguro que estará tocando cerca de la fuente el grupo sudamericano que no tiene nombre, ni son famosos pero que tocan muy bien  ♫.

Los que no faltan ni un solo sábado son los muchachos del grupo Orquestrío, una orquesta que a la vez es un trío, con un violín, una flauta y un charango que, ayudados por una casete, organizan una buena escandalera ♫.

El segundo hombre del tiempo nos anuncia, ¡mira por dónde!, que el día va a estar cubierto y con bastante frío. Bueno, para todo hay solución. Nos abrigamos bien y vamos a ver como pasa el río tranquilamente sin tener ninguna prisa. Es algo que nos relajará esta mañana. Aquí tenemos un río, el Guadalquivir, que es descrito así por el compositor español Joaquín Turina en su Sinfonía Sevillana  ♫.

Si no nos apetece en esta fresca mañana meditar en el río y queremos desfogarnos un poco, podemos hacer una marcha por el monte. Es importante llevar unas buenas botas y un palo de apoyo. Nos puede acompañar la música de Ricardo Strauss llamada Sinfonía Alpina; como su nombre indica está dedicada a los Alpes, que eso si que son montes  ♫.

Para los más tranquilos podemos buscar otra solución, quedarnos en la cama dejando que viaje nuestra imaginación y no nuestro cuerpo. Es posible que así creamos ver pasar por debajo de nuestra ventana aquel vagabundo errante que cantaba una triste canción de Schubert, canción de un libro llamado Viaje de Invierno  ♫.

Si nos ataca el sueño, no nos importe. Quizá soñemos un viaje como éste que nos cuenta Chaikovsky en su I Sinfonía llamada Sueños del viaje de invierno .

Y si todavía no te gustan ninguno de estos planes, seguro que éste si es de tu agrado. Si no quieres salir a la calle, quédate escuchando “Radio 2 Clásica”. En este momento va a sonar El Invierno del oratorio Las Estaciones de Haydn ♫.

El tercero de los hombres del tiempo nos dice otra cosa, ¡cómo no! Nos anuncia ahora que el día va a estar magnífico, ¡si es que no se ponen de acuerdo! En caso de que tenga razón, si el día va a ser caluroso podemos hacer muchas cosas. Los que tengáis el mar cerca y soportéis el agua fresca de estos tiempos lo tenéis claro: ¡a la playa! al son de esta música de  Eduardo Toldrá que se llama Vistas al mar  ♫.

Los que tengáis cerca un lago ¡a por él! Eso es lo que hizo el pianista Franz Listz cuando pasó por el Lago de Wallenstadt. Le dedicó esta pieza  ♫.

Los que no tengáis ni mar, ni lago tendréis río, digo yo. Si no está contaminado, cosa bastante difícil, podéis daros un chapuzón como el de esta obra del compositor inglés Delius que se titula Por el río y pertenece a su Suite Florida ♫.

Si no hay chapuzón, un paseíto en barca ¡Qué gustazo! Esto que oímos es Una barca en el Océano de Ravel ♫.

Otra estupenda posibilidad con el buen tiempo es ir al campo. Allí podemos bailar esta Danza campestre ♫.

También podemos entrar dentro de una chopera, o un pinar, o un hayedo, lo que tengamos cerca. ¡Humm!, qué gusto estar rodeado de árboles por todos lados, ¿eh? Así se inspiró Johann Strauss para hacer sus Cuentos de los bosques de Viena  ♫.

Para los más vagos también tenemos solución: pasear por el jardín. Puede que con un poquito de suerte resulte un jardín mágico como éste de la obra Mi madre la Oca de Ravel  ♫.

¡Vaya hombre, se ha puesto a llover! Las primeras gotas caen al ritmo de Jardines bajo la lluvia de Debussy  ♫.

¡Pues si que nos la ha jugado bien este hombre del tiempo! A los que hayan ido al campo les va a pillar este tormentón que se avecina en el centro. Va a ser por lo menos como el de la VI Sinfonía de Beethoven que se llama Sinfonía Pastoral  ♫.

Si, pero peor lo van a pasar los que hayan ido en barca. Va a ser tremendo, como el  4º Interludio marino del compositor inglés Benjamin Britten 

¡Menudo chapuzón que nos hemos dado! Todo por hacerle caso a este hombre del tiempo, el tercero, que no ha acertado ni una. Bueno, habrá que volver rápidamente a casa a secarnos en la chimenea encendida. Esta pieza de Schumann se llama así: En la chimenea ♫.

La chimenea además es un buen sitio para contar cuentos y para ver raras imágenes en el fuego  ♫. Este es el Fuego fatuo de Manuel de Falla  ♫.

La tormenta pasa. Llega la noche. Sale la luna ♫. Con este Claro de luna de Debussy va terminando nuestro programa  ♫.

Es buena cosa esta de coleccionar músicas sobre el hombre del tiempo o la mujer del tiempo, ¿verdad?. ¿Cuántas conoces tú? ♫

El próximo programa va a ir dirigido al gusto. Nos haremos la siguiente pregunta: ¿QUÉ ES LO QUE MÁS NOS GUSTA? ♫

En el timón técnico del programa, como siempre, estuvo Carlos Arévalo ♫.

Hasta entonces ¡Adiós y adiós!  ♫

«En mi pueblo le llamaban el hombre del tiempo porque predecía con exactitud los tiempos de sequía y las épocas de lluvia. Y no sólo eso: podía anunciar una tormenta con algunas horas de anticipación. Era una brújula andante. Le bullían en la cabeza los vientos del Norte que acarreaban agua. Y el viento africano, promotor de calurosas neblinas polvorientas, le producía una extraña comezón en los pies. Recuerdo que una soleada tarde de verano extendió su brazo izquierdo balanceando la mano como si iniciase un 3/4, marcando el tiempo con una medida que sólo él conocía.  De pronto su mano se inmovilizó, y él dijo: -Esta noche tendremos tormenta-. Y la tuvimos. Hace tanto tiempo que no se nada de él, yo ahora vivo en la ciudad, que me pregunto si se lo habrá llevado el tiempo o seguirá siendo el consejero climatológico del pueblo. Aunque ahora, la verdad, es que corren otros tiempos».

© Fernando Palacios

10 Ago

20 Tortugas y galgos

Programa radiofónico  nº 20 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Haydn, Beethoven, Wagner y las ragas de la India son algunos de los principales protagonistas. Desde la antigüedad nos llega la tradición de alternar en el baile las piezas rápidas con las lentas. Por esta razón nuestras músicas están plagadas de momentos veloces junto a otros serenos.

Haz clic para acceder a 20-Tortugas-y-galgos.pdf

♫ Las tortugas son tranquilas, flemáticas. Tienen un andar lento, como éste  ♫. En el polo opuesto de las tortugas están los galgos. Son veloces, ligeros, impetuosos. Su pulso es mucho más rápido  ♫.

En música también tenemos tortugas y galgos. Unas son pausadas y se expresan con tranquilidad, sin prisas, diciendo las cosas poco a poco, todo a su tiempo. Su pulso es así  ♫. Al igual que hay animales lánguidos como los caracoles, las perezosas, las babosas o los percebes, hay músicas lánguidas. Éstas se suelen indicar con palabras como grave, largo, sostenuto. Son palabras italianas  ♫.

Al contrario de estas músicas lentas, lentas están las músicas vertiginosas y se expresan con mucha actividad, con prisa, diciendo las cosas rápidamente, sin esperar a nada; su pulso es rápido  ♫. Al igual que hay animales ágiles como los guepardos, los ratones, las lagartijas o las liebres, hay músicas ágiles. Éstas se suelen indicar con otras palabras italianas como prestísimo, agitato, vivace  .

Normalmente, para evitar la monotonía y la repetición excesiva, se suelen combinar estos dos tipos de música: la música tortuga y la música galga. Así hay más variedad  y la atención no se distrae. Por eso se suelen alternar las canciones lentas  ♫  con las canciones rápidas  ♫.  Con esta sucesión se obtiene, primero un galgo  ♫,  después una tortuga  ♫, más tarde otro galgo  ♫,  otra tortuga  ♫

Bien, hoy nos vamos a dedicar a esto que os cuento, a escuchar músicas que en su velocidad se parecen a TORTUGAS Y GALGOS. ♫

♫ Seguro que el baile ha tenido mucho que ver en esto de mezclar las tortugas y los galgos musicales. Ya en el Renacimiento Europeo bailaban una rápida  ♫ y después, para descansar, una más lenta  ♫. Esta combinación que era tan adecuada para la danza, gustó tanto que fue quedando como modelo. Y así desde el siglo XVIII las obras musicales empezaban con una pieza rápida para llamar la atención, luego llegaba una lenta para relajarse, y después se  terminaba con otra muy rápida para despedirse con alegría y que la gente aplaudiera.

Esto mismo es lo que ocurre en este “Concierto para piano y orquesta en Re” de Joseph Haydn. Comienza con un galgo vivo que se llama vivace, es decir vivaz. Su pulso es de 140 al minuto  ♫.  El segundo tiempo se llama un poco adagio, un poco lento, que va a un paso de 58 al minuto  ♫.  El final es otro galgo llamado allegro assai, que quiere decir bastante alegre: va a 160 por minuto  ♫.

Otro ejemplo estupendo de combinación de estos dos pulsos tan distintos lo tenemos en Viena en el siglo pasado. Allí la nobleza, que no tenía gran cosa que hacer, como siempre, se pasaba gran parte del día bailando valses y polcas ♫.  Algunos valses tienen un poco de tortugas  ♫.  Algunas polcas, un poco de galgos  ♫.

El mismo esquema ha llegado hasta nosotros. En nuestra época siempre se han organizado los guateques uniendo las rápidas, o sea las de bailar suelto ♫, con las lentas, las de bailar agarrado   ♫.

Frecuentemente solemos relacionar las situaciones de la vida y los sentimientos con  la velocidad de la música. Las ceremonias majestuosas son grandes tortugas pues el paso en ellas es pausado y solemne ♫. Las pasiones desatadas son galgos apresurados pues los corazones palpitan a toda velocidad  ♫.  La noche es una tortuga pues es descanso y meditación  ♫.  Aunque a veces también la noche es un galgo de juerga y desenfreno  ♫.

Una obra de piano de Beethoven describe con su tempo, que quiere decir velocidad,  tres situaciones de la vida. Es la sonata llamada “Los Adioses”. El primer tiempo se llama “La despedida” y la tristeza está envuelta en lentitud  ♫.  El segundo tiempo se llama “La ausencia”; la música sigue pausada, aunque un poco menos porque hay esperanza ♫.  El tercer tiempo se llama “El retorno”. La alegría va a toda velocidad  ♫.

Pero toda la música no es tortuga o galgo solamente, es decir, no toda la música es o muy lenta o muy rápida. Entre ambos extremos hay muchos puntos intermedios. Nosotros podemos andar a distintas velocidades. La música también. Puede ir normal, que se llama andante  ♫;  a paso algo más lento, se llama adagio  ♫; algo más rápido, llamado moderato ♫; o bastante más rápido, como este allegro ♫.  Así pues tenemos todo un amplio repertorio de velocidades que van desde las tortugas más tortugas hasta los galgos más galgos. Hay incluso músicas que empiezan lentísimas y acaban rapidísimas.

Un caso curioso es el de las ragas de la India. Bueno, os diré que se llama raga a la forma de organizar los sonidos en la música clásica de la India. Por ejemplo esta raga llamada Hamavati empieza así de lenta ♫. Y acaba a toda velocidad  ♫ A lo largo de la hora que dura, porque dura sesenta y tantos minutos, pasa por distintos ritmos; por este  ♫,  por este otro  ♫  y acaba como ya habíamos oído, así  ♫

Ahora os voy a poner una pieza del folclore americano con banjo y guitarra, una canción que se llama “El galope del búfalo”. Esta pieza tiene un curioso cambio de velocidad en el centro. Es como esos pingüinos que van lentos por la tierra firme pero se tiran al agua y pueden ir a toda velocidad. A ver si os vais dando cuenta cuando esta música tipo pingüino se tira al agua  ♫.

No era difícil adivinar el sitio donde había un cambio de velocidad. Era éste  ♫

Y hoy vamos a acabar nuestro programa con una breve fantasía de tortugas y galgos. Músicas lentísimas y rapidísimas enlazadas por la sabiduría de nuestro técnico Carlos Arévalo. Una, dos y tres ¡adelante!  ♫

Ya hemos llegado al final de nuestro espacio. Tanto estirar y aflojar el tiempo… se  nos ha acabado. No se os ocurra perderos el próximo programa. Vamos a tener de invitado a EL HOMBRE DEL TIEMPO, pero no hay que precipitarse, eso será dentro de una semana ♫

Carlos Arévalo y yo os esperamos entonces. ¡Adiós y adiós!  ♫

© Fernando Palacios

P1060181

10 Ago

19 Música con cualquier cosa

Programa radiofónico  nº 19 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Si en el Caribe hubieran destruido los bidones de petróleo, ahora no existirían ‘steel drums’. Sigamos este ejemplo y probemos a sacar sonidos de tablas de lavar, maderos, cuencos de porcelana, cacharros, tuberías… En este programa se muestran algunas posibilidades muy accesibles.

Haz clic para acceder a 19-Musica-con-cualquier-cosa.pdf

♫ En la primera de nuestras emisiones, hace unos 4 meses, nos preguntábamos qué era o qué no era la música. ¿Os acordáis? Entre muchos ejemplos llegamos a oír algunos muy curiosos de obras compuestas para extraños instrumentos musicales que en principio no lo eran, es decir, objetos de la vida cotidiana que fueron o que pueden ser utilizados como instrumentos musicales.  Ahí tenéis los ejemplos de  las sillas plegables  ♫, de los papeles y cartones  ♫, o de las bisagras de las puertas ♫

En otro programa anterior de hace unos tres meses, que se llamaba ‘Queramos o no queramos, siempre sonamos’, hacíamos un recorrido por sonidos del cuerpo y su aplicación musical. Pudimos oír percusión corporal  ♫, la voz, naturalmente  ♫, las palmas  ♫ o el silbido ♫

Pero hay otras muchas músicas que se pueden hacer con casi nada, con lo primero que pillamos. El asunto es dar con el objeto adecuado y sacarle el mejor sonido que tenga; con ello hacemos música para él, para ese objeto. Por ejemplo, la Orquesta de las Nubes utilizaba en sus conciertos un gran despliegue de macetas colgadas, que los músicos de la orquesta cogieron de sus casas. Sí, de tiestos de barro, ordenados por alturas, formaron un precioso y gran instrumento de percusión afinado ♫

Ya lo oís. Hoy vamos a escuchar y a practicar MÚSICA CON CUALQUIER COSA.

Para tocar un preludio de Chopin, necesitamos, para empezar, un piano (que es un instrumento muy complicado). Con una calabaza no podemos tocar un Preludio de Chopin, pero podemos hacer otras cosas ♫ El pueblo Dakpa de Centroáfrica, golpea las calabazas así para que huyan las termitas ♫

Cogemos dos tablones de carpintería, los colocamos horizontalmente sobre dos apoyos, los golpeamos son dos palos y  ya tenemos una Txalaparta, un instrumento de percusión que tocan los vascos ♫

Las piedras también se pueden golpear, y con ellas hacer música estupenda ♫

Cualquier miembro del pueblo Fulani, en Níger, coge una caña fina o un palito recto y apoyándolo en la boca lo convierte en una guimbarda. Con estos palitos, tocan estas músicas ♫

En España se unen unos cuantos huesos de distintos animales y forman el arrabel ♫

De todo esto ya podemos sacar una conclusión. Hay muchísimos materiales y objetos que podemos aprovechar para hacer música; incluso cacharros que vamos a tirar, si lo pensamos mejor, nos pueden servir como instrumento ♫

En unas islas del Caribe, las  llamadas Trinidad y Tobago, en vez de tirar los bidones de petróleo que tanto abundan por allí, los han convertido en instrumentos y han formado grandes orquestas de bidones como esta: ♫ Hoy día es el instrumento más típico de aquellas islas, y hasta tocan música clásica como ésta: ♫

La antigua tabla de lavar se ha utilizado siempre como instrumento de percusión. Si le añadimos una botella de anís, que también es rugosa, y unas cajitas de madera, ya tenemos casi una batería. Eso sí, para rascar hay que ponerse dedales ♫

Los vasos y copas de cristal también han formado desde hace dos siglos instrumentos preciosos. Se pueden afinar si les ponemos más o menos agua, y suenan cuando rozamos con los dedos humedecidos el borde ♫. Cuando se afinan y ordenan bien, forman una armónica de cristal ♫

En la India hay instrumento formado por cuencos de porcelana tocados con  baquetas de madera. Se llama jalatarangam. Y una vasija cerámica que se golpea a manotazos, se llama ghatam ♫

Y ya sabéis, en África convierten todo en instrumento. Allí hasta cuando machacan los cereales hacen música ♫

También hacen música los niños de Camerún cuando golpean el agua con las manos. Transforman un río en un tambor  ♫.

Entre los muchísimos juguetes que hay, unos cuantos se pueden utilizar para hacer músicas bien diferentes. Aquí tenéis tres ejemplos: ♫ Los pianitos de juguete en música contemporánea ♫. O las trompetillas de plástico en música de baile ♫. También hay orquestas hechas con instrumentos de juguete  ♫

Y la cocina, ¿qué me decís de la cocina? Es un pozo sin fondo. Hay montones de instrumentos que suenan de maravilla, como las botellas y sartenes ♫. Sobre los  cubiertos hay distintas opiniones:

  • Con una cucharilla y un tenedor… sí se puede hacer música.
  • Pues no, con una cucharilla y un tenedor, no se puede hacer música.
  • ¡Yo sí que puedo hacer música con una cucharilla y un tenedor!
  • Yo… cuando… ¿cuándo sale?

 ♫ Aquí tenéis esta canción que se acompaña con instrumentos de la cocina, y que cantan y tocan unos niños americanos de seis años ♫.  Y aquí una obra compuesta para todo lo que hay en la cocina; se llama ‘Menaje’ y es de Carlos Cruz de Castro  ♫  Continuamos en la cocina: podemos soplar las botellas  ♫. Convertir un corta-huevos en un arpa  ♫ O tocar los tradicionales almireces  ♫ Ya os digo, la cocina es un prodigio musical si sabe utilizar. Pero sigamos.

Con tubos, reclamos, tentetiesos y otros aparatejos podemos formar un singular grupo ♫  Si nos pasamos por la ferretería y compramos clavos y puntas de distintos tamaños, ya está formado un perfecto metalófono  ♫. Sigamos buscando. Con gomas de neumáticos de coche hacemos tambores  ♫. Con tuberías, singulares instrumentos de viento ♫. Con papeles enrollados formando tubos y golpeados con la mano, instrumentos de distintas alturas  ♫. Con pajitas para beber refrescos hacemos oboes  ♫.

Ya veis la cantidad de instrumentos que tenemos, sólo aprovechando los materiales más comunes. Un paseo por el campo puede ser también muy interesante para fabricar instrumentos. Los xilófonos se pueden fabricar con palos ♫, con mosaicos rotos ♫  y con otros muchos materiales.  Al final se puede formar una gran orquesta con piedras, palitos, troncos, ramas, latas. Esta que suena es de unos chavales de Madrid en un paseo que dimos por la Casa de Campo  ♫. ¡Ah! me dejaba las hojas; son instrumentos de viento de gran virtuosismo  ♫. Tampoco debemos olvidar, que con una caña, una navaja, un poco de habilidad y algo de conocimiento, podemos hacer una flauta, una flauta de paseo. Unos agujeros en la caña y a soplar ♫. Si soplamos sobre los capuchones de los bolígrafos y rotuladores, obtenemos una flauta de pan. Bueno, en este caso, una flauta de plástico  ♫. Si echamos unos garbanzos en un pandero, obtenemos una música que nos recuerda al mar  ♫.

Con máquinas de escribir, Nico Daza hizo una obra llamada “Poema mecánico” ♫.

Los tubos de cartón son un filón para esto de la música. A un tubo de planos le atamos una cuerda bien tensa y ya está hecho un instrumento muy divertido. Oigamos esta pieza tocada por tres de estos aparatos  ♫. Los tubos a su vez transforman la voz y resuenan cuando les echamos cosas dentro. Esta música fue pensada para un instrumento fabricado a base de tubos de cartón  ♫.

Y podríamos seguir así horas y horas y cada vez nos iríamos dando cuenta de que se puede hacer música con cualquier cosa. Que la música no acaba con los instrumentos especializados. Que la música es, además, otras muchas cosas. Lo importante es despertar la curiosidad por hacer esas otras muchas cosas con el sonido ♫. Con las simples piedras se pueden hacer maravillas, como ésta de Pepe Iges  ♫.

Seguro que sin ninguna dificultad encontraréis serruchos, arandelas, cajas tubos y podéis montar una orquesta casera que dé gusto oírla ♫.

Nuestro próximo programa irá, muy deprisa y muy despacio a la vez, pues llevará el título de TORTUGAS Y GALGOS ♫.

Yo me disfrazaré de tortuga y de galgo irá, Carlos Arévalo ♫.

Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

Artilugios e instrumentos para hacer música

10 Ago

18 Melodías ocultas

Programa radiofónico  nº 18 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Las melodías tienen muy distintas maneras de ocultarse: unas se esconden en libros olvidados, otras en la inmensidad del océano. Pero también se disimulan en entramados musicales: acompañamientos, acumulaciones, fugas, citas, variaciones e improvisaciones.

Haz clic para acceder a 18-Melodias-ocultas.pdf

♫ Esta canción tradicional escocesa se llama “Tan temprano en la primavera”; Jacqui la canta sin acompañamiento ninguno. ♫ Su voz describe un hermoso dibujo hecho con el sonido. Eso es una melodía. Con sólo una melodía se puede hacer una perfecta obra musical. Hay muchas que son así: una sola melodía. Otras, más abundantes, consisten en melodía con acompañamiento. Un instrumento o una voz hacen la melodía y otro u otros hacen el acompañamiento. ♫ Hay incluso otras músicas que no tienen ni melodía, ni acompañamiento, ni nada de eso.

♫ Pero hoy no me voy a ocupar de esos casos, sino de aquellos en los que las melodías se disimulan, se esconden, se enmascaran, se tapan, como ésta que está sonando pianito por debajo de mi voz. Está luchando por salir y yo no le dejo. Se mantiene casi callada, ignorada. Bueno, bueno, me voy a callar para que brote y se pueda oír. ♫

Hemos escuchado como esa melodía ha venido y se ha ido, se ha ocultado. Hay muchas músicas que contienen melodías que se transforman, se retiran, aparecen, desaparecen. De eso va a tratar el programa de hoy: de las MELODÍAS OCULTAS

♫ Las melodías tienen muy diferentes maneras de ocultarse, de disimular. Unas veces lo hacen de unas formas y otras lo hacen de formas diferentes. Vamos a observar algunas. Hay melodías que permanecen durante siglos escondidas entre los pentagramas de libros muy antiguos. Casi nadie les hace caso. Allí están en las catedrales, en los museos, en las bibliotecas, esperando a que llegue un investigador, las estudie y las saque a la luz. La mayoría no tienen suerte y están siglos y siglos sin poder sonar. Pero algunas son curioseadas por un musicólogo y al poco tiempo suenan esplendorosamente, como esta que oímos. Luis Lozano la sacó de un viejo libro de la Biblioteca Nacional y ahora, después de cinco siglos en conserva, la podemos escuchar. Ha tenido mucha suerte y nosotros también por poder oír ahora esta música que se utilizaba en ceremonias mágicas contra enfermedades infecciosas. ♫

Las ballenas componen preciosas melodías que muy pocos pueden escuchar. Estas melodías quedan ocultas entre el rumor incesante del mar. Además, son tan graves que nosotros no los podríamos oír, a no ser que alguien las grabara y les subiera el tono, reproduciendo la grabación a más velocidad. Gracias a estos intrépidos reporteros podemos escuchar, sin movernos de nuestra casa, las extrañas, las mágicas melodías de las ballenas. ♫

Hay un caso que en música se repite muchas veces: es el de las melodías que se dejan tapar por otras nuevas. O sea, una melodía se oculta tras otra y, aunque suenan las dos, nuestra atención se centra en la nueva, quedando la primera como apoyo, como acompañamiento. Es como si pusiéramos una red delante de una tela: se ve la tela que está debajo, pero sobre todo se ve la red que está encima.

El ejemplo musical es el siguiente: tenemos esta magnífica melodía de violín ♫ ¿Habéis oído qué maravilla? Bueno, pues cuando acaba aparece una voz de mujer cantando que nos llama la atención. En ese momento la melodía de violín pasa a un segundo plano, para no interferir, o sea, se oculta. ♫

Este ejemplo de Liszt es muy curioso. Empieza la melodía así: ♫ Es muy sencilla, ya  lo oís, no tiene más, pero lo repite otra vez: ♫ Y repitiendo sin cesar cada parte de esta melodía obtiene el acompañamiento de la melodía siguiente ♫

Existen músicas que están hechas por muchas melodías que suenan a la vez; por eso es difícil fijarse en una sola. Además, del mismo modo que nos fijamos en la superficie de los objetos, también atendemos a la superficie de la música y nos cuesta escuchar los entresijos, lo que está por debajo. Es decir, resulta difícil oír las melodías ocultas de estas músicas llamadas polifónicas, y se llaman así porque tienen varias melodías superpuestas ♫

Hubo un curioso compositor americano llamado Charles Ives que le encantaba componer acumulando melodías diferentes que tuvieran poco que ver unas con otras.  De esa forma se organizaba un barullo considerable que es lo que él pretendía. En su obra ‘Central Park en la oscuridad’ se escuchan los sonidos de la ciudad en la noche  ♫

Durante los siglos XV y XVI a los compositores les gustaba componer obras basándose en melodías conocidas, ya fueran populares o religiosas. Que estaba de moda la canción ‘El hombre armado’, por ejemplo, pues componían misas  enteras sobre esta canción. Utilizaban parte de la melodía, la subían, la bajaban, le cambiaban el ritmo, la hacían más lenta… y con estos y otros muchos procedimientos ponían en pie obras grandiosas, construidas a partir de pequeñas canciones. Por ejemplo, aquí tenéis una famosa melodía religiosa: ♫ A partir de esta melodía, el gran compositor Josquin des Pres hizo esta misa: ♫

Un caso todavía más complicado es el de esas pequeñas melodías que inventan los compositores para organizar con ellas el entramado más complicado que hay en música: la fuga. Cada fuga se compone tomando una de esas melodías; primero suena sola, después aparece otra vez, y otra, y otra… como en los cánones. Y así va discurriendo la fuga, con apariciones y desapariciones de la melodía. Es como el río Guadiana que se esconde, sale, se vuelve a esconder, vuelve a salir. El máximo artista de este tipo de música es Johann Sebastian Bach. De él vamos a oír esta fuga para teclado. La melodía es ésta: ♫ La escuchamos en entradas sucesivas ♫. Y ahora oímos entera la fuga. Podéis contar las veces que asoma la cabeza la melodía ♫

Una práctica común en nuestros días es citar melodías conocidas. Se hace normalmente en improvisaciones y en composiciones escritas. La cosa consiste en que alguien está tocando una música cualquiera y de repente aparece una melodía de otro lugar, como si fuera clandestina. ¡Claro que esto se puede hacer bien y mal, con buen o mal gusto! Cuando se hace bien el público, si está atento, disfruta una barbaridad. Pero si no está atento el público, puede pasar la melodía disimuladamente, oculta. Vais a ver cómo en esta música contemporánea el violín toca el tema de “Pedro y el lobo” de Prokofiev, ese que dice ♫. Estad atentos ♫

A las melodías les encanta disfrazarse de múltiples formas, ocultarse tras diferentes disfraces. A veces se ponen disfraces tan raros que no las reconocemos, pero aunque varían su forma, nunca dejan de ser ellas mismas. En música a esto se le llama variación. Los artistas van cambiando el disfraz a la melodía: unas veces la melodía se convierte en lenta y majestuosa, otras rápida y ligera, otras triste, otras grandilocuente. Ese es el arte de la variación. Tomemos un famoso ejemplo ♫. Esa es la melodía; oigamos una variación: ♫  Y ahora otra distinta  ♫

Vamos con un segundo ejemplo. El tema es éste: ♫.  Aquí llega una variación ♫. Y aquí otra, con un disfraz tan romántico y extraño que no se reconoce la melodía original: ♫

Hay otras muchas maneras de disfrazar melodías. Por ejemplo el jazz, es una música que se hace por medio de la improvisación sobre una melodía, o sea, los intérpretes van inventando disfraces para la melodía. Observad, seguramente conoceréis esta música ♫. Se llama “Summertime” y la canta la famosa Ella Fitzgerald. Bien pues, tras cantar la melodía tal y como es, la disfraza de esta manera  ♫

Aquí tenemos otro ejemplo. La canción se llama “Carioca”: ♫  El primer disfraz se lo pone el saxofón, es decir, el saxofonista improvisa sobre la canción: ♫ Ahora le llega el turno a la trompeta. Mientras tanto, el saxo se oculta tras ella: ♫. Y para finalizar, los dos juntos interpretan la melodía pero cada uno toca un fragmento distinto y, milagrosamente, queda perfecto: ♫

Otras melodías se ocultan tras su propia dificultad. Son tan difíciles que no se ven, permanecen indescifrables. Para que una melodía se entienda y se pueda tararear no debe ser muy complicada pues sino su propia complejidad la oculta: ♫

Más difícil todavía: ¡hay melodías que no son de notas!, ¿qué os parece? A Anton Webern, un compositor de principios de siglo, se le ocurrió hacer melodías de timbres, o sea, no de alturas de los sonidos sino de colores de los sonidos. Es como si en vez de hacer una melodía tradicional (…) la hiciera así (…). El resultado es este: ♫

Vamos a ver ya nuestro último caso por hoy. El ritmo es un elemento de gran importancia en la melodía. Os voy a poner un ejemplo. Si yo toco esto: ♫ ¿A qué os suena? ¿A esto? ♫ ¿Sabéis por qué os suena a eso? Porque detrás del ritmo se oculta una melodía que conocíamos y sólo su ritmo nos la descubre. Si yo conozco una melodía así: ♫  Cuando escuche esto ♫ rápidamente recordaré la melodía que se ocultaba tras ese ritmo: ♫

Pues hoy hemos tenido en nuestro programa melodías ocultas, melodías que permanecen encerradas en libros gordos, melodías de ballenas, melodías que ocultan a otras, que suenan a la vez, que generan obras, que se citan, que se disfrazan, que se complican, que se recuerdan… O sea, algunos tipos de ocultamientos melódicos. Ya sabéis lo que os toca: buscar melodías ocultas en las polifonías, en las fugas, en las variaciones. Están ahí para que tú las descubras ♫

El próximo programa estaremos la media hora haciendo MÚSICA CON CUALQUIER COSA.

Hoy, como siempre, nos acompañó en el asunto técnico, Carlos Arévalo.

Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

10 Ago

17 Todo el mundo canta

Programa radiofónico  nº 17 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991.

PODCAST disponible aquí

Hay canciones para todos los gustos, de todos los temas imaginables, cantadas por las voces más dispares. Aquí espigamos unas cuantas de todo el mundo. Las hay de amor, nocturnas, salseras, fúnebres, de beber, de trabajo, de despedida…

Haz clic para acceder a 17-Todo-el-mundo-canta.pdf

♫ ¿Habéis oído? Esto se grabó tal cual algunos unos años en Miranda del Castañar, un precioso pueblo de la provincia de Salamanca. Estaba la tía Petra sentada en su mesa camilla cuando, como de costumbre, llegaron Francisca (la vecina) y Víctor (el de la flauta y el tambor) y se pusieron a cantar. Así de sencillo, sin más complicaciones. ♫

Lo que viene ahora es algo parecido. Llega la madrugada en el llano venezolano. Canta el gallo. Aparece un ordeñador de vacas dispuesto a despertar a otro, a su amigo, que es más remolón, para ponerse a trabajar. Mientras preparan el desayuno, cogen un cuatro, que es una guitarrilla pequeña, un arpa, y las maracas. Y contrapunteo que te crió. Así de sencillo, sin más complicaciones. ♫

Si es que esto de cantar, es algo fundamental. Es bueno para todo: para el espíritu, para el oído, para el corazón, para la comunicación con todo el mundo, para mejorar la diversión, para liberar la pena. En música, cantar es lo primero y lo más importante porque, ya sabéis: el que canta su mal espanta. ♫

En nuestro programa de hoy os voy a mostrar canciones, solamente canciones. Canciones rápidas y lentas, alegres y tristes, largas y cortas, cantadas fuerte y cantadas bajito. Canciones, canciones de distintas partes del mundo, pues hay que tener en cuenta que cantar es una de las principales actividades de la vida. Por eso TODO EL MUNDO CANTA.

Hay canciones para todos los gustos, de todos los temas imaginables y cantadas por las voces más dispares. En nuestro recorrido voy a espigar unas cuantas de las infinitas canciones que se cantan o se cantaban por el mundo. ♫

Uno de los temas favoritos en las canciones es el amor. Esta es una canción de amor de Vidiapati, un poeta indio del siglo XIV. Soy joven y mi marido está lejos, canta Jahawarlal y de su delicada voz nace la tristeza de la ausencia. ♫

De amor es también esta canción de Sayadian, un trovador armenio del siglo XVIII. “Durante todos los años que viva te adoraré”, se llama esta canción que interpreta el Grupo de música Armenia. ♫

Siguen las canciones de tema amoroso. Ésta es de Laos, un país de Extremo Oriente. La señorita Sai Thay improvisa la letra y la música de este canto de amor. ♫

De Laos a Egipto. La más grande cantante de los países árabes: Om Kalsum nos dice que volvieron los días y pasaron los días; amaneció después del abandono deseándome los buenos días y con la luz, despertó la alegría. Una hermosísima canción compuesta por Mohamed Abdelhuahab. ♫

Esta canción que sigue ya no es de amor, pero sí es de amaneceres y luceros de la noche. Es una zamba argentina donde el latido del corazón es el bombo y la voz, la genial Mercedes Sosa. ♫

Una canción ahora de noche, de noche profunda. Es una canción zíngara de ese pueblo que nunca deja de cantar: el gitano. Lalia Dimitrevich evoca en este canto las noches de fiesta donde las canciones son como medicinas; lo curan todo. ♫

Quien crea que para cantar bien es necesario tener una voz clara, potente e impostada como la del señor Domingo está sin duda en un error. Para cantar un blues, por ejemplo, es necesario tener otro tipo de voz. Tom Waits la tiene grave, ronca, pastosa, áspera y ruda. Y ahí lo tenéis, marcándose este blues titulado “Veintinueve dólares”. ♫

Se acelera el ritmo. El grupo Muluk el Hwa de Marruecos, pide pista con esta canción: “Haiao”, donde la repetición es el fundamento. ♫

Otro tipo de canción repetitiva es ésta del Caribe, un cóctel de son cubano, montuno, merengue, jazz, y otras especies caribeñas producen la salsa. Héctor Lavoe se ríe en esta canción de los refranes de su abuelita: “dime con quien andas, ojo por ojo diente por diente,  etc.” ♫

Después de la salsa, el té. Una canción para acompañar la ceremonia del té en Taiwan. Una señorita de la etnia Ami lo hace así: ♫

Nos hemos ido al lugar más lejano de nuestro país. Estamos en Australia y de ese gran islón he seleccionado esta canción fúnebre. Una vez más se demuestra que los pueblos cantan todos los acontecimientos de la vida. ♫

Le llega ya el turno a las canciones de beber juntos. La bebida suelta la lengua, desinhibe la mente, exalta la amistad y provoca el canto. El grupo francés La Bamboche interpreta “Bebamos, amigos”.  ♫

Seguramente el país más cantarín sea Irlanda. Allí se canta a todas horas, en todos los lugares y participa todo el mundo. Sobre todo en los pubs, auténticos paraísos de cerveza negra y canciones como ésta que se titula “Tres doncellas borrachas”, que interpreta el grupo Planxty  ♫

“Vareando aceitunas se hacen las bodas. El que no va a aceitunas no se enamora” Es una letra popular de una cantina andaluza que canta Carmen Linares. ♫

Otro tema que suelen tratar las canciones es el de las diferencias entre hombres y mujeres. Sale una pareja y entre los dos se preguntan y contestan con picardía y venenillo. Es el caso de Gal Costa y Poupa Nova en esta alegre cancioncilla brasileira. ♫

Esta canción que sigue dice así: “Soplan oscuros vientos, llegan desde Somogy County, pienso en mi vida”. Marta Sebastian una de las mejores voces húngaras nos lo dice así. ♫

Y como el programa se va acabando, ahí va una canción de despedidas y ausencias. Lleva por título ‘El tren sale a las ocho’ y es la incomparable voz de la mezzosoprano Agnes Baltsa quien canta esta canción de su país: Grecia. ♫

¿Os han gustado las canciones de hoy? Espero que sí. ♫ Os recomendaría que empezarais una colección de canciones de todo el mundo. En principio parece difícil, pero no lo es tanto. Cada vez que un familiar o un amigo vaya al extranjero le encargáis un disco. Cada cumpleaños, lo mismo. Al cabo de un tiempo, podréis recorrer Europa, Asia, África, América y Oceanía sin bajaros de sus canciones.

El próximo programa estaremos acompañados de MELODÍAS OCULTAS.

En los mandos estuvo don Carlos Arévalo. Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

Todo el mundo canta - Fernando Palacios

10 Ago

16 Orden y caos

Programa radiofónico  nº 16 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991.

PODCAST disponible aquí

1) La naturaleza, nosotros mismos, somos orden y caos a la vez. 2) A la obra artística le ocurre exactamente los mismo. 3) Muchas cosas nos parecen caóticas porque desconocemos su orden. 4) Poco a poco se va descubriendo que el caos no es tan caótico como parece. Estos cuatro puntos promueven el orden y el caos de este programa.

Haz clic para acceder a 17-Todo-el-mundo-canta.pdf

 ♫ Según muchas tradiciones religiosas hubo un momento hace mucho tiempo en que el mundo se ordenó y  se convirtió en Universo, también llamado Cosmos. Lo que había antes, la indeterminada confusión y mezcolanza de todos los elementos, era el Caos, el desorden que precedía a la creación del mundo ♫.

♫ Jean Philippe Rebel, compositor francés que vivió entre los siglos XVII y XVIII entendía el caos así: ♫ Del caos pasaba poco a poco al orden, en su obra “Los Elementos” ♫

Haydn, el divino Haydn, comenzaba su oratorio “La Creación” con una descripción del caos: ♫. Después llegaba el orden, o sea, llegaba la creación, el cosmos ♫

El Cosmos es pues el orden así como el caos es el desorden; luego orden y caos son dos cosas opuestas. Si el orden es forma, dirección y sistema, su opuesto (el caos) es conglomerado, montón y carencia de sentido. El caos está relacionado con la confusión, el embrollo, el desconcierto, la desorganización. El orden, con la disposición, la serie, la estructura, la organización. El caos es laberinto, el orden,  equilibrio. El caos e revoltijo, el orden, distribución. El caos es Babel, el orden orientación.

♫ Ya lo veis, nuestro programa de hoy está destinado al ORDEN Y CAOS.

♫ Si ponemos en orden algo, corregimos su desorden. Si encontramos que alguna cosa está sin orden ni concierto nos da sensación de caos. Las leyes que rigen una sociedad son para mantener un orden establecido. Si queremos que cada cosa vaya a su debido tiempo, habrá que colocarla por su orden. Si necesitamos reprender a una persona, la llamamos al orden.

♫ Pero ahí no acaba todo lo referente a la palabra orden ni mucho menos. Hay órdenes arquitectónicos, órdenes religiosas, militares, sociales. Hay órdenes en álgebra, analítica, geometría, física, química, teología, historia, lengua, leyes. Hay órdenes, ordenantes, ordenamientos, ordenaciones, ordenanzas y, naturalmente, ordenadores, esos aparatos que tanto abundan y que tienen información almacenada,  bien ordenada para cuando la necesitamos. Los ordenadores son máquinas inventadas para vencer  al caos ♫

♫ En la naturaleza no todo está perfectamente ordenado. Las cosas surgen por una combinación de orden y caos en perfecto equilibrio. Por ejemplo, nos parece ordenada una cristalización, o una hoja de un árbol, o una mariposa; y muy  desordenado un montón de tierra, o las nubes, o las piedras de la calle. Pero todo depende del punto de vista desde donde los observemos y de la información que tengamos de ellos. Las piedras tienen una estructura molecular, perfectamente geométrica, aunque su aspecto externo sea amorfo. La mariposa tiene un vuelo irregular, desordenado, si bien su forma es perfectamente simétrica. Un volcán suele tener forma geométrica, la de un cono, y sin embargo sus erupciones son la apoteosis del caos. Una fábrica elabora sus latas igualitas, metidas en sus cajas, apiladas, un símbolo de orden; pero por otro lado también expulsa desperdicios y aguas sucias, un símbolo del caos. Y es que, una vez más, las apariencias engañan.

♫ La mayoría de las ocasiones no sabemos dónde empieza el orden y acaba el caos, o donde empieza el caos y acaba el orden. Cosas que parecen desordenadas, resultan estar ordenadas con esmero. Y viceversa, objetos que creemos ordenados, lo están por casualidad. La realidad es que muchas veces si no entendemos un orden nos parece un caos. ¿No será que el caos está en nuestra mente y, por lo tanto, no entendemos aquella ordenación? ♫ Dicen los médicos que el cáncer es un desarrollo desordenado de ciertas células del organismo. Se podrá aniquilar cuando se descubran las leyes, los órdenes que tiene ese desarrollo que creemos desordenado por no conocerlo.

♫ Con las obras de arte de nuestro siglo ocurre algo parecido. Nunca el arte se había desligado tanto de ordenaciones tradicionales. Hasta ahora jamás había dicho tantas veces el público: no entiendo nada, ¿qué quiere decir eso?. Y es que la abstracción, el surrealismo, el dodecafonismo, el futurismo y otros muchos -ismos han cambiado las bases de la ordenación y se han vuelto mucho más complejos. De este modo se produce la desconexión con el público que no sigue los nuevos modos de ordenar.

♫ A esto hay que añadir que hay tendencias artísticas que buscan la manifestación del caos, de la casualidad, de la libertad absoluta del lenguaje. En fin, en estos casos el arte pide una distinta actitud del público. Si no se da, sigue la incomunicación.

♫ Tanto en el terreno científico como en el artístico se estudia en profundidad las relaciones entre orden y desorden, entre cosmos y caos. En la actualidad los científicos descubren en el caos unas leyes sobre fenómenos tan distintos como los latidos del corazón, los pensamientos, las nubes, los vientos, la estructura de las galaxias, la creación de un poema, la invención de una melodía, la caída en cadena de la bolsa internacional, la propagación de un incendio forestal e incluso el origen y la evolución de la vida. Todo eso es estudiado hoy en día para establecer la relación entre cosmos y caos, entre orden y desorden.

♫ Bien, resumamos estas ideas en cuatro puntos:

1.- La naturaleza, nosotros mismos, somos orden y caos a la vez. Los límites de ambos son indefinidos.

2.- A la obra artística le pasa lo mismo

3.- Muchas cosas nos parecen caóticas porque, sencillamente, desconocemos su orden.

4.- Poco a poco se van descubriendo leyes del caos: el caos no es tan caótico como parece.

♫ Como colofón a este breve resumen, escuchemos y meditemos la siguiente frase de Wallace Stevens, poeta norteamericano de nuestro siglo. En ella se sintetizan todos estos chocantes pensamientos. Dice así:

“Un orden violento es desorden; un gran desorden es orden. Ambas cosas son una”

♫ Y en este punto llegamos, por fin, a la música. Antes que nada, demos un breve repaso por algunas frases de gente famosa que nos hablen de música y orden. Veamos:

Platón no se cansaba de decir: “La música es la esencia del orden”

♫ Pitágoras especificaba algo más: “Los números son las cosas, ahora bien, la música es número; el mundo es música; el cosmos es una lira sublime de siete cuerdas”

♫ Jean de Garlande, un poeta del siglo XI decía: “La música es la ciencia del número transportada a los sonidos”

♫ Leibniz, filósofo alemán de hace unos trescientos años, comentaba lo siguiente: “La música es un ejercicio secreto de aritmética y quien se entrega a él ignora que maneja números”

♫ Schopenhauer, filósofo del siglo pasado escribía: “La música es el medio para percibir relaciones numéricas racionales e irracionales”

♫ Fabre d’Olivet, un mago francés decía lo siguiente: “La música es el conocimiento del orden de todas las cosas, la ciencia de las relaciones armónicas del universo”

♫ Demereaz, compositor suizo es algo más conciso: “La música expresa las confusas Leyes del orden que se ocultan tras los fenómenos”

♫ Novalis, el gran poeta, dice: “La arquitectura es música congelada”.

♫ Brian Eno, un músico de pop-rock afirma esto: “Soy un constructor de música, soy un trabajador y un creador al mismo tiempo, como el escultor que imagina una obra para después dar la forma con sus propias manos”

♫ Isidoro de Sevilla, obispo del siglo VII, ya decía: “Todo lo que ocurre en el cielo y la tierra está sometido a leyes musicales”.

Y terminamos con una frase del filósofo chino Se-Ma-Ts’ien: “La música viene de

dentro, la música es aquello que unifica”

♫ Con todo lo oído, parece claro que la música es matemática, es ciencia, es número. Pero ante todo es orden sumado al sonido y al sentimiento. Es el arte del orden en el tiempo, pues no hay que olvidar que ese orden siempre se desarrolla en el tiempo. ♫ En la música hay dibujo, espacio, volumen, movimiento. Hay concentración, memoria, historia, filosofía, narración, física, lenguaje secreto… hay de todo. Es el arte que aglutina todo. Ya lo decía Platón: es la esencia del orden.

♫ Esta música que oímos tiene un orden clásico. Tiene forma rondó, una melodía que repite, armonía tonal, etc. ♫

♫ Esta otra música tiene un orden serial. Todo está sometido a series de números y todo está ordenado, escrito, meditado. A los no iniciados les puede parecer caótica, pues su orden es especialmente complicado.

♫ Las músicas que desconocemos (exóticas, contemporáneas, antiguas), nos parecen extrañas y caóticas por eso precisamente, porque no conocemos su orden. Pero si penetramos en sus claves, nos resultará mucho más fácil disfrutar de ellas. ♫ Cada pueblo, cada época, ordena los sonidos como mejor le place, independientemente de si nos gusta o nos disgusta. O sea, no nos tienen en cuenta. Pero eso no quiere decir que nosotros no les tengamos en cuenta a ellos. ♫

Tampoco hay que olvidar que hay muchas formas de ordenar los sonidos donde interviene la casualidad, o sea el azar. Hay compositores que dejan que el azar controle su música, juegan con la casualidad. Por ejemplo, Mozart arrojaba dados para seleccionar frases con las que componía cantidades de minuetos. Marcel Duchamp en 1913 escribía melodías para sus hermanas sacando al azar notas de su sombrero. ♫

Otros compositores se inspiran en acontecimientos producidos por coincidencias. José Serrano, el compositor de zarzuelas, confesaba que a veces el goteo de un grifo o el chirrido de una noria le inspiraban ritmos y melodías. ♫ Si seguimos así podríamos abrir un amplio catálogo de preludios inspirados en gatos que andan sobre el teclado, máquinas que influyen en ritmos y un sin fin de juegos de azar musicales, como loterías, ajedreces, dominós, naipes, dardos, dibujos, esculturas, móviles… todos musicales. Son órdenes que rozan el caos, o dicho de otra manera, caos con cierto orden.

♫ Estamos oyendo la obra de Carlos Cruz de Castro “Ajedrez”. Los intérpretes juegan y tocan a la vez. ♫

Por último destacaré pensamientos musicales que se aproximan más al caos que al orden. Es el caso de muchos improvisadores que buscan formas de tocar automáticas, donde no influya su voluntad; músicas que broten sin que ellos tengan que ver mucho con el resultado. ♫

O el caso del celebérrimo compositor americano John Cage que busca situaciones donde los sonidos sean libres, donde el silencio se convierta en la gran música, donde el azar sea el compositor. ♫

Ramón Barce, compositor español, no se cansa de decir que el arte por raro que sea siempre tiene forma, siempre tiene orden; basta con que haya autor. Efectivamente, el simple gesto del compositor, convierte en forma artística algo que antes no lo era. ♫

E incluso prescindimos del autor. Observando la naturaleza, observando los objetos ¿no detectamos nosotros órdenes, claves, tipos de caos que, por propia voluntad nuestra, convertimos en hecho artístico? ♫

Continuando con esta idea podemos llegar a un punto en que todo lo que queramos puede convertirse en arte por arte de magia, mejor dicho, por nuestro arte. ♫

Conclusión: lo del arte es cosa de cada uno, basta con educar nuestra sensibilidad y nuestro conocimiento para encontrar órdenes y caos por todos los sitios. ¿Os lo proponéis? Fijaos bien. Sin moveros de vuestro sitio podéis encontrar órdenes y caos sugerentes en las cosas, en los objetos, en los sonidos que hay. Es un juego que no termina nunca. Es casi una forma de vida. Es vivir en el arte. Para aquellos que lo consigáis ¡enhorabuena!, seguramente habéis dado un paso hacia la felicidad y la comprensión del mundo. ♫

La próxima semana tendremos un programa donde, todo el mundo canta. Un viaje sin pasaporte por los cantos de la tierra.

De explorador, vendrá como siempre, Carlos Arévalo ♫

Hasta entonces, adiós y adiós.

©Fernando Palacios

10 Ago

15 Nos vestimos para bailar

Programa radiofónico  nº 15 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92

PODCAST disponible aquí

No es una clase de baile, proponemos hacer un viaje por la danza, dejándonos llevar por el ritmo y el gancho de la música, y por las someras indicaciones que damos de vestuario. De Giselle a las charangas de Pamplona. Un medio para desinhibirnos.

Haz clic para acceder a 15-Nos-vestimos-para-bailar.pdf

♫ ¡Venga, venga! ¡Arriba, arriba! Dejad todo lo que estéis haciendo que vamos a bailar y bailar es una de las actividades más hermosas que tiene la vida. ¡Vamos, vamos, vamos! No seáis remolones que hemos empezado el ‘92 con el ritmazo de la Passadena Roof Orchestra, una famosa orquesta de baile. Buscad una pareja y ¡adelante!, a bailar. Y si no hay pareja igual da. Podemos danzar perfectamente solos sin necesidad de nadie, o ¡yo qué se!, con la escoba o con la silla ♫ Y para vagos, tímidos y más gentes que nunca quieren moverse al ritmo de la música, también este programa. Que bailen por lo menos con la imaginación, este ritmo tan excitante ♫

Hoy vamos a estar la media hora como trompos, bailando sin cesar física o mentalmente. Estaremos con danzas de épocas y lugares muy diferentes ♫. Cada baile, cada danza tiene su ritmo, su movimiento, sus pasos, su coreografía y también su tradición y vestuario. Os preguntaréis: ¿cómo vamos a bailar unas músicas que desconocemos completamente?, ¿unos pasos que no sabemos dar? ¿va a ser el programa una lección de baile? No, no, no, sólo es una propuesta. Si nos dejamos llevar por el ritmo y el gancho de cada música, si nuestros movimientos, ya sean físicos o mentales, se acercan a los musicales, si nos figuramos que llevamos los vestidos y atuendos originales de cada danza, si nos desinhibimos y permitimos que nuestro cuerpo se deje llevar por la música, seguro que le sacamos mucho partido a este viaje por la danza que vamos a hacer. Desde este momento NOS VESTIMOS PARA BAILAR.

♫ Esta primera danza pertenece al pueblo llamado Peuls, en el norte de Dahomey, en África. Es una danza de jovencitas que llevan brazaletes, tobilleras y, como único vestido, una tela de fuertes colores que les cubre desde la cintura hasta las rodillas. Unos collares, unas diademas y ya estamos preparados para bailar esta danza  “bunyon” ♫

♫ Pasamos a Italia y nos instalamos en el siglo XIV. Esta es una famosísima danza llamada “La Rota”. Si seguimos su ritmo marcado con pasos cortos y movimiento de brazos, resultará una danza sencilla. Con paños largos y cinturones gruesos y algún imaginativo tocado en la cabeza nos dará un aspecto florentino, como los cuadros de aquella época ♫

♫ El ambiente ha cambiado por completo. Del soleado y limpio aire de La Rota, nos vamos a los bajos fondos neoyorquinos. Dos cuadrillas se disponen a luchar navaja en mano. Todo es oscuro y barriobajero. Con vaqueros y polos desteñidos entramos en esta danza de lucha del musical ‘West side story’ ♫

♫ Otra vez, gran contraste. Hemos pasado al gran ballet romántico europeo, el ballet blanco, el ballet clásico, el baile de tutú, puntetas, tules y esencias, el de la técnica depurada, el de los cisnes, sirenas, espíritus. Todo almibarado y delicioso. Esta Giselle parece no tocar tierra. Da vueltas y piruetas por aquí, por allá. Todo sin dejar de sonreírnos. Imitémosla ♫

♫ Le llega ahora el turno a una danza religiosa masculina que hacen unos monjes turcos descendientes de un gran místico de la Edad Media llamado Mevlana. Grandes túnicas blancas ceñidas a la cintura, un gorro cilíndrico oscuro y la danza: vueltas y más vueltas en una sola dirección. Inclinamos suavemente la cabeza y con los brazos casi en cruz, con una mano dirigida al cielo y otra a la tierra empieza esta belleza, que es la danza de los derviches giróvagos turcos ♫

♫ Son cuatro chicos jóvenes. Visten prendas normales de la calle, modernas. Bailan al son de la música del compositor español Javier López de Guereña, que estrenó este ballet, titulado “Detrás del viento”, hace apenas tres meses. Es decir, es una novedad. Son danza y música contemporáneas. Es el resultado lógico de un lenguaje en perpetua evolución ♫

♫ Con el simple sonido de este instrumento, el organillo, nos llegan aromas de nardos, corralas en Lavapiés, de churros. Esto está ya repleto de chulos, verbenas, tráfico… porque estamos en Madrid. Una pareja baila muy apretada, y sin salirse de una baldosa, este chotis. Él con chaquetilla corta, pañuelo al cuello y gorrilla chula. Ella con vestido ajustado hasta los pies, pañuelo en la cabeza, gran flor en el pelo y, naturalmente, la mantilla. Es el momento de que todos nos marquemos un chotis ♫

♫ El vestuario se complica. Aparecen grandes miriñaques, medias de colores, lazos por aquí y por allá, sombreros con plumas, golillas en el cuello, como esos cuadros que tantas veces hemos visto. Con suma delicadeza, tomados de la mano, entremos en pleno Renacimiento a bailar los bailes de moda ♫ Si nos fijamos no son nada difíciles las pavanas, courantes, bourrés. Son sólo de otra época ♫

♫ Muy lejos de aquí, en el Japón, encontramos esta danza de mujeres muy delicada. Con un quimono blanco, un anchísimo cinturón negro, amarillo y naranja y un sombrero parecido a un abanico, con todo eso es suficiente para intentar ponerle los pasos a la danza bon ♫

♫ Esta música es mucho más familiar. Seguro que todos hemos visto bailar o hemos bailado alguna vez el vals vienés. Lo más complicado es vestirse de Sissi Emperatriz y de Francisco José. Por lo demás, una pose elegante, un buen dominio del 3/4, vueltas sin cesar en el sentido de las agujas del reloj, y ya tenemos un clásico vals de Johann Strauss ♫

♫ No cambiemos el ritmo, pero si el vestuario, ahora mucho más sencillo. Nos basta con vestirnos de marineros o de aldeanos y seguimos bailando el vals, aunque de una manera menos estirada que la anterior. Un vals más campechano y directo, más de nuestro estilo. En fin, un vals de juerga y no de fiesta elegante ♫

♫ La coreografía ahora es perfectamente circular. Todos van unidos por las manos que se colocan a la altura de la cabeza. Aunque originalmente iban vestidos de campesinos, en nuestros días cada cual baila esto con cualquier ropa, a cualquier hora y en cualquier lugar. Es la sardana ♫

♫ Atención a esta chica que baila. Mucha atención a esta graciosísima rubia con un lunar en la barbilla, con su vestido largo, flexible y elegante: está bailando con su pareja de siempre, Fred Astaire. Es mi adorada Ginger Rogers. Con un poquito de gracia podemos seguir sus pasos al son de la música de Irving Berlin.

♫ Cambiamos de mujer. Ésta es morena y de tez más oscura que la anterior ♫. Lleva un vestido mucho más ajustado y de colores vivos y va repleta de joyas, brazaletes, cascabeles. Hasta lleva un anillo aquí cogido en la nariz, con flores en la cabeza y un maquillaje de muchas horas. Esta bailarina de la India del Sur despliega toda su sabiduría ante nosotros. Sus movimientos los seguimos con nuestra imaginación y los traspasamos a nuestros pies y nuestras manos ♫

♫ Aquí tenemos una danza española. Es el tradicional bolero, del que Ravel se sirvió para construir su ballet. El ritmo es insistente y sin sorpresas. Nos incita al balanceo y  a la improvisación. Yo no sé cómo lo harían los ballets rusos, pero yo, sin quitarme el pijama, no creo que lo haga mucho peor. El secreto es no parar ni un solo momento y dejarse llevar por la fuerza centrífuga de este Bolero de Ravel ♫

♫ Estamos ante el baile más sencillo que existe. Es el bullicio de las charangas de Pamplona. Camisa y pantalón blanco, faja y pañuelico rojo, brazos en alto y ya estamos dentro del torbellino pamplonica de los Sanfermines. Aquí vale todo: botar, brincar, saltar, empujar. Cada uno a su estilo, sin perder el compás, que es importante, y que siempre marca el bombo ♫

♫ Esto es mucho más complicado. Los movimientos, a diferencia de los de la charanga, aquí están muy estudiados. Aunque en nuestro país se bailan los tangos aunque no se tenga ni idea. El secreto es echarle voluntad, salero y torcerse como un junco junto a la pareja. El atuendo, ya sabéis, lo que sea, pero muy apretado ♫

♫ Y este pasodoble, este sencillo pasodoble nos indica que al programa le vamos a colocar un colorín colorado ♫

Y bien: ¿qué tal ha ido todo?, ¿habéis bailado?, ¿no habéis bailado?, ¿todas las músicas?, ¿algunas?, ¿que no habéis bailado ninguna? En fin, bueno, otra vez será, tendremos paciencia. En cualquier caso os recomiendo que no olvidéis el baile. Da igual hacerlo bien o mal. Lo importante es moverse y sentir la música no sólo con los oídos, sino también a través de todo el cuerpo ♫

Después del consejillo os anuncio que el próximo programa tratará de un importante asunto. Estará dedicado al ORDEN Y AL CAOS.

♫ Pilotando la nave estuvo el de siempre: Carlos Arévalo.

♫ Hasta el próximo encuentro, ¡adiós y adiós! ♫

© Fernando Palacios

Kaia_Falc_n_Fernando_Palacios

10 Ago

14 Entre las cuerdas

Programa radiofónico  nº 14 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

No tratamos de boxeo, sino de instrumentos de cuerda. Partiendo de las cinco familias (arcos musicales, liras, arpas, laúdes y cítaras) podemos escuchar instrumentos de todo el mundo: unos tocados con púa, otros con macillos o con arcos. Es el cuento de nunca acabar.

Haz clic para acceder a 14-Entre-las-cuerdas.pdf

♫ Estas campanas suenan porque alguien tira de la cuerda que cuelga de su badajo. Pero, aunque las campanas tengan cuerda, eso no quiere decir que sean instrumentos de cuerda. ♫

♫ Esta cajita de música funciona porque antes le hemos dado cuerda ♫. Pero eso no quiere decir que sea un instrumento de cuerda.

– “Yo te quiero dar las gracias, Fernando, por haberme traído al programa porque a mí lo de las ondas acústicas radiofónicas que me llevan hasta mi público pues siempre me ha gustado. Porque yo soy una persona que hablo con el corazón. No hablo con la mente. Yo me olvido completamente de la cabeza cuando quiero dirigirme a mi público, a la gente que yo sé que me escucha…”

Tiene cuerda para rato pero, aun así, no lo consideramos un instrumento de cuerda, aunque tenemos en cuenta que la voz suena porque vibran dos cuerdas vocales que tenemos en la garganta. De todos modos la voz es la voz. No se suele incluir dentro de los instrumentos de cuerda.

♫ Este instrumentito que tengo aquí delante es muy sencillo. Se compone de un vasito de plástico y de su base sale una cuerda que se ata en el otro extremo con un palo. Si con el palo golpeo el vaso ♫ resulta un instrumento de percusión. Pero si estiro la cuerda y la hago vibrar con el dedo ♫  se convierte en un instrumento de cuerda. Todo depende para qué utilicemos la cuerda. La utilizamos para que no se nos pierda el palo, o para que con su vibración salga el sonido, como ocurre con este otro instrumento muy parecido al anterior: el monocordio ♫

Un instrumento es de cuerda cuando su sonido se produce al vibrar sus cuerdas ♫

Hoy vamos a estar acompañados de estos instrumentos. Vamos a estar metidos ENTRE LAS CUERDAS ♫

Una cuerda que se tensa con un palo doblado es un arco musical ♫. Un mueble con más de doscientas cuerdas afinadas y un teclado que acciona unos macillos es un piano ♫. El primero es muy sencillo ♫. El segundo es muy complicado ♫. Entre uno y otro hay una gran diferencia, pero los dos son instrumentos de cuerda ♫

♫ Hay miles de instrumentos enormemente distintos que utilizan las cuerdas para emitir sonidos, y hay algo que todos tienen en común: tienen las cuerdas tensas, no flojas. Una cuerda floja no vibra y si no vibra no suena. Puede servirnos para muchas cosas: para colgar, para atar. Pero para que suene tiene que estar en tensión. Mayor o menor, pero debe tener tensión. Si la cuerda la estiramos  ♫  sube el tono. Si la aflojamos  ♫  baja el tono. Estirando y aflojando podemos afinar la cuerda a nuestro antojo. El sonido de una cuerda también depende de su longitud y su grosor. Las largas y gordas ♫ tienen siempre sonidos más graves que las cortas y finas  ♫  Una cuerda para que suene potente y bien necesita, además de estar en tensión, estar junto a una caja de resonancia ♫ Según como sea esa caja de resonancia, ese amplificador y embellecedor del sonido,  y dónde esté colocada, el instrumento será diferente ♫.

Como ya os he dicho antes, si la cuerda está tirante entre los extremos de un palo doblado eso es un arco musical. Hay quien opina que de la caza surgió la música, pues con el arco podía producirse un sonido dulce. A lo mejor el arco y la flecha son antecesores del violín ♫

Si entre la cuerda y el palo metemos una calabaza hueca o un bote vacío, ya tenemos un resonador y, por lo tanto aumenta el sonido del arco. El resultado es este arco musical que se da en casi todas las civilizaciones ♫ En este instrumento la cuerda es golpeada por un palito fino y el arco se tensa y destensa, por eso el sonido sube y baja ♫

Esta primera familia de los instrumentos de cuerda es la de los arcos musicales. La segunda familia de los instrumentos de cuerda que vamos a observar es la de las liras ♫.

La lira es ese instrumento que hemos visto tantas veces en las pinturas egipcias y griegas. Consta de una caja de resonancia de la que salen dos brazos que sujetan un travesaño que nos sirve para tensar las cuerdas. La lira se caracteriza porque tiene todas las cuerdas de la misma longitud ♫

Seguro que os acordáis de alguna película en la que Nerón acompañaba sus cantos con alguna lira. O aquellos tebeos de hace muchos años de El Jabato donde uno de los personajes, Fideo de Mileto, salía siempre recitando poesías y tocando su lira. O el mundialmente conocido Asuracenturix, el músico de los tebeos de Asterix, al que nunca le dejan tocar su rústica lira, que está hecha con dos cuernos y tres cuerdas.

♫   Este instrumento se da mucho en África: en Etiopía, en Kenia, Sudán y Uganda. Allí hay liras de todos los tamaños: pequeñas, medianas, grandes y gigantes. Estas últimas suenan como contrabajos ♫

La tercera familia de los instrumentos de cuerdas es la de las arpas ♫  Las arpas suelen tener forma triangular y sus cuerdas van desde la caja de resonancia hasta un brazo que sale de dicha caja. En las arpas las cuerdas van en disminución desde las más largas, que son las más graves, hasta las más cortas que son las más agudas ♫

♫   Nuestra cuarta familia es la de los laúdes ♫ Su característica fundamental es que tienen un mástil donde se tensan las cuerdas que parten de la caja de resonancia. Con los dedos se pisan las cuerdas y así se varían los sonidos. ♫ Los laúdes son los instrumentos de cuerda más extendidos por todos los confines de la tierra. ♫ A esta grandísima familia pertenecen tanto la guitarra como el violín o el contrabajo y otros miles de instrumentos.

♫   La quinta y última familia de los instrumentos de cuerda es la de las cítaras ♫ Esta familia comprende instrumentos tan distintos que ni se parecen. Por ejemplo, este instrumento es de la familia ♫ Y este otro, que es un piano también ♫   ¿Sabéis lo que tienen en común? Que sus cuerdas siempre se tensan paralelamente a lo largo de la caja de resonancia.

♫   Habréis observado como hay instrumentos de la misma familia que suenan completamente diferentes. ¿Por qué? Porque se hacen de distintos materiales; porque tienen distintos tamaños y formas; porque unos instrumentos tienen cuerdas de tripa, otros de nylon, otros metálicas y otros entorchadas. Y fundamentalmente porque las cuerdas se pueden tocar de muy diversas formas. Pellizcándolas con los dedos  ♫  con una púa  ♫  frotándolas con otras cuerdas tensadas por un arco  ♫  golpeándolas con un palo o un macillo  ♫ o soplándolas  ♫

Todas las civilizaciones, todos los pueblos del mundo tienen una rica variedad de instrumentos de cuerda. Como la lista es interminable voy solamente a repasar unos pocos ♫

 En los países árabes encontramos un laúd, el ud que da nombre a esta familia ♫

 También hay laúdes de mástil largo y cuerdas metálicas, como este buzuc ♫          

De cuerdas frotadas destaca el camanchec ♫

También, como no, hay toda clase de cítaras. Ésta se llama qanum ♫

Si nos trasladamos a la India podremos hallar instrumentos de cuerda muy perfeccionados. Éste es un gran laúd de muchas cuerdas que se llama sitar ♫

La cítara que se golpea con macillos la llaman santur ♫

Uno precioso que es medio laúd medio cítara es la vina ♫

El sarangi es de cuerda frotada ♫

En Japón ocurre otro tanto. Una hermosa y larga cítara se llama koto ♫

Un laúd con membranas de papel shamisen ♫

En China el instrumento más famoso de cuerda frotada es el ju-chin ♫

Y el laúd de más categoría: la pipa ♫

Si nos detenemos en África vamos a encontrar maravilla como la kora de Senegal, un instrumento precioso con una gran calabaza y muchas cuerdas, que pertenece a dos familias a la vez: a la de las arpas y a la de los laúdes ♫

La valiha de Madagascar es una cítara redonda hecha con un tronco de árbol ♫

El bobongo centroafricano es mitad arpa mitad cítara ♫

Finalmente nos vamos a instalar en Europa que está repleta de instrumentos de cuerda. Empezamos nuestro repaso por las arpas folclóricas que desde siempre tocan los celtas ♫

Pero no nos olvidamos de las arpas clásicas ♫

En Europa hay una gran variedad de instrumentos de la familia de los laúdes. Unos se tocan con púa como por ejemplo las mandolinas ♫

En España tenemos bandurria, mandolas, bandolas y laúdes que forman orquestas llamadas de pulso y púa ♫.

Hay laúdes para tocar con los dedos como por ejemplo el laúd barroco ♫

Llegamos a las guitarras. ¿Qué os voy a decir de la guitarra que no sepáis? ♫

Dentro de los instrumentos pequeñitos está el timple canario ♫

Y también el cavaquinho portugués ♫

Por fin llegamos a los instrumentos de la familia de los laúdes de cuerda frotada. ¡Señoras y señores, el instrumento más famoso que existe: ¡su majestad el violín! ♫

Un poquito más grande que el violín y algo más grave es la viola ♫

Si mide algo más de un metro y se coloca entre las piernas, tenemos el violonchelo ♫

Y el más grave de todos: el enorme contrabajo ♫

Desde el siglo XVIII se reúnen dos violines, una viola y un violonchelo para formar un cuarteto ♫

También hay tríos de cuerda, quintetos, sextetos, etc., y así llegamos a la orquesta de cuerda, un invento maravilloso ♫

Sí, sí, podría seguir pero esto sería el cuento de nunca acabar. Creo que no hay más remedio que ir terminando ♫

La próxima semana, no os lo perdáis. Nos espera un programa donde nos vestiremos para bailar ♫.

Por cierto, estamos ahora escuchando banjos, guitarras ♫

En los controles, el perfeccionista Carlos Arévalo.

Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

10 Ago

13 Un paseo con Pablo

Programa radiofónico  nº 13 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Una pequeña e intrascendente narración basada en un hecho real: un paseo con un niño de cinco años. Acompañados por una selección musical, contamos lo acontecido en un paseo que, a puro echarle imaginación, acabó convirtiéndose en el ‘camino mágico de la aventura’.

Haz clic para acceder a 13-Un-paseo-con-Pablo.pdf

  Era un día como hoy, con frío, de vacaciones y en familia. Estábamos en el pueblo pero tanto daba. Aquel ambiente era igual que en la peor de las ciudades. Pablo, mi sobrino, se aburría como una ostra. A sus cinco años tenía ya más juguetes que todos los que hubiera podido haber soñado yo en mi vida: naves espaciales convertibles, camiones volquetes dirigidos, arquitecturas, talleres polinosequé, ejércitos de indios, motos. Pero allí estaba, sentado ante la televisión a punto de dormirse de aburrimiento. La tele por su parte, se encargaba esos días de vacaciones invernales de poner películas infantiles, dibujos animados y anuncios de los mismos juguetes a todas horas. Aquello era insoportable. Había que hacer algo. Pero ¿qué? .

Se había terminado mi repertorio de cuentos y de canciones. Le había hecho todos los juegos de manos, de cartas y de magia que sabía. Estaban agotadas todas mis posibilidades. Aquellas Navidades habían podido conmigo. No quedaba ya más que el terrible recurso de la tele. Y allí estaba Pablo. Con sus pocos años y ya pasando del mundo, unido a la pantalla y con el cerebro a cero. No podía ser. Había que hacer algo. Pero ¿qué? .

La televisión seguía impasible. Dibujos violentos de feísimos monstruos que destruían todo con rayos láser. Acaramelados amores entre ridículos niños de ojos gigantes. Estúpidos gatos apaleados por ratones. Estaba clarísimo: ¡tanto dibujo animado no podía ser saludable! Había que hacer algo. Pero ¿qué? 

¡De repente se me encendió la bombilla! 

– Ya sé lo que podemos hacer. Daremos un largo paseo con Pablo.

– ¿Cómo se te ha podido ocurrir tal cosa? dijeron rápidamente sus abuelos a coro, ¡con el frío que hace! ¡Cogerá un resfriado, anginas, gripe, pulmonía, tuberculosis! ¡Qué idea, un paseo, habráse visto!

– Si, un paseo, un paseo abrigado que le desconecte de esta terrible monotonía, que le dé un poco de aire en la cara, a ver si se le va ese color de acelga, ¡hombre!.

-Nada, nada, peligrosísimo, -dijeron-. Además, no está acostumbrado a hacer eso. Mejor, así será el primer paseo largo de su vida, repliqué.

Que sí, que sí, que sí, que no, que no, que sí, que sí sí, que si no… hubo una larga discusión. Al final llegamos a un acuerdo: que lo decida el niño. Me dirigí a él y le pregunté:

– Pablo ¿te apetece dar un largo paseo con nosotros? Mira iremos tu tía Menchu, tus padres y yo ¿eh? El niño contestó con desgana:

– No puedo, ¿no te das cuenta de que estoy viendo los dibujos o qué? 

Entonces le dije al oído:

– Es que no es un paseo normal. Éste es el paseo mágico de la aventura, donde vas a encontrar unas sorpresas que jamás has imaginado.

Pablo me miró y después de un largo silencio dijo: ¡vamos! Le pusimos un abrigo, guantes y bufanda, cogimos la merienda y nos marchamos a hacer un recorrido por las afueras del pueblo. Hoy os voy a contar las incidencias de esa caminata. Hoy el programa se titula UN PASEO CON PABLO .

La suerte estaba echada. Le había prometido a Pablo que sería un camino mágico de la aventura y no tenía ni idea de cómo hacerlo. Pero ya se me ocurriría algo durante los cuatro  kilómetros que tenía por delante. Además, ese paseo lo había hecho muchas veces con mi querido amigo Bola. Eso era una ventaja, porque el recorrido me lo sabía de memoria .

Contaba además con la colaboración de su tía, de sus padres y de mis bolsillos que siempre, no sé por qué, están llenos de cosas pequeñas. Ese día llevaba, además del pañuelo, la cartera y las llaves, una pitillera de hojalata, un mechero Bic de gas, un diapasón de golpear, una armónica enana metida en un cofrecito de tela, un minúsculo aparato de radio a pilas con auriculares, y un llavero que era un pito inglés típico. Lo primero que hice fue, sin que me viera nadie, esconder el pito inglés bajo la alfombra. Para algo serviría, suponía yo. Y como primera medida me coloqué una bufanda de sombrero para dar mayor sensación de explorador, y comenzamos el paseo .

Nada más empezar nos encontramos en el camino con una rama seca caída de un árbol, de unos dos metros. La cogimos, le até la bufanda y se convirtió en un magnífico estandarte, como los que llevaban los romanos .

Todo lo que íbamos encontrando en el camino lo atábamos a nuestro precioso estandarte. Al rato ya le habíamos colocado una zapatilla vieja, un cable, una manzana mordida, una cinta de casete rota, dos latas de conserva y unas florecillas de invierno .

Naturalmente aprovechamos la oportunidad para teatralizar aquella situación. De  los ejércitos romanos, pasábamos a tempestades marinas . De las tempestades a peregrinaciones medievales . Pablo no conseguía cerrar la boca de asombro. Nosotros estábamos pasándolo en grande y eso que aquello no había hecho más que empezar .

Seguíamos nuestro paseo. El camino se ponía cuesta arriba y, ¡atención!, pasaba bajo las vías del ferrocarril haciendo un pequeño túnel. Eso sí que había que aprovecharlo bien. ¿Qué hicimos? Organizamos un rito arcaico con la resonancia del túnel esperando a que pasara el TER de Madrid.

– Cuando pronunciéis las tres palabras mágicas se moverán las paredes y llegará hasta vosotros un enorme ruido que rápidamente desaparecerá. Repetid conmigo:

  • – ¡Pusbundia!
  • – ¡Pusbundia!
  • – ¡Porlejo!
  • – ¡Porlejo!
  • – ¡Manús!
  • – ¡Manús!

El rito y el paso del tren tuvieron un éxito tremendo que ayudó a Pablo a olvidarse de que ya había paseado más que en toda su vida. Comentando detalles del rito seguimos la caminata .

Sin que Pablo se diera cuenta me adelanté unos metros y escondí el mechero bajo una lata de pintura blanca y puse al lado una hoja de papel que destacara. Luego le dije:

– En este camino mágico de la aventura se acerca el primer tesoro. Para encontrarlo aquí tienes este mensaje:

 ‘‘El fuego blanco se aloja entre la lata y la hoja’’  Pablo se aprendió el mensaje y repitiendo, repitiendo, repitiendo, (con alguna pista, claro) encontró el tesoro .

Después de decir las tres palabras mágicas encontró bajo la lata y junto a la hoja ¡un mechero blanco que encendía! La emoción era intensa .

Pablo no se podía explicar tanta maravilla. Mientras tanto seguíamos nuestro paseo . Mientras su tía y sus padres le distraían un momento, me adelanté y en una rama bajita de un árbol coloqué el cofrecito azul con la armónica dentro. Después le dije: “El segundo tesoro ya está a la vista. El mensaje es el siguiente  : Sobre una rama me encuentro. Soy cofre con música dentro’’ 

No es difícil imaginar lo ocurrido. Encontró el cofre. Lo abrió. Y vio la armónica que tantas veces me había visto tocar. Pero daba igual; era un auténtico tesoro de aquel camino mágico de la aventura . Con la armónica tocamos una canción que nos sirvió de himno del paseo .

El camino también nos mostraba sus sorpresas que eran convenientemente anunciadas. La llegada al Canal de Lodosa y los juegos con la corriente y barcos de papel . La presencia de un árbol quemado que descubrimos bajo una gabardina . Las flores del mal cuyo paso dejamos a un lado .

El camino llegaba a su fin y con él los últimos tesoros .  El diapasón clavado entre la hierba se convirtió en una flor de plata que sonaba cuando se golpeaba . La pitillera llena de guijarros escogidos resultó ser una caja de piedras preciosas . De entre la paja del campo surgió un diminuto auricular con música. Pablo acercó el oído y ¡anda, sonaba solo y además nunca había escuchado algo tan bonito! Era mi aparato de radio a pilas que había escondido previamente entre la paja que emitía Radio 2 Clásica, evidentemente. En ese preciso momento sonaba esta música  ¡Claro, con Radio 2 es muy fácil acertar! 

Volvimos ya a casa. Pablo estaba entusiasmado y agotado. Llevaba consigo un estandarte lleno de deshechos, un mechero de veinte duros, una armónica en miniatura en su cofrecito, un diapasón, una pitillera de hojalata con piedras, un aparato de radio de bolsillo y aún encontró un último tesoro: bajo la alfombra había un pito de oro .

El paseo terminó. De todos aquellos tesoros se quedó sólo con el pito. Los demás tesoros no le importó en absoluto devolvérmelos. Lo importante había sido el momento de encontrarlos. De esta manera podríamos jugar muchas más veces. Pablo comprendió el juego a la perfección. Desde entonces, cada vez que me ve, me pide que hagamos más caminos mágicos de la aventura. Ya no tengo que engañarle ni que esconderle cosas. Simplemente le cuento historias sobre los objetos que nos encontramos y él descubre, de paso, el placer de pasear. No tiene mayor complicación .

¿Cuántos paseos mágicos de la aventura habéis hecho vosotros este año?  Pues no sé en qué pensáis. La emoción puede estar poco más allá del portal de vuestra casa .

El próximo programa lo vamos a dedicar a un tipo de instrumentos musicales. Estaremos ENTRE LAS CUERDAS.

 En el paseo nos ha acompañado Carlos Arévalo.

Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

10 Ago

12 Menudos pájaros

Programa radiofónico  nº 12 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Desde los tiempos más remotos han sido considerados los pájaros como músicos extraordinarios. Oiremos algunos de sus cantos más famosos (mirlos, ruiseñores, alondras, colimbos…), así como a los instrumentos que los imitan y algunas composiciones inspiradas en estos magníficos cantores.

Haz clic para acceder a 12-Menudos-pajaros.pdf

♫ “Cuenta la leyenda que en una aldea gallega llamada Armenteira, un buen fraile al que después dieron el nombre de San Ero, quedóse absolutamente transpuesto escuchando el canto de un pájaro. Cuando volvió de aquel éxtasis que le hizo conocer los misterios de la eternidad, habían transcurrido varios siglos. ¡Quién sabe si todavía aquel pajarillo vuela sobre la aldea desgranando las notas del misterioso canto! Porque lo que sí es cierto es que Armenteira parece una aldea dormida en el tiempo. Así que ya sabéis: si os preocupa la vejez y queréis detener el paso de los años aunque sólo sea por un siglo o dos, no tenéis más que acercaros por el lugar y poneros a la escucha” ♫.

¡Qué pajarillo sería aquel capaz de detener el tiempo con su canto? ♫ No nos ha de extrañar demasiado que haya leyendas como ésta que nos ha contado Rosa Álvarez. Leyendas que nos hablan de milagros hechos por los cantos de los pájaros. Pues ¿no es un auténtico milagro que algo tan pequeño sea capaz de hacer tantas maravillas? ♫

♫ Este señor que acaba de llegar es Papageno, el famoso pajarero de “La Flauta Mágica” de Mozart. Ya podemos pues empezar el programa que hoy está dedicado a esos animalitos con alas, plumas, pico y gargantilla de oro. ¡MENUDOS PÁJAROS!

♫ Desde los tiempos más remotos, han sido considerados los pájaros como músicos extraordinarios en todos los confines de la tierra. Así como el canto de otros animales, suponiendo que canten, como lobos, cigarras, grillos, ballenas, sapos… pueden gustar más o menos, con los pájaros no hay discusión. Son los cantores por excelencia ♫.

Cuando alguna persona canta muy bien se le puede comparar con un jilguero o un ruiseñor porque, seguramente, la perfección en el canto está en los pájaros y todo lo que podemos hacer los seres humanos es acercarnos más o menos a tal modelo ♫.

Oliver Messiaen, un extraordinario compositor francés, me confesaba en una entrevista que le hice para la radio que la música que más le gustaba era la de los pájaros porque ellos eran capaces de hacer de todo: hermosas melodías, variadísimos ataques, matices sutiles, variaciones imaginativas. En fin, todo lo que entendemos por música es realizado a la perfección por los pájaros ♫. Tanto es el amor que Messiaen tiene hacia el canto de los pájaros que gran parte de su obra musical se ha basado en la utilización de esos cantos, que él mismo ha pasado a música escrita ♫.

No debemos considerar a los pájaros como cajas de música, ni mucho menos, sino como amantes de los sonidos que cultivan la práctica de su combinación como un arte, como lo hacemos los hombres. Para muchos pájaros el arte de cantar ha llegado a ser el verdadero objeto de su vida, como buscar alimentos o mantener a su familia ♫.

Los pájaros aprenden sus cantos en primer lugar de sus padres. Podríamos decir que con el canto de los pájaros ocurre como con el folclore, que se transmite de generación en generación. Por eso un pájaro criado en cautividad, un pájaro enjaulado, no canta el canto natural de su especie. Hay muchos tipos de pájaros que no pasan de ser meros transmisores, intérpretes de lo que han aprendido. Pero otros son auténticos compositores. Inventan melodías continuas, introducen octavas y acordes perfectos en sus composiciones, hacen variaciones acertadísimas que ya quisieran para sí ciertos compositores que sabemos ♫.

Otros tipos de pájaros aprenden con gran facilidad cuanto se les enseña. Hasta se han inventado instrumentos para enseñar a cantar a estos pájaros, reclamos. En 1700 se publicó en Londres un libro titulado así ‘Descripción de todos los pájaros musicales del reino así mismo varias melodías nuevas escritas especialmente para pájaros, las que pueden enseñarse por medio del cantillo o pequeño flageolet’ ♫.

Así como los intérpretes estudian su instrumento horas y horas para perfeccionar su técnica, y los cantantes su voz para cantar mejor, los pájaros hacen lo mismo. Estudian horas y horas hasta dejar la melodía acabada. Y cuando les gusta, la vuelven a cantar al año siguiente. Os parecerá mentira, pero es cierto ♫.

Daines Barrington, escritor del siglo XVIII, organizó un certamen musical en el que inscribió a todos los pájaros británicos. Ideó una hoja de clasificaciones donde se tenía en cuenta la suavidad del tono, la extensión, la afinación, etc. El primer puesto lo ocupó el ruiseñor ♫ y el último puesto, el gorrión.

Es evidente que no todos los pájaros cantan igual de bien. Hay unos que son más apreciados que otros. El Beethoven de los pájaros es el mirlo ♫. El que más literatura ha dado, sin duda, el ruiseñor ♫.  El más madrugador: la alondra ♫. El más enigmático: el huiraburu ♫. El más clásico: el zorzal ♫. El más chiquitín: el chochín ♫. El más solitario: el colimbo ♫

Ahora vamos a asistir a un concierto de pájaros africanos: pájaros de Senegal, de Camerún, de Sudáfrica y de Kenia. Algunos de los mejores cantores del planeta están aquí ♫

  • – Sí, sí me parece música.
  • – No, no porque no hay una organización. Es una cosa espontánea. A lo mejor es música para los pájaros. Eso ya no lo conozco mucho. Nunca he sido pájaro.
  • – El canto de los pájaros no me parece música. A mis oídos no me parece música. Me parece naturaleza o algo así, pero música, no.
  • – Sí, muchas veces sí. A veces molesta porque son un poco pesados por la mañana, pero sí, es música.
  • – El canto de los pájaros también es música, claro.
  • – El canto de los pájaros es música porque hacen…(risas y silbidos)
  • – El canto de los pájaros sí me parece música.
  • – Sí, puede representarse como música, pero deberían de ser muchas clases de pájaros diferentes.

 ♫ Más o menos, pero a todos nos gusta el canto de los pájaros. Hasta tal extremo que hay inventos de todo tipo para imitar su canto. Un pito en forma de pajarito que se llena de agua y… ♫  Un pajarito mecánico como éste que me regaló Sofía, le tocas el pico y… ♫ no canta como el del cuento de Andersen, pero acompaña ♫. El silbido se inventó para imitar a los pájaros ♫. Además hay todo tipo de reclamos, de aparatitos que se meten en la lengua.

También hay algunos instrumentos musicales que pueden imitar muy bien a los pájaros. La flauta ♫ La flauta fue la elegida para hacer de pájaro en el cuento musical “Pedro y el lobo” de Prokofiev, no hay que olvidarse ♫. También el violín ♫. También el clarinete ♫. El hoo-ching, ese instrumento chino que ya ha aparecido varias veces en nuestro programa ♫ y el sintetizador, naturalmente ♫. Y otros como el cello de Miguel que hace estupendamente el pájaro loco ♫. Pero el que más veces se ha utilizado para hacer de pajarillo ha sido la voz, concretamente la voz de soprano ♫.

Los compositores que han imitado en sus obras a los pájaros son muy numerosos. Os mostraré unos pocos.

Janequin, un madrigalista del Renacimiento francés, tiene una obra fundamental: ‘El canto de los pájaros’ ♫.

Cuando un compositor se quiere referir a la primavera echa mano de los pájaros. Caso típico: Vivaldi ♫.

Pasa lo mismo con los amaneceres. Siempre que hay amaneceres musicales, siempre hay pájaros ♫.

El cucú es uno de los que más música ha inspirado. Frescobaldi, Pasquini, Purcell, Händel, Vivaldi, Beethoven, Haydn, Saint-Saëns, Delius y otros muchos, además de los relojes suizos, han introducido el canto del cuclillo en sus músicas ♫.

Otros casos ejemplares son los siguientes: el de los murmullos de la selva en la ópera “Sigfrido” de Wagner ♫.

Algunos cuartetos de Haydn, como el “Cuarteto 41 en Do” llamado de “Los pájaros”, o éste el de “La alondra” ♫.

O el de la obra de Respighi Las aves, que es una refundición musical de composiciones antiguas que imitaban a los pájaros ♫.

Otros compositores no imitan a los pájaros, sino que incluyen grabaciones de sus cantos en sus obras. Veamos unos casos. El finlandés Rautabaara en su obra “Cantus árticus” incluye bandadas de aves migratorias ♫.

En la canción “Mirlo” de The Beatles canta un auténtico mirlo ♫.

En “Los pinos de Roma”, del compositor antes mencionado Ottorino Respighi, aparece un ruiseñor en la noche ♫.

El saxofonista, compositor y ecologista Paul Winter, tiene un montón de canciones donde dialoga con pájaros ♫.

De entre la gran cantidad de curiosidades y anécdotas de cantos de pájaros que hay, os voy a contar algunas en estos pocos minutos que quedan. ¿Os podríais imaginar que las golondrinas organizan auténticos cantos a coro posadas en los alambres del telégrafo? ¿O que entre los grupos de estorninos hay uno de ellos que es el solista que empieza a cantar una melodía y que el coro, que es el resto, la termina como si fuera un estribillo? ♫.

¿Sabíais que los mejores pájaros cantores rara vez son de colores brillantes? Los pájaros de colores apagados como los ruiseñores, alondras, jilgueros, mirlos y zorzales, son los que cantan mejor. Como en todo, hay excepciones ♫.

Mozart compró un estornino adiestrado al que le habían enseñado una canción. Mozart la escuchó, la anotó en papel pautado y puso al lado: “¡es hermosa!” ♫.

Se cuenta el caso de un loro gris al que le habían enseñado a silbar trozos de Beethoven. Cuando se pronunciaban las palabras “Sinfonía Pastoral”, el loro cantaba un fragmento de la misma. ¡Es que hay que ver qué cosas hay en la vida! ♫.

El canto de los canarios ha sido perfeccionado por sus cuidadores y por eso se hacen concursos de cantos de canarios, ¡a ver cuál canta mejor y con más frases distintas! Los canarios campeones alcanzan precios elevadísimos ♫.

En el estreno de la ópera “Rinaldo” de Händel, se soltaron cantidades de pajarillos en una escena del primer acto en la que sale una fuente y una pajarera. Pero los pájaros no eran buenos actores y en vez de posarse en los arbolitos del escenario se fueron por el patio de butacas y apagaron las velas ♫.

Queridos amigos, se acabaron los pájaros por hoy. Se acabó el tiempo ♫.  Desde aquí un agradecimiento especial a Percy Sholes por su artículo de “Canto de Pájaros” del “Diccionario Oxford de la Música”. Sin ese artículo el programa de hoy hubiera sido, con toda seguridad, distinto ♫.

No estaría nada mal que aprendiéramos todos un poco a cantar como los pájaros, ¿no os parece? ♫

De todos los cantos de pájaros que habéis oído, ¿os acordáis de alguno? ♫

El próximo día nos vamos de paseo. Vamos a enseñar a disfrutar del placer de pasear a mi sobrino Pablo. El programa se titulará UN PASEO CON PABLO. En el paseo como con los pájaros, nos acompañará como siempre Carlos Arévalo.

♫   Hasta entonces, adiós y adiós

© Fernando Palacios

CANTOS-DE-AVES-WEB