10 Ago

17 Todo el mundo canta

Programa radiofónico  nº 17 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991.

PODCAST disponible aquí

Hay canciones para todos los gustos, de todos los temas imaginables, cantadas por las voces más dispares. Aquí espigamos unas cuantas de todo el mundo. Las hay de amor, nocturnas, salseras, fúnebres, de beber, de trabajo, de despedida…

Haz clic para acceder a 17-Todo-el-mundo-canta.pdf

♫ ¿Habéis oído? Esto se grabó tal cual algunos unos años en Miranda del Castañar, un precioso pueblo de la provincia de Salamanca. Estaba la tía Petra sentada en su mesa camilla cuando, como de costumbre, llegaron Francisca (la vecina) y Víctor (el de la flauta y el tambor) y se pusieron a cantar. Así de sencillo, sin más complicaciones. ♫

Lo que viene ahora es algo parecido. Llega la madrugada en el llano venezolano. Canta el gallo. Aparece un ordeñador de vacas dispuesto a despertar a otro, a su amigo, que es más remolón, para ponerse a trabajar. Mientras preparan el desayuno, cogen un cuatro, que es una guitarrilla pequeña, un arpa, y las maracas. Y contrapunteo que te crió. Así de sencillo, sin más complicaciones. ♫

Si es que esto de cantar, es algo fundamental. Es bueno para todo: para el espíritu, para el oído, para el corazón, para la comunicación con todo el mundo, para mejorar la diversión, para liberar la pena. En música, cantar es lo primero y lo más importante porque, ya sabéis: el que canta su mal espanta. ♫

En nuestro programa de hoy os voy a mostrar canciones, solamente canciones. Canciones rápidas y lentas, alegres y tristes, largas y cortas, cantadas fuerte y cantadas bajito. Canciones, canciones de distintas partes del mundo, pues hay que tener en cuenta que cantar es una de las principales actividades de la vida. Por eso TODO EL MUNDO CANTA.

Hay canciones para todos los gustos, de todos los temas imaginables y cantadas por las voces más dispares. En nuestro recorrido voy a espigar unas cuantas de las infinitas canciones que se cantan o se cantaban por el mundo. ♫

Uno de los temas favoritos en las canciones es el amor. Esta es una canción de amor de Vidiapati, un poeta indio del siglo XIV. Soy joven y mi marido está lejos, canta Jahawarlal y de su delicada voz nace la tristeza de la ausencia. ♫

De amor es también esta canción de Sayadian, un trovador armenio del siglo XVIII. “Durante todos los años que viva te adoraré”, se llama esta canción que interpreta el Grupo de música Armenia. ♫

Siguen las canciones de tema amoroso. Ésta es de Laos, un país de Extremo Oriente. La señorita Sai Thay improvisa la letra y la música de este canto de amor. ♫

De Laos a Egipto. La más grande cantante de los países árabes: Om Kalsum nos dice que volvieron los días y pasaron los días; amaneció después del abandono deseándome los buenos días y con la luz, despertó la alegría. Una hermosísima canción compuesta por Mohamed Abdelhuahab. ♫

Esta canción que sigue ya no es de amor, pero sí es de amaneceres y luceros de la noche. Es una zamba argentina donde el latido del corazón es el bombo y la voz, la genial Mercedes Sosa. ♫

Una canción ahora de noche, de noche profunda. Es una canción zíngara de ese pueblo que nunca deja de cantar: el gitano. Lalia Dimitrevich evoca en este canto las noches de fiesta donde las canciones son como medicinas; lo curan todo. ♫

Quien crea que para cantar bien es necesario tener una voz clara, potente e impostada como la del señor Domingo está sin duda en un error. Para cantar un blues, por ejemplo, es necesario tener otro tipo de voz. Tom Waits la tiene grave, ronca, pastosa, áspera y ruda. Y ahí lo tenéis, marcándose este blues titulado “Veintinueve dólares”. ♫

Se acelera el ritmo. El grupo Muluk el Hwa de Marruecos, pide pista con esta canción: “Haiao”, donde la repetición es el fundamento. ♫

Otro tipo de canción repetitiva es ésta del Caribe, un cóctel de son cubano, montuno, merengue, jazz, y otras especies caribeñas producen la salsa. Héctor Lavoe se ríe en esta canción de los refranes de su abuelita: “dime con quien andas, ojo por ojo diente por diente,  etc.” ♫

Después de la salsa, el té. Una canción para acompañar la ceremonia del té en Taiwan. Una señorita de la etnia Ami lo hace así: ♫

Nos hemos ido al lugar más lejano de nuestro país. Estamos en Australia y de ese gran islón he seleccionado esta canción fúnebre. Una vez más se demuestra que los pueblos cantan todos los acontecimientos de la vida. ♫

Le llega ya el turno a las canciones de beber juntos. La bebida suelta la lengua, desinhibe la mente, exalta la amistad y provoca el canto. El grupo francés La Bamboche interpreta “Bebamos, amigos”.  ♫

Seguramente el país más cantarín sea Irlanda. Allí se canta a todas horas, en todos los lugares y participa todo el mundo. Sobre todo en los pubs, auténticos paraísos de cerveza negra y canciones como ésta que se titula “Tres doncellas borrachas”, que interpreta el grupo Planxty  ♫

“Vareando aceitunas se hacen las bodas. El que no va a aceitunas no se enamora” Es una letra popular de una cantina andaluza que canta Carmen Linares. ♫

Otro tema que suelen tratar las canciones es el de las diferencias entre hombres y mujeres. Sale una pareja y entre los dos se preguntan y contestan con picardía y venenillo. Es el caso de Gal Costa y Poupa Nova en esta alegre cancioncilla brasileira. ♫

Esta canción que sigue dice así: “Soplan oscuros vientos, llegan desde Somogy County, pienso en mi vida”. Marta Sebastian una de las mejores voces húngaras nos lo dice así. ♫

Y como el programa se va acabando, ahí va una canción de despedidas y ausencias. Lleva por título ‘El tren sale a las ocho’ y es la incomparable voz de la mezzosoprano Agnes Baltsa quien canta esta canción de su país: Grecia. ♫

¿Os han gustado las canciones de hoy? Espero que sí. ♫ Os recomendaría que empezarais una colección de canciones de todo el mundo. En principio parece difícil, pero no lo es tanto. Cada vez que un familiar o un amigo vaya al extranjero le encargáis un disco. Cada cumpleaños, lo mismo. Al cabo de un tiempo, podréis recorrer Europa, Asia, África, América y Oceanía sin bajaros de sus canciones.

El próximo programa estaremos acompañados de MELODÍAS OCULTAS.

En los mandos estuvo don Carlos Arévalo. Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

Todo el mundo canta - Fernando Palacios

10 Ago

16 Orden y caos

Programa radiofónico  nº 16 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991.

PODCAST disponible aquí

1) La naturaleza, nosotros mismos, somos orden y caos a la vez. 2) A la obra artística le ocurre exactamente los mismo. 3) Muchas cosas nos parecen caóticas porque desconocemos su orden. 4) Poco a poco se va descubriendo que el caos no es tan caótico como parece. Estos cuatro puntos promueven el orden y el caos de este programa.

Haz clic para acceder a 17-Todo-el-mundo-canta.pdf

 ♫ Según muchas tradiciones religiosas hubo un momento hace mucho tiempo en que el mundo se ordenó y  se convirtió en Universo, también llamado Cosmos. Lo que había antes, la indeterminada confusión y mezcolanza de todos los elementos, era el Caos, el desorden que precedía a la creación del mundo ♫.

♫ Jean Philippe Rebel, compositor francés que vivió entre los siglos XVII y XVIII entendía el caos así: ♫ Del caos pasaba poco a poco al orden, en su obra “Los Elementos” ♫

Haydn, el divino Haydn, comenzaba su oratorio “La Creación” con una descripción del caos: ♫. Después llegaba el orden, o sea, llegaba la creación, el cosmos ♫

El Cosmos es pues el orden así como el caos es el desorden; luego orden y caos son dos cosas opuestas. Si el orden es forma, dirección y sistema, su opuesto (el caos) es conglomerado, montón y carencia de sentido. El caos está relacionado con la confusión, el embrollo, el desconcierto, la desorganización. El orden, con la disposición, la serie, la estructura, la organización. El caos es laberinto, el orden,  equilibrio. El caos e revoltijo, el orden, distribución. El caos es Babel, el orden orientación.

♫ Ya lo veis, nuestro programa de hoy está destinado al ORDEN Y CAOS.

♫ Si ponemos en orden algo, corregimos su desorden. Si encontramos que alguna cosa está sin orden ni concierto nos da sensación de caos. Las leyes que rigen una sociedad son para mantener un orden establecido. Si queremos que cada cosa vaya a su debido tiempo, habrá que colocarla por su orden. Si necesitamos reprender a una persona, la llamamos al orden.

♫ Pero ahí no acaba todo lo referente a la palabra orden ni mucho menos. Hay órdenes arquitectónicos, órdenes religiosas, militares, sociales. Hay órdenes en álgebra, analítica, geometría, física, química, teología, historia, lengua, leyes. Hay órdenes, ordenantes, ordenamientos, ordenaciones, ordenanzas y, naturalmente, ordenadores, esos aparatos que tanto abundan y que tienen información almacenada,  bien ordenada para cuando la necesitamos. Los ordenadores son máquinas inventadas para vencer  al caos ♫

♫ En la naturaleza no todo está perfectamente ordenado. Las cosas surgen por una combinación de orden y caos en perfecto equilibrio. Por ejemplo, nos parece ordenada una cristalización, o una hoja de un árbol, o una mariposa; y muy  desordenado un montón de tierra, o las nubes, o las piedras de la calle. Pero todo depende del punto de vista desde donde los observemos y de la información que tengamos de ellos. Las piedras tienen una estructura molecular, perfectamente geométrica, aunque su aspecto externo sea amorfo. La mariposa tiene un vuelo irregular, desordenado, si bien su forma es perfectamente simétrica. Un volcán suele tener forma geométrica, la de un cono, y sin embargo sus erupciones son la apoteosis del caos. Una fábrica elabora sus latas igualitas, metidas en sus cajas, apiladas, un símbolo de orden; pero por otro lado también expulsa desperdicios y aguas sucias, un símbolo del caos. Y es que, una vez más, las apariencias engañan.

♫ La mayoría de las ocasiones no sabemos dónde empieza el orden y acaba el caos, o donde empieza el caos y acaba el orden. Cosas que parecen desordenadas, resultan estar ordenadas con esmero. Y viceversa, objetos que creemos ordenados, lo están por casualidad. La realidad es que muchas veces si no entendemos un orden nos parece un caos. ¿No será que el caos está en nuestra mente y, por lo tanto, no entendemos aquella ordenación? ♫ Dicen los médicos que el cáncer es un desarrollo desordenado de ciertas células del organismo. Se podrá aniquilar cuando se descubran las leyes, los órdenes que tiene ese desarrollo que creemos desordenado por no conocerlo.

♫ Con las obras de arte de nuestro siglo ocurre algo parecido. Nunca el arte se había desligado tanto de ordenaciones tradicionales. Hasta ahora jamás había dicho tantas veces el público: no entiendo nada, ¿qué quiere decir eso?. Y es que la abstracción, el surrealismo, el dodecafonismo, el futurismo y otros muchos -ismos han cambiado las bases de la ordenación y se han vuelto mucho más complejos. De este modo se produce la desconexión con el público que no sigue los nuevos modos de ordenar.

♫ A esto hay que añadir que hay tendencias artísticas que buscan la manifestación del caos, de la casualidad, de la libertad absoluta del lenguaje. En fin, en estos casos el arte pide una distinta actitud del público. Si no se da, sigue la incomunicación.

♫ Tanto en el terreno científico como en el artístico se estudia en profundidad las relaciones entre orden y desorden, entre cosmos y caos. En la actualidad los científicos descubren en el caos unas leyes sobre fenómenos tan distintos como los latidos del corazón, los pensamientos, las nubes, los vientos, la estructura de las galaxias, la creación de un poema, la invención de una melodía, la caída en cadena de la bolsa internacional, la propagación de un incendio forestal e incluso el origen y la evolución de la vida. Todo eso es estudiado hoy en día para establecer la relación entre cosmos y caos, entre orden y desorden.

♫ Bien, resumamos estas ideas en cuatro puntos:

1.- La naturaleza, nosotros mismos, somos orden y caos a la vez. Los límites de ambos son indefinidos.

2.- A la obra artística le pasa lo mismo

3.- Muchas cosas nos parecen caóticas porque, sencillamente, desconocemos su orden.

4.- Poco a poco se van descubriendo leyes del caos: el caos no es tan caótico como parece.

♫ Como colofón a este breve resumen, escuchemos y meditemos la siguiente frase de Wallace Stevens, poeta norteamericano de nuestro siglo. En ella se sintetizan todos estos chocantes pensamientos. Dice así:

“Un orden violento es desorden; un gran desorden es orden. Ambas cosas son una”

♫ Y en este punto llegamos, por fin, a la música. Antes que nada, demos un breve repaso por algunas frases de gente famosa que nos hablen de música y orden. Veamos:

Platón no se cansaba de decir: “La música es la esencia del orden”

♫ Pitágoras especificaba algo más: “Los números son las cosas, ahora bien, la música es número; el mundo es música; el cosmos es una lira sublime de siete cuerdas”

♫ Jean de Garlande, un poeta del siglo XI decía: “La música es la ciencia del número transportada a los sonidos”

♫ Leibniz, filósofo alemán de hace unos trescientos años, comentaba lo siguiente: “La música es un ejercicio secreto de aritmética y quien se entrega a él ignora que maneja números”

♫ Schopenhauer, filósofo del siglo pasado escribía: “La música es el medio para percibir relaciones numéricas racionales e irracionales”

♫ Fabre d’Olivet, un mago francés decía lo siguiente: “La música es el conocimiento del orden de todas las cosas, la ciencia de las relaciones armónicas del universo”

♫ Demereaz, compositor suizo es algo más conciso: “La música expresa las confusas Leyes del orden que se ocultan tras los fenómenos”

♫ Novalis, el gran poeta, dice: “La arquitectura es música congelada”.

♫ Brian Eno, un músico de pop-rock afirma esto: “Soy un constructor de música, soy un trabajador y un creador al mismo tiempo, como el escultor que imagina una obra para después dar la forma con sus propias manos”

♫ Isidoro de Sevilla, obispo del siglo VII, ya decía: “Todo lo que ocurre en el cielo y la tierra está sometido a leyes musicales”.

Y terminamos con una frase del filósofo chino Se-Ma-Ts’ien: “La música viene de

dentro, la música es aquello que unifica”

♫ Con todo lo oído, parece claro que la música es matemática, es ciencia, es número. Pero ante todo es orden sumado al sonido y al sentimiento. Es el arte del orden en el tiempo, pues no hay que olvidar que ese orden siempre se desarrolla en el tiempo. ♫ En la música hay dibujo, espacio, volumen, movimiento. Hay concentración, memoria, historia, filosofía, narración, física, lenguaje secreto… hay de todo. Es el arte que aglutina todo. Ya lo decía Platón: es la esencia del orden.

♫ Esta música que oímos tiene un orden clásico. Tiene forma rondó, una melodía que repite, armonía tonal, etc. ♫

♫ Esta otra música tiene un orden serial. Todo está sometido a series de números y todo está ordenado, escrito, meditado. A los no iniciados les puede parecer caótica, pues su orden es especialmente complicado.

♫ Las músicas que desconocemos (exóticas, contemporáneas, antiguas), nos parecen extrañas y caóticas por eso precisamente, porque no conocemos su orden. Pero si penetramos en sus claves, nos resultará mucho más fácil disfrutar de ellas. ♫ Cada pueblo, cada época, ordena los sonidos como mejor le place, independientemente de si nos gusta o nos disgusta. O sea, no nos tienen en cuenta. Pero eso no quiere decir que nosotros no les tengamos en cuenta a ellos. ♫

Tampoco hay que olvidar que hay muchas formas de ordenar los sonidos donde interviene la casualidad, o sea el azar. Hay compositores que dejan que el azar controle su música, juegan con la casualidad. Por ejemplo, Mozart arrojaba dados para seleccionar frases con las que componía cantidades de minuetos. Marcel Duchamp en 1913 escribía melodías para sus hermanas sacando al azar notas de su sombrero. ♫

Otros compositores se inspiran en acontecimientos producidos por coincidencias. José Serrano, el compositor de zarzuelas, confesaba que a veces el goteo de un grifo o el chirrido de una noria le inspiraban ritmos y melodías. ♫ Si seguimos así podríamos abrir un amplio catálogo de preludios inspirados en gatos que andan sobre el teclado, máquinas que influyen en ritmos y un sin fin de juegos de azar musicales, como loterías, ajedreces, dominós, naipes, dardos, dibujos, esculturas, móviles… todos musicales. Son órdenes que rozan el caos, o dicho de otra manera, caos con cierto orden.

♫ Estamos oyendo la obra de Carlos Cruz de Castro “Ajedrez”. Los intérpretes juegan y tocan a la vez. ♫

Por último destacaré pensamientos musicales que se aproximan más al caos que al orden. Es el caso de muchos improvisadores que buscan formas de tocar automáticas, donde no influya su voluntad; músicas que broten sin que ellos tengan que ver mucho con el resultado. ♫

O el caso del celebérrimo compositor americano John Cage que busca situaciones donde los sonidos sean libres, donde el silencio se convierta en la gran música, donde el azar sea el compositor. ♫

Ramón Barce, compositor español, no se cansa de decir que el arte por raro que sea siempre tiene forma, siempre tiene orden; basta con que haya autor. Efectivamente, el simple gesto del compositor, convierte en forma artística algo que antes no lo era. ♫

E incluso prescindimos del autor. Observando la naturaleza, observando los objetos ¿no detectamos nosotros órdenes, claves, tipos de caos que, por propia voluntad nuestra, convertimos en hecho artístico? ♫

Continuando con esta idea podemos llegar a un punto en que todo lo que queramos puede convertirse en arte por arte de magia, mejor dicho, por nuestro arte. ♫

Conclusión: lo del arte es cosa de cada uno, basta con educar nuestra sensibilidad y nuestro conocimiento para encontrar órdenes y caos por todos los sitios. ¿Os lo proponéis? Fijaos bien. Sin moveros de vuestro sitio podéis encontrar órdenes y caos sugerentes en las cosas, en los objetos, en los sonidos que hay. Es un juego que no termina nunca. Es casi una forma de vida. Es vivir en el arte. Para aquellos que lo consigáis ¡enhorabuena!, seguramente habéis dado un paso hacia la felicidad y la comprensión del mundo. ♫

La próxima semana tendremos un programa donde, todo el mundo canta. Un viaje sin pasaporte por los cantos de la tierra.

De explorador, vendrá como siempre, Carlos Arévalo ♫

Hasta entonces, adiós y adiós.

©Fernando Palacios

10 Ago

15 Nos vestimos para bailar

Programa radiofónico  nº 15 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92

PODCAST disponible aquí

No es una clase de baile, proponemos hacer un viaje por la danza, dejándonos llevar por el ritmo y el gancho de la música, y por las someras indicaciones que damos de vestuario. De Giselle a las charangas de Pamplona. Un medio para desinhibirnos.

Haz clic para acceder a 15-Nos-vestimos-para-bailar.pdf

♫ ¡Venga, venga! ¡Arriba, arriba! Dejad todo lo que estéis haciendo que vamos a bailar y bailar es una de las actividades más hermosas que tiene la vida. ¡Vamos, vamos, vamos! No seáis remolones que hemos empezado el ‘92 con el ritmazo de la Passadena Roof Orchestra, una famosa orquesta de baile. Buscad una pareja y ¡adelante!, a bailar. Y si no hay pareja igual da. Podemos danzar perfectamente solos sin necesidad de nadie, o ¡yo qué se!, con la escoba o con la silla ♫ Y para vagos, tímidos y más gentes que nunca quieren moverse al ritmo de la música, también este programa. Que bailen por lo menos con la imaginación, este ritmo tan excitante ♫

Hoy vamos a estar la media hora como trompos, bailando sin cesar física o mentalmente. Estaremos con danzas de épocas y lugares muy diferentes ♫. Cada baile, cada danza tiene su ritmo, su movimiento, sus pasos, su coreografía y también su tradición y vestuario. Os preguntaréis: ¿cómo vamos a bailar unas músicas que desconocemos completamente?, ¿unos pasos que no sabemos dar? ¿va a ser el programa una lección de baile? No, no, no, sólo es una propuesta. Si nos dejamos llevar por el ritmo y el gancho de cada música, si nuestros movimientos, ya sean físicos o mentales, se acercan a los musicales, si nos figuramos que llevamos los vestidos y atuendos originales de cada danza, si nos desinhibimos y permitimos que nuestro cuerpo se deje llevar por la música, seguro que le sacamos mucho partido a este viaje por la danza que vamos a hacer. Desde este momento NOS VESTIMOS PARA BAILAR.

♫ Esta primera danza pertenece al pueblo llamado Peuls, en el norte de Dahomey, en África. Es una danza de jovencitas que llevan brazaletes, tobilleras y, como único vestido, una tela de fuertes colores que les cubre desde la cintura hasta las rodillas. Unos collares, unas diademas y ya estamos preparados para bailar esta danza  “bunyon” ♫

♫ Pasamos a Italia y nos instalamos en el siglo XIV. Esta es una famosísima danza llamada “La Rota”. Si seguimos su ritmo marcado con pasos cortos y movimiento de brazos, resultará una danza sencilla. Con paños largos y cinturones gruesos y algún imaginativo tocado en la cabeza nos dará un aspecto florentino, como los cuadros de aquella época ♫

♫ El ambiente ha cambiado por completo. Del soleado y limpio aire de La Rota, nos vamos a los bajos fondos neoyorquinos. Dos cuadrillas se disponen a luchar navaja en mano. Todo es oscuro y barriobajero. Con vaqueros y polos desteñidos entramos en esta danza de lucha del musical ‘West side story’ ♫

♫ Otra vez, gran contraste. Hemos pasado al gran ballet romántico europeo, el ballet blanco, el ballet clásico, el baile de tutú, puntetas, tules y esencias, el de la técnica depurada, el de los cisnes, sirenas, espíritus. Todo almibarado y delicioso. Esta Giselle parece no tocar tierra. Da vueltas y piruetas por aquí, por allá. Todo sin dejar de sonreírnos. Imitémosla ♫

♫ Le llega ahora el turno a una danza religiosa masculina que hacen unos monjes turcos descendientes de un gran místico de la Edad Media llamado Mevlana. Grandes túnicas blancas ceñidas a la cintura, un gorro cilíndrico oscuro y la danza: vueltas y más vueltas en una sola dirección. Inclinamos suavemente la cabeza y con los brazos casi en cruz, con una mano dirigida al cielo y otra a la tierra empieza esta belleza, que es la danza de los derviches giróvagos turcos ♫

♫ Son cuatro chicos jóvenes. Visten prendas normales de la calle, modernas. Bailan al son de la música del compositor español Javier López de Guereña, que estrenó este ballet, titulado “Detrás del viento”, hace apenas tres meses. Es decir, es una novedad. Son danza y música contemporáneas. Es el resultado lógico de un lenguaje en perpetua evolución ♫

♫ Con el simple sonido de este instrumento, el organillo, nos llegan aromas de nardos, corralas en Lavapiés, de churros. Esto está ya repleto de chulos, verbenas, tráfico… porque estamos en Madrid. Una pareja baila muy apretada, y sin salirse de una baldosa, este chotis. Él con chaquetilla corta, pañuelo al cuello y gorrilla chula. Ella con vestido ajustado hasta los pies, pañuelo en la cabeza, gran flor en el pelo y, naturalmente, la mantilla. Es el momento de que todos nos marquemos un chotis ♫

♫ El vestuario se complica. Aparecen grandes miriñaques, medias de colores, lazos por aquí y por allá, sombreros con plumas, golillas en el cuello, como esos cuadros que tantas veces hemos visto. Con suma delicadeza, tomados de la mano, entremos en pleno Renacimiento a bailar los bailes de moda ♫ Si nos fijamos no son nada difíciles las pavanas, courantes, bourrés. Son sólo de otra época ♫

♫ Muy lejos de aquí, en el Japón, encontramos esta danza de mujeres muy delicada. Con un quimono blanco, un anchísimo cinturón negro, amarillo y naranja y un sombrero parecido a un abanico, con todo eso es suficiente para intentar ponerle los pasos a la danza bon ♫

♫ Esta música es mucho más familiar. Seguro que todos hemos visto bailar o hemos bailado alguna vez el vals vienés. Lo más complicado es vestirse de Sissi Emperatriz y de Francisco José. Por lo demás, una pose elegante, un buen dominio del 3/4, vueltas sin cesar en el sentido de las agujas del reloj, y ya tenemos un clásico vals de Johann Strauss ♫

♫ No cambiemos el ritmo, pero si el vestuario, ahora mucho más sencillo. Nos basta con vestirnos de marineros o de aldeanos y seguimos bailando el vals, aunque de una manera menos estirada que la anterior. Un vals más campechano y directo, más de nuestro estilo. En fin, un vals de juerga y no de fiesta elegante ♫

♫ La coreografía ahora es perfectamente circular. Todos van unidos por las manos que se colocan a la altura de la cabeza. Aunque originalmente iban vestidos de campesinos, en nuestros días cada cual baila esto con cualquier ropa, a cualquier hora y en cualquier lugar. Es la sardana ♫

♫ Atención a esta chica que baila. Mucha atención a esta graciosísima rubia con un lunar en la barbilla, con su vestido largo, flexible y elegante: está bailando con su pareja de siempre, Fred Astaire. Es mi adorada Ginger Rogers. Con un poquito de gracia podemos seguir sus pasos al son de la música de Irving Berlin.

♫ Cambiamos de mujer. Ésta es morena y de tez más oscura que la anterior ♫. Lleva un vestido mucho más ajustado y de colores vivos y va repleta de joyas, brazaletes, cascabeles. Hasta lleva un anillo aquí cogido en la nariz, con flores en la cabeza y un maquillaje de muchas horas. Esta bailarina de la India del Sur despliega toda su sabiduría ante nosotros. Sus movimientos los seguimos con nuestra imaginación y los traspasamos a nuestros pies y nuestras manos ♫

♫ Aquí tenemos una danza española. Es el tradicional bolero, del que Ravel se sirvió para construir su ballet. El ritmo es insistente y sin sorpresas. Nos incita al balanceo y  a la improvisación. Yo no sé cómo lo harían los ballets rusos, pero yo, sin quitarme el pijama, no creo que lo haga mucho peor. El secreto es no parar ni un solo momento y dejarse llevar por la fuerza centrífuga de este Bolero de Ravel ♫

♫ Estamos ante el baile más sencillo que existe. Es el bullicio de las charangas de Pamplona. Camisa y pantalón blanco, faja y pañuelico rojo, brazos en alto y ya estamos dentro del torbellino pamplonica de los Sanfermines. Aquí vale todo: botar, brincar, saltar, empujar. Cada uno a su estilo, sin perder el compás, que es importante, y que siempre marca el bombo ♫

♫ Esto es mucho más complicado. Los movimientos, a diferencia de los de la charanga, aquí están muy estudiados. Aunque en nuestro país se bailan los tangos aunque no se tenga ni idea. El secreto es echarle voluntad, salero y torcerse como un junco junto a la pareja. El atuendo, ya sabéis, lo que sea, pero muy apretado ♫

♫ Y este pasodoble, este sencillo pasodoble nos indica que al programa le vamos a colocar un colorín colorado ♫

Y bien: ¿qué tal ha ido todo?, ¿habéis bailado?, ¿no habéis bailado?, ¿todas las músicas?, ¿algunas?, ¿que no habéis bailado ninguna? En fin, bueno, otra vez será, tendremos paciencia. En cualquier caso os recomiendo que no olvidéis el baile. Da igual hacerlo bien o mal. Lo importante es moverse y sentir la música no sólo con los oídos, sino también a través de todo el cuerpo ♫

Después del consejillo os anuncio que el próximo programa tratará de un importante asunto. Estará dedicado al ORDEN Y AL CAOS.

♫ Pilotando la nave estuvo el de siempre: Carlos Arévalo.

♫ Hasta el próximo encuentro, ¡adiós y adiós! ♫

© Fernando Palacios

Kaia_Falc_n_Fernando_Palacios

10 Ago

14 Entre las cuerdas

Programa radiofónico  nº 14 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

No tratamos de boxeo, sino de instrumentos de cuerda. Partiendo de las cinco familias (arcos musicales, liras, arpas, laúdes y cítaras) podemos escuchar instrumentos de todo el mundo: unos tocados con púa, otros con macillos o con arcos. Es el cuento de nunca acabar.

Haz clic para acceder a 14-Entre-las-cuerdas.pdf

♫ Estas campanas suenan porque alguien tira de la cuerda que cuelga de su badajo. Pero, aunque las campanas tengan cuerda, eso no quiere decir que sean instrumentos de cuerda. ♫

♫ Esta cajita de música funciona porque antes le hemos dado cuerda ♫. Pero eso no quiere decir que sea un instrumento de cuerda.

– “Yo te quiero dar las gracias, Fernando, por haberme traído al programa porque a mí lo de las ondas acústicas radiofónicas que me llevan hasta mi público pues siempre me ha gustado. Porque yo soy una persona que hablo con el corazón. No hablo con la mente. Yo me olvido completamente de la cabeza cuando quiero dirigirme a mi público, a la gente que yo sé que me escucha…”

Tiene cuerda para rato pero, aun así, no lo consideramos un instrumento de cuerda, aunque tenemos en cuenta que la voz suena porque vibran dos cuerdas vocales que tenemos en la garganta. De todos modos la voz es la voz. No se suele incluir dentro de los instrumentos de cuerda.

♫ Este instrumentito que tengo aquí delante es muy sencillo. Se compone de un vasito de plástico y de su base sale una cuerda que se ata en el otro extremo con un palo. Si con el palo golpeo el vaso ♫ resulta un instrumento de percusión. Pero si estiro la cuerda y la hago vibrar con el dedo ♫  se convierte en un instrumento de cuerda. Todo depende para qué utilicemos la cuerda. La utilizamos para que no se nos pierda el palo, o para que con su vibración salga el sonido, como ocurre con este otro instrumento muy parecido al anterior: el monocordio ♫

Un instrumento es de cuerda cuando su sonido se produce al vibrar sus cuerdas ♫

Hoy vamos a estar acompañados de estos instrumentos. Vamos a estar metidos ENTRE LAS CUERDAS ♫

Una cuerda que se tensa con un palo doblado es un arco musical ♫. Un mueble con más de doscientas cuerdas afinadas y un teclado que acciona unos macillos es un piano ♫. El primero es muy sencillo ♫. El segundo es muy complicado ♫. Entre uno y otro hay una gran diferencia, pero los dos son instrumentos de cuerda ♫

♫ Hay miles de instrumentos enormemente distintos que utilizan las cuerdas para emitir sonidos, y hay algo que todos tienen en común: tienen las cuerdas tensas, no flojas. Una cuerda floja no vibra y si no vibra no suena. Puede servirnos para muchas cosas: para colgar, para atar. Pero para que suene tiene que estar en tensión. Mayor o menor, pero debe tener tensión. Si la cuerda la estiramos  ♫  sube el tono. Si la aflojamos  ♫  baja el tono. Estirando y aflojando podemos afinar la cuerda a nuestro antojo. El sonido de una cuerda también depende de su longitud y su grosor. Las largas y gordas ♫ tienen siempre sonidos más graves que las cortas y finas  ♫  Una cuerda para que suene potente y bien necesita, además de estar en tensión, estar junto a una caja de resonancia ♫ Según como sea esa caja de resonancia, ese amplificador y embellecedor del sonido,  y dónde esté colocada, el instrumento será diferente ♫.

Como ya os he dicho antes, si la cuerda está tirante entre los extremos de un palo doblado eso es un arco musical. Hay quien opina que de la caza surgió la música, pues con el arco podía producirse un sonido dulce. A lo mejor el arco y la flecha son antecesores del violín ♫

Si entre la cuerda y el palo metemos una calabaza hueca o un bote vacío, ya tenemos un resonador y, por lo tanto aumenta el sonido del arco. El resultado es este arco musical que se da en casi todas las civilizaciones ♫ En este instrumento la cuerda es golpeada por un palito fino y el arco se tensa y destensa, por eso el sonido sube y baja ♫

Esta primera familia de los instrumentos de cuerda es la de los arcos musicales. La segunda familia de los instrumentos de cuerda que vamos a observar es la de las liras ♫.

La lira es ese instrumento que hemos visto tantas veces en las pinturas egipcias y griegas. Consta de una caja de resonancia de la que salen dos brazos que sujetan un travesaño que nos sirve para tensar las cuerdas. La lira se caracteriza porque tiene todas las cuerdas de la misma longitud ♫

Seguro que os acordáis de alguna película en la que Nerón acompañaba sus cantos con alguna lira. O aquellos tebeos de hace muchos años de El Jabato donde uno de los personajes, Fideo de Mileto, salía siempre recitando poesías y tocando su lira. O el mundialmente conocido Asuracenturix, el músico de los tebeos de Asterix, al que nunca le dejan tocar su rústica lira, que está hecha con dos cuernos y tres cuerdas.

♫   Este instrumento se da mucho en África: en Etiopía, en Kenia, Sudán y Uganda. Allí hay liras de todos los tamaños: pequeñas, medianas, grandes y gigantes. Estas últimas suenan como contrabajos ♫

La tercera familia de los instrumentos de cuerdas es la de las arpas ♫  Las arpas suelen tener forma triangular y sus cuerdas van desde la caja de resonancia hasta un brazo que sale de dicha caja. En las arpas las cuerdas van en disminución desde las más largas, que son las más graves, hasta las más cortas que son las más agudas ♫

♫   Nuestra cuarta familia es la de los laúdes ♫ Su característica fundamental es que tienen un mástil donde se tensan las cuerdas que parten de la caja de resonancia. Con los dedos se pisan las cuerdas y así se varían los sonidos. ♫ Los laúdes son los instrumentos de cuerda más extendidos por todos los confines de la tierra. ♫ A esta grandísima familia pertenecen tanto la guitarra como el violín o el contrabajo y otros miles de instrumentos.

♫   La quinta y última familia de los instrumentos de cuerda es la de las cítaras ♫ Esta familia comprende instrumentos tan distintos que ni se parecen. Por ejemplo, este instrumento es de la familia ♫ Y este otro, que es un piano también ♫   ¿Sabéis lo que tienen en común? Que sus cuerdas siempre se tensan paralelamente a lo largo de la caja de resonancia.

♫   Habréis observado como hay instrumentos de la misma familia que suenan completamente diferentes. ¿Por qué? Porque se hacen de distintos materiales; porque tienen distintos tamaños y formas; porque unos instrumentos tienen cuerdas de tripa, otros de nylon, otros metálicas y otros entorchadas. Y fundamentalmente porque las cuerdas se pueden tocar de muy diversas formas. Pellizcándolas con los dedos  ♫  con una púa  ♫  frotándolas con otras cuerdas tensadas por un arco  ♫  golpeándolas con un palo o un macillo  ♫ o soplándolas  ♫

Todas las civilizaciones, todos los pueblos del mundo tienen una rica variedad de instrumentos de cuerda. Como la lista es interminable voy solamente a repasar unos pocos ♫

 En los países árabes encontramos un laúd, el ud que da nombre a esta familia ♫

 También hay laúdes de mástil largo y cuerdas metálicas, como este buzuc ♫          

De cuerdas frotadas destaca el camanchec ♫

También, como no, hay toda clase de cítaras. Ésta se llama qanum ♫

Si nos trasladamos a la India podremos hallar instrumentos de cuerda muy perfeccionados. Éste es un gran laúd de muchas cuerdas que se llama sitar ♫

La cítara que se golpea con macillos la llaman santur ♫

Uno precioso que es medio laúd medio cítara es la vina ♫

El sarangi es de cuerda frotada ♫

En Japón ocurre otro tanto. Una hermosa y larga cítara se llama koto ♫

Un laúd con membranas de papel shamisen ♫

En China el instrumento más famoso de cuerda frotada es el ju-chin ♫

Y el laúd de más categoría: la pipa ♫

Si nos detenemos en África vamos a encontrar maravilla como la kora de Senegal, un instrumento precioso con una gran calabaza y muchas cuerdas, que pertenece a dos familias a la vez: a la de las arpas y a la de los laúdes ♫

La valiha de Madagascar es una cítara redonda hecha con un tronco de árbol ♫

El bobongo centroafricano es mitad arpa mitad cítara ♫

Finalmente nos vamos a instalar en Europa que está repleta de instrumentos de cuerda. Empezamos nuestro repaso por las arpas folclóricas que desde siempre tocan los celtas ♫

Pero no nos olvidamos de las arpas clásicas ♫

En Europa hay una gran variedad de instrumentos de la familia de los laúdes. Unos se tocan con púa como por ejemplo las mandolinas ♫

En España tenemos bandurria, mandolas, bandolas y laúdes que forman orquestas llamadas de pulso y púa ♫.

Hay laúdes para tocar con los dedos como por ejemplo el laúd barroco ♫

Llegamos a las guitarras. ¿Qué os voy a decir de la guitarra que no sepáis? ♫

Dentro de los instrumentos pequeñitos está el timple canario ♫

Y también el cavaquinho portugués ♫

Por fin llegamos a los instrumentos de la familia de los laúdes de cuerda frotada. ¡Señoras y señores, el instrumento más famoso que existe: ¡su majestad el violín! ♫

Un poquito más grande que el violín y algo más grave es la viola ♫

Si mide algo más de un metro y se coloca entre las piernas, tenemos el violonchelo ♫

Y el más grave de todos: el enorme contrabajo ♫

Desde el siglo XVIII se reúnen dos violines, una viola y un violonchelo para formar un cuarteto ♫

También hay tríos de cuerda, quintetos, sextetos, etc., y así llegamos a la orquesta de cuerda, un invento maravilloso ♫

Sí, sí, podría seguir pero esto sería el cuento de nunca acabar. Creo que no hay más remedio que ir terminando ♫

La próxima semana, no os lo perdáis. Nos espera un programa donde nos vestiremos para bailar ♫.

Por cierto, estamos ahora escuchando banjos, guitarras ♫

En los controles, el perfeccionista Carlos Arévalo.

Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

10 Ago

13 Un paseo con Pablo

Programa radiofónico  nº 13 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Una pequeña e intrascendente narración basada en un hecho real: un paseo con un niño de cinco años. Acompañados por una selección musical, contamos lo acontecido en un paseo que, a puro echarle imaginación, acabó convirtiéndose en el ‘camino mágico de la aventura’.

Haz clic para acceder a 13-Un-paseo-con-Pablo.pdf

  Era un día como hoy, con frío, de vacaciones y en familia. Estábamos en el pueblo pero tanto daba. Aquel ambiente era igual que en la peor de las ciudades. Pablo, mi sobrino, se aburría como una ostra. A sus cinco años tenía ya más juguetes que todos los que hubiera podido haber soñado yo en mi vida: naves espaciales convertibles, camiones volquetes dirigidos, arquitecturas, talleres polinosequé, ejércitos de indios, motos. Pero allí estaba, sentado ante la televisión a punto de dormirse de aburrimiento. La tele por su parte, se encargaba esos días de vacaciones invernales de poner películas infantiles, dibujos animados y anuncios de los mismos juguetes a todas horas. Aquello era insoportable. Había que hacer algo. Pero ¿qué? .

Se había terminado mi repertorio de cuentos y de canciones. Le había hecho todos los juegos de manos, de cartas y de magia que sabía. Estaban agotadas todas mis posibilidades. Aquellas Navidades habían podido conmigo. No quedaba ya más que el terrible recurso de la tele. Y allí estaba Pablo. Con sus pocos años y ya pasando del mundo, unido a la pantalla y con el cerebro a cero. No podía ser. Había que hacer algo. Pero ¿qué? .

La televisión seguía impasible. Dibujos violentos de feísimos monstruos que destruían todo con rayos láser. Acaramelados amores entre ridículos niños de ojos gigantes. Estúpidos gatos apaleados por ratones. Estaba clarísimo: ¡tanto dibujo animado no podía ser saludable! Había que hacer algo. Pero ¿qué? 

¡De repente se me encendió la bombilla! 

– Ya sé lo que podemos hacer. Daremos un largo paseo con Pablo.

– ¿Cómo se te ha podido ocurrir tal cosa? dijeron rápidamente sus abuelos a coro, ¡con el frío que hace! ¡Cogerá un resfriado, anginas, gripe, pulmonía, tuberculosis! ¡Qué idea, un paseo, habráse visto!

– Si, un paseo, un paseo abrigado que le desconecte de esta terrible monotonía, que le dé un poco de aire en la cara, a ver si se le va ese color de acelga, ¡hombre!.

-Nada, nada, peligrosísimo, -dijeron-. Además, no está acostumbrado a hacer eso. Mejor, así será el primer paseo largo de su vida, repliqué.

Que sí, que sí, que sí, que no, que no, que sí, que sí sí, que si no… hubo una larga discusión. Al final llegamos a un acuerdo: que lo decida el niño. Me dirigí a él y le pregunté:

– Pablo ¿te apetece dar un largo paseo con nosotros? Mira iremos tu tía Menchu, tus padres y yo ¿eh? El niño contestó con desgana:

– No puedo, ¿no te das cuenta de que estoy viendo los dibujos o qué? 

Entonces le dije al oído:

– Es que no es un paseo normal. Éste es el paseo mágico de la aventura, donde vas a encontrar unas sorpresas que jamás has imaginado.

Pablo me miró y después de un largo silencio dijo: ¡vamos! Le pusimos un abrigo, guantes y bufanda, cogimos la merienda y nos marchamos a hacer un recorrido por las afueras del pueblo. Hoy os voy a contar las incidencias de esa caminata. Hoy el programa se titula UN PASEO CON PABLO .

La suerte estaba echada. Le había prometido a Pablo que sería un camino mágico de la aventura y no tenía ni idea de cómo hacerlo. Pero ya se me ocurriría algo durante los cuatro  kilómetros que tenía por delante. Además, ese paseo lo había hecho muchas veces con mi querido amigo Bola. Eso era una ventaja, porque el recorrido me lo sabía de memoria .

Contaba además con la colaboración de su tía, de sus padres y de mis bolsillos que siempre, no sé por qué, están llenos de cosas pequeñas. Ese día llevaba, además del pañuelo, la cartera y las llaves, una pitillera de hojalata, un mechero Bic de gas, un diapasón de golpear, una armónica enana metida en un cofrecito de tela, un minúsculo aparato de radio a pilas con auriculares, y un llavero que era un pito inglés típico. Lo primero que hice fue, sin que me viera nadie, esconder el pito inglés bajo la alfombra. Para algo serviría, suponía yo. Y como primera medida me coloqué una bufanda de sombrero para dar mayor sensación de explorador, y comenzamos el paseo .

Nada más empezar nos encontramos en el camino con una rama seca caída de un árbol, de unos dos metros. La cogimos, le até la bufanda y se convirtió en un magnífico estandarte, como los que llevaban los romanos .

Todo lo que íbamos encontrando en el camino lo atábamos a nuestro precioso estandarte. Al rato ya le habíamos colocado una zapatilla vieja, un cable, una manzana mordida, una cinta de casete rota, dos latas de conserva y unas florecillas de invierno .

Naturalmente aprovechamos la oportunidad para teatralizar aquella situación. De  los ejércitos romanos, pasábamos a tempestades marinas . De las tempestades a peregrinaciones medievales . Pablo no conseguía cerrar la boca de asombro. Nosotros estábamos pasándolo en grande y eso que aquello no había hecho más que empezar .

Seguíamos nuestro paseo. El camino se ponía cuesta arriba y, ¡atención!, pasaba bajo las vías del ferrocarril haciendo un pequeño túnel. Eso sí que había que aprovecharlo bien. ¿Qué hicimos? Organizamos un rito arcaico con la resonancia del túnel esperando a que pasara el TER de Madrid.

– Cuando pronunciéis las tres palabras mágicas se moverán las paredes y llegará hasta vosotros un enorme ruido que rápidamente desaparecerá. Repetid conmigo:

  • – ¡Pusbundia!
  • – ¡Pusbundia!
  • – ¡Porlejo!
  • – ¡Porlejo!
  • – ¡Manús!
  • – ¡Manús!

El rito y el paso del tren tuvieron un éxito tremendo que ayudó a Pablo a olvidarse de que ya había paseado más que en toda su vida. Comentando detalles del rito seguimos la caminata .

Sin que Pablo se diera cuenta me adelanté unos metros y escondí el mechero bajo una lata de pintura blanca y puse al lado una hoja de papel que destacara. Luego le dije:

– En este camino mágico de la aventura se acerca el primer tesoro. Para encontrarlo aquí tienes este mensaje:

 ‘‘El fuego blanco se aloja entre la lata y la hoja’’  Pablo se aprendió el mensaje y repitiendo, repitiendo, repitiendo, (con alguna pista, claro) encontró el tesoro .

Después de decir las tres palabras mágicas encontró bajo la lata y junto a la hoja ¡un mechero blanco que encendía! La emoción era intensa .

Pablo no se podía explicar tanta maravilla. Mientras tanto seguíamos nuestro paseo . Mientras su tía y sus padres le distraían un momento, me adelanté y en una rama bajita de un árbol coloqué el cofrecito azul con la armónica dentro. Después le dije: “El segundo tesoro ya está a la vista. El mensaje es el siguiente  : Sobre una rama me encuentro. Soy cofre con música dentro’’ 

No es difícil imaginar lo ocurrido. Encontró el cofre. Lo abrió. Y vio la armónica que tantas veces me había visto tocar. Pero daba igual; era un auténtico tesoro de aquel camino mágico de la aventura . Con la armónica tocamos una canción que nos sirvió de himno del paseo .

El camino también nos mostraba sus sorpresas que eran convenientemente anunciadas. La llegada al Canal de Lodosa y los juegos con la corriente y barcos de papel . La presencia de un árbol quemado que descubrimos bajo una gabardina . Las flores del mal cuyo paso dejamos a un lado .

El camino llegaba a su fin y con él los últimos tesoros .  El diapasón clavado entre la hierba se convirtió en una flor de plata que sonaba cuando se golpeaba . La pitillera llena de guijarros escogidos resultó ser una caja de piedras preciosas . De entre la paja del campo surgió un diminuto auricular con música. Pablo acercó el oído y ¡anda, sonaba solo y además nunca había escuchado algo tan bonito! Era mi aparato de radio a pilas que había escondido previamente entre la paja que emitía Radio 2 Clásica, evidentemente. En ese preciso momento sonaba esta música  ¡Claro, con Radio 2 es muy fácil acertar! 

Volvimos ya a casa. Pablo estaba entusiasmado y agotado. Llevaba consigo un estandarte lleno de deshechos, un mechero de veinte duros, una armónica en miniatura en su cofrecito, un diapasón, una pitillera de hojalata con piedras, un aparato de radio de bolsillo y aún encontró un último tesoro: bajo la alfombra había un pito de oro .

El paseo terminó. De todos aquellos tesoros se quedó sólo con el pito. Los demás tesoros no le importó en absoluto devolvérmelos. Lo importante había sido el momento de encontrarlos. De esta manera podríamos jugar muchas más veces. Pablo comprendió el juego a la perfección. Desde entonces, cada vez que me ve, me pide que hagamos más caminos mágicos de la aventura. Ya no tengo que engañarle ni que esconderle cosas. Simplemente le cuento historias sobre los objetos que nos encontramos y él descubre, de paso, el placer de pasear. No tiene mayor complicación .

¿Cuántos paseos mágicos de la aventura habéis hecho vosotros este año?  Pues no sé en qué pensáis. La emoción puede estar poco más allá del portal de vuestra casa .

El próximo programa lo vamos a dedicar a un tipo de instrumentos musicales. Estaremos ENTRE LAS CUERDAS.

 En el paseo nos ha acompañado Carlos Arévalo.

Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

10 Ago

12 Menudos pájaros

Programa radiofónico  nº 12 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

Desde los tiempos más remotos han sido considerados los pájaros como músicos extraordinarios. Oiremos algunos de sus cantos más famosos (mirlos, ruiseñores, alondras, colimbos…), así como a los instrumentos que los imitan y algunas composiciones inspiradas en estos magníficos cantores.

Haz clic para acceder a 12-Menudos-pajaros.pdf

♫ “Cuenta la leyenda que en una aldea gallega llamada Armenteira, un buen fraile al que después dieron el nombre de San Ero, quedóse absolutamente transpuesto escuchando el canto de un pájaro. Cuando volvió de aquel éxtasis que le hizo conocer los misterios de la eternidad, habían transcurrido varios siglos. ¡Quién sabe si todavía aquel pajarillo vuela sobre la aldea desgranando las notas del misterioso canto! Porque lo que sí es cierto es que Armenteira parece una aldea dormida en el tiempo. Así que ya sabéis: si os preocupa la vejez y queréis detener el paso de los años aunque sólo sea por un siglo o dos, no tenéis más que acercaros por el lugar y poneros a la escucha” ♫.

¡Qué pajarillo sería aquel capaz de detener el tiempo con su canto? ♫ No nos ha de extrañar demasiado que haya leyendas como ésta que nos ha contado Rosa Álvarez. Leyendas que nos hablan de milagros hechos por los cantos de los pájaros. Pues ¿no es un auténtico milagro que algo tan pequeño sea capaz de hacer tantas maravillas? ♫

♫ Este señor que acaba de llegar es Papageno, el famoso pajarero de “La Flauta Mágica” de Mozart. Ya podemos pues empezar el programa que hoy está dedicado a esos animalitos con alas, plumas, pico y gargantilla de oro. ¡MENUDOS PÁJAROS!

♫ Desde los tiempos más remotos, han sido considerados los pájaros como músicos extraordinarios en todos los confines de la tierra. Así como el canto de otros animales, suponiendo que canten, como lobos, cigarras, grillos, ballenas, sapos… pueden gustar más o menos, con los pájaros no hay discusión. Son los cantores por excelencia ♫.

Cuando alguna persona canta muy bien se le puede comparar con un jilguero o un ruiseñor porque, seguramente, la perfección en el canto está en los pájaros y todo lo que podemos hacer los seres humanos es acercarnos más o menos a tal modelo ♫.

Oliver Messiaen, un extraordinario compositor francés, me confesaba en una entrevista que le hice para la radio que la música que más le gustaba era la de los pájaros porque ellos eran capaces de hacer de todo: hermosas melodías, variadísimos ataques, matices sutiles, variaciones imaginativas. En fin, todo lo que entendemos por música es realizado a la perfección por los pájaros ♫. Tanto es el amor que Messiaen tiene hacia el canto de los pájaros que gran parte de su obra musical se ha basado en la utilización de esos cantos, que él mismo ha pasado a música escrita ♫.

No debemos considerar a los pájaros como cajas de música, ni mucho menos, sino como amantes de los sonidos que cultivan la práctica de su combinación como un arte, como lo hacemos los hombres. Para muchos pájaros el arte de cantar ha llegado a ser el verdadero objeto de su vida, como buscar alimentos o mantener a su familia ♫.

Los pájaros aprenden sus cantos en primer lugar de sus padres. Podríamos decir que con el canto de los pájaros ocurre como con el folclore, que se transmite de generación en generación. Por eso un pájaro criado en cautividad, un pájaro enjaulado, no canta el canto natural de su especie. Hay muchos tipos de pájaros que no pasan de ser meros transmisores, intérpretes de lo que han aprendido. Pero otros son auténticos compositores. Inventan melodías continuas, introducen octavas y acordes perfectos en sus composiciones, hacen variaciones acertadísimas que ya quisieran para sí ciertos compositores que sabemos ♫.

Otros tipos de pájaros aprenden con gran facilidad cuanto se les enseña. Hasta se han inventado instrumentos para enseñar a cantar a estos pájaros, reclamos. En 1700 se publicó en Londres un libro titulado así ‘Descripción de todos los pájaros musicales del reino así mismo varias melodías nuevas escritas especialmente para pájaros, las que pueden enseñarse por medio del cantillo o pequeño flageolet’ ♫.

Así como los intérpretes estudian su instrumento horas y horas para perfeccionar su técnica, y los cantantes su voz para cantar mejor, los pájaros hacen lo mismo. Estudian horas y horas hasta dejar la melodía acabada. Y cuando les gusta, la vuelven a cantar al año siguiente. Os parecerá mentira, pero es cierto ♫.

Daines Barrington, escritor del siglo XVIII, organizó un certamen musical en el que inscribió a todos los pájaros británicos. Ideó una hoja de clasificaciones donde se tenía en cuenta la suavidad del tono, la extensión, la afinación, etc. El primer puesto lo ocupó el ruiseñor ♫ y el último puesto, el gorrión.

Es evidente que no todos los pájaros cantan igual de bien. Hay unos que son más apreciados que otros. El Beethoven de los pájaros es el mirlo ♫. El que más literatura ha dado, sin duda, el ruiseñor ♫.  El más madrugador: la alondra ♫. El más enigmático: el huiraburu ♫. El más clásico: el zorzal ♫. El más chiquitín: el chochín ♫. El más solitario: el colimbo ♫

Ahora vamos a asistir a un concierto de pájaros africanos: pájaros de Senegal, de Camerún, de Sudáfrica y de Kenia. Algunos de los mejores cantores del planeta están aquí ♫

  • – Sí, sí me parece música.
  • – No, no porque no hay una organización. Es una cosa espontánea. A lo mejor es música para los pájaros. Eso ya no lo conozco mucho. Nunca he sido pájaro.
  • – El canto de los pájaros no me parece música. A mis oídos no me parece música. Me parece naturaleza o algo así, pero música, no.
  • – Sí, muchas veces sí. A veces molesta porque son un poco pesados por la mañana, pero sí, es música.
  • – El canto de los pájaros también es música, claro.
  • – El canto de los pájaros es música porque hacen…(risas y silbidos)
  • – El canto de los pájaros sí me parece música.
  • – Sí, puede representarse como música, pero deberían de ser muchas clases de pájaros diferentes.

 ♫ Más o menos, pero a todos nos gusta el canto de los pájaros. Hasta tal extremo que hay inventos de todo tipo para imitar su canto. Un pito en forma de pajarito que se llena de agua y… ♫  Un pajarito mecánico como éste que me regaló Sofía, le tocas el pico y… ♫ no canta como el del cuento de Andersen, pero acompaña ♫. El silbido se inventó para imitar a los pájaros ♫. Además hay todo tipo de reclamos, de aparatitos que se meten en la lengua.

También hay algunos instrumentos musicales que pueden imitar muy bien a los pájaros. La flauta ♫ La flauta fue la elegida para hacer de pájaro en el cuento musical “Pedro y el lobo” de Prokofiev, no hay que olvidarse ♫. También el violín ♫. También el clarinete ♫. El hoo-ching, ese instrumento chino que ya ha aparecido varias veces en nuestro programa ♫ y el sintetizador, naturalmente ♫. Y otros como el cello de Miguel que hace estupendamente el pájaro loco ♫. Pero el que más veces se ha utilizado para hacer de pajarillo ha sido la voz, concretamente la voz de soprano ♫.

Los compositores que han imitado en sus obras a los pájaros son muy numerosos. Os mostraré unos pocos.

Janequin, un madrigalista del Renacimiento francés, tiene una obra fundamental: ‘El canto de los pájaros’ ♫.

Cuando un compositor se quiere referir a la primavera echa mano de los pájaros. Caso típico: Vivaldi ♫.

Pasa lo mismo con los amaneceres. Siempre que hay amaneceres musicales, siempre hay pájaros ♫.

El cucú es uno de los que más música ha inspirado. Frescobaldi, Pasquini, Purcell, Händel, Vivaldi, Beethoven, Haydn, Saint-Saëns, Delius y otros muchos, además de los relojes suizos, han introducido el canto del cuclillo en sus músicas ♫.

Otros casos ejemplares son los siguientes: el de los murmullos de la selva en la ópera “Sigfrido” de Wagner ♫.

Algunos cuartetos de Haydn, como el “Cuarteto 41 en Do” llamado de “Los pájaros”, o éste el de “La alondra” ♫.

O el de la obra de Respighi Las aves, que es una refundición musical de composiciones antiguas que imitaban a los pájaros ♫.

Otros compositores no imitan a los pájaros, sino que incluyen grabaciones de sus cantos en sus obras. Veamos unos casos. El finlandés Rautabaara en su obra “Cantus árticus” incluye bandadas de aves migratorias ♫.

En la canción “Mirlo” de The Beatles canta un auténtico mirlo ♫.

En “Los pinos de Roma”, del compositor antes mencionado Ottorino Respighi, aparece un ruiseñor en la noche ♫.

El saxofonista, compositor y ecologista Paul Winter, tiene un montón de canciones donde dialoga con pájaros ♫.

De entre la gran cantidad de curiosidades y anécdotas de cantos de pájaros que hay, os voy a contar algunas en estos pocos minutos que quedan. ¿Os podríais imaginar que las golondrinas organizan auténticos cantos a coro posadas en los alambres del telégrafo? ¿O que entre los grupos de estorninos hay uno de ellos que es el solista que empieza a cantar una melodía y que el coro, que es el resto, la termina como si fuera un estribillo? ♫.

¿Sabíais que los mejores pájaros cantores rara vez son de colores brillantes? Los pájaros de colores apagados como los ruiseñores, alondras, jilgueros, mirlos y zorzales, son los que cantan mejor. Como en todo, hay excepciones ♫.

Mozart compró un estornino adiestrado al que le habían enseñado una canción. Mozart la escuchó, la anotó en papel pautado y puso al lado: “¡es hermosa!” ♫.

Se cuenta el caso de un loro gris al que le habían enseñado a silbar trozos de Beethoven. Cuando se pronunciaban las palabras “Sinfonía Pastoral”, el loro cantaba un fragmento de la misma. ¡Es que hay que ver qué cosas hay en la vida! ♫.

El canto de los canarios ha sido perfeccionado por sus cuidadores y por eso se hacen concursos de cantos de canarios, ¡a ver cuál canta mejor y con más frases distintas! Los canarios campeones alcanzan precios elevadísimos ♫.

En el estreno de la ópera “Rinaldo” de Händel, se soltaron cantidades de pajarillos en una escena del primer acto en la que sale una fuente y una pajarera. Pero los pájaros no eran buenos actores y en vez de posarse en los arbolitos del escenario se fueron por el patio de butacas y apagaron las velas ♫.

Queridos amigos, se acabaron los pájaros por hoy. Se acabó el tiempo ♫.  Desde aquí un agradecimiento especial a Percy Sholes por su artículo de “Canto de Pájaros” del “Diccionario Oxford de la Música”. Sin ese artículo el programa de hoy hubiera sido, con toda seguridad, distinto ♫.

No estaría nada mal que aprendiéramos todos un poco a cantar como los pájaros, ¿no os parece? ♫

De todos los cantos de pájaros que habéis oído, ¿os acordáis de alguno? ♫

El próximo día nos vamos de paseo. Vamos a enseñar a disfrutar del placer de pasear a mi sobrino Pablo. El programa se titulará UN PASEO CON PABLO. En el paseo como con los pájaros, nos acompañará como siempre Carlos Arévalo.

♫   Hasta entonces, adiós y adiós

© Fernando Palacios

CANTOS-DE-AVES-WEB

10 Ago

11 Microbios y gigantes

Programa radiofónico  nº 11 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92

PODCAST disponible aquí

Hay compositores que necesitan mucho tiempo para expresarse, como Wagner. Otros disfrutan condensando todo en unos segundos, como Webern. Hay obras que son minúsculas, microscópicas; otras son colosales, imponentes. De estos dos tipos nos ocupamos en este espacio. El final lo pone un desfile de microbios.

Haz clic para acceder a 11-Microbios-y-gigantes.pdf

♫  Hay  seres que son tan diminutos, tan ínfimos, que casi no nos damos cuenta ni de que existen. ♫ Otros, sin embargo, son tan grandes, tan inmensos, que no los podemos ver enteros. Nos tenemos que conformar con ver sólo algún pedazo ♫.  Dentro de los primeros están los microbios ♫. Dentro de los segundos están los gigantes ♫.

En música también hay seres diminutos y seres monumentales. Ambos son desproporcionados, es decir, se salen de las dimensiones normales. ¿Qué cuáles son las dimensiones normales? Pues hombre, depende. Las canciones suelen durar entre dos y cinco minutos. Las sonatas entre veinte minutos y media hora. Las sinfonías entre media hora y tres cuartos. Y las óperas suelen estar entre las dos horas y las dos horas y media. Todo esto aproximadamente, claro. Estas son duraciones más o menos habituales aunque, como es evidente, las hay más cortas y más largas. También las hay mucho más cortas y mucho más largas. Y finalmente, las hay minúsculas, microscópicas ♫ y colosales, imponentes ♫ .

Pues bien, de éstas nos vamos a ocupar hoy, de las obras pequeñísimas y de las grandísimas. A mí me gusta llamarlas así: MICROBIOS Y GIGANTES.

♫ En pintura un microbio podría ser una miniatura, un retrato en un botón, un paisaje pintado en un broche ♫. Y un gigante, un mural como los de la Capilla Sixtina, o un cuadrazo de esos que no caben en ninguna casa ♫.

En literatura, un microbio sería un cuento de una página ♫. Y un gigante, un novelón de dos mil hojas ♫. En televisión, un microbio podría ser un anuncio ♫. Y un gigante, un culebrón ♫.

♫ En música podríamos llamar microbios a las obras o piezas acabadas (no valen fragmentos), que duren menos de un minuto. Con los microbios hay que estar muy atentos porque se pasan rápido. Aquí tenemos uno ♫.

Un gigante podría ser toda obra musical que mida (o sea, que dure) el doble o triple de lo que antes dábamos como normal. Por ejemplo, las sonatas de una hora, las sinfonías de dos horas, las óperas de cuatro y en general todo lo que dura más de estos tiempos. Los gigantes musicales requieren un tipo de audición, un tipo de atención muy distinta a la de los microbios.

♫ Estamos oyendo el comienzo de “El Anillo del Nibelungo” de Ricardo Wagner, una ópera en cuatro partes que dura unas quince horas, ¡ahí es nada! ♫ Algunos os preguntaréis ¿por qué hay compositores que hacen obras tan cortas y otros tan largas? Esto es bastante complicado de contestar. De todos modos supongo que será bueno curiosear algunas cuestiones ♫.

Lo primero es que la longitud de una obra musical no tiene nada que ver con la calidad. Hay obras pequeñas que son geniales y obras pequeñas que son estúpidas. Hay obras grandísimas que son verdaderos ladrillos, y otras son maravillosas. O sea, una cosa es el tamaño, y otra distinta la calidad ♫.

La segunda cuestión es que hay compositores que para expresarse necesitan mucho tiempo, como Wagner, o Bruckner, o Mahler. Y otros que disfrutan condensando todo lo que quieren en unos pocos segundos como Satie, Webern o Poulenc. No son ni mejores ni peores compositores por ello, son solo distintos ♫.

Esto era un auténtico microbio de Chopin, uno de sus “Preludios”. Y así pasamos a la tercera cuestión que se refiere a los oyentes. Hay públicos que gozan con las obras largas, largas, largas, con monólogos eternos. Como se dice ahora: flipan con las grandes dimensiones. Parte de este público suele despreciar un poco a las piecitas cortas por considerarlas poca cosa, frágiles, sin consistencia ♫.

♫ Pero existe el caso contrario: gentes que se aburren con los gigantismos, que se ponen nerviosas con las músicas infinitas y prefieren variedad. Se complacen con la escucha de muchas pequeñas piezas. Es un asunto de gustos en el que influyen fuertemente la capacidad de atención y concentración y el límite de cansancio y aburrimiento que cada uno tenga. Cada cual posee su sensibilidad, experiencia y educación. Y todo eso modela el gusto ♫.

A esto hay que añadir que todos tenemos nuestros días buenos y nuestros días malos. Hay días que aguantamos lo que nos echen, pero otros nada ♫.

Otra cuestión importante es que hay obras que necesitan de un tiempo mínimo para contar lo que pretenden, sino no son lo que son. No me imagino yo las truculentas historias de las óperas de Verdi reducidas a espectáculos de diez minutos. Imposible. Tienen que durar lo que duran, sino se quedan a medias ♫.

Una sonata o una sinfonía necesitan tiempo para exponer los temas, desarrollarlos y concluir después. Una obra de este tipo necesita crecer, hacerse grande. Y eso en música ocupa su tiempo ♫.

Sin embargo, hay obras musicales que son minúsculas y concentradas, como las plantas de un jardín. No son como bonsáis, o sea, árboles reducidos artificialmente, sino como las flores, de pequeño tamaño. Si estas pequeñas piezas se hicieran grandes a la fuerza, resultarían anormales. Serían pequeños gigantes. Por ejemplo, una pieza diminuta y acabada que se hiciera grande artificialmente sería como un raro bebé de dos metros, y no como un joven alto de dos metros que había crecido normalmente. Sería como una rosa tan grande como una casa, y no como un pino ♫.

Para acabar con tanta teoría os diré la última cuestión que se me ocurre sobre microbios y gigantes musicales. Acertar con el tamaño de una obra musical es muy, muy difícil. Los compositores siempre intentan medir si se quedan cortos o si se pasan, porque estas cosas del tiempo son muy delicadas. Bien, pues con las obras gigantes y microscópicas es todavía más difícil. Las enormes siempre tienen el problema de aburrir con su gran dimensión. Y las enanas tienen el peligro de no llegar a decir nada en tan corto tiempo. Los compositores geniales son los únicos que son capaces de salir airosos de estas situaciones ♫.

Vamos a ver un par de curiosidades ♫. En veintisiete años de compositor Anton Webern, un austriaco de nuestro siglo, hizo treinta y una obras camerísticas y sinfónicas. Toda su obra entra en tres discos compactos. La mitad de sus piezas son microbios, o sea, duran menos de un minuto. Podemos decir sin duda, que Anton Webern es el rey de los microbios musicales ♫. Esta divina bagatela de Webern dura veinticuatro segundos, por eso vamos a oírla otra vez ♫.

A lo largo de cuarenta años Ricardo Wagner, alemán del siglo pasado, compuso fundamentalmente solo diez óperas. Ahora, eso sí, las diez son gigantes. Rondan cada una las cuatro horas. Podemos decir sin duda, que Ricardo Wagner es el rey de los gigantes musicales ♫. Este es el comienzo del preludio de “Los maestros cantores de Nüremberg”, una ópera inmensamente larga e inmensamente buena ♫.

Los programas de radio cortos, como este que sólo dura media hora, son los menos indicados para oír obras monumentales, porque no caben. Pero por otra parte son los mejores para escuchar obras pequeñas. Así que desde este mismo instante hasta el final del programa tendremos desfile de microbios ♫.

Francisc Poulenc, compositor francés de este siglo, tiene un grupo de seis piezas para piano llamadas “Aldeanas”. Las seis son microbios y el más pequeñito es esta polca ♫.

Los esquimales llamados Inuit, hacen unos juegos vocales que nunca llegan al minuto, entre otras cosas porque si no se ahogan ♫.

Orlando di Lasso, un genio del siglo XVI, compuso un montón de canciones breves, breves. Algunas son auténticos microbios ♫.

Seguro que sabéis que Chopin tiene un famoso vals que se llama “Vals del minuto”. Lo podíamos haber llamado “Vals microbio”, aunque todos los pianistas lo hacen en más tiempo ♫.

Les Luthiers hicieron el “Vals del segundo” que es todavía más corto ♫.

Hugo Wolf se pasó la vida componiendo canciones. Entre sus microbios destaca éste ♫.

El Renacimiento es buena época para surtirnos de piezas breves y alegres. Aquí llega una ♫

François Couperin, barroco francés, es un maestro indiscutible de la pieza ínfima ♫.

Robert Schumann, el romántico más romántico que ha habido, era otro maestro de los microbios ♫

Charles Ives, americano de este siglo, bate records de brevedad en sus canciones ♫.

Y entre microbio y microbio, una despedida ♫. Por cierto, ¿seríais vosotros capaces de componer algún microbio como este? ♫

El próximo programa lo haremos desde una pajarería, pues su título será ¡MENUDOS PÁJAROS! ♫

El pajarero será el mismo de hoy, Carlos Arévalo ♫

Hasta entonces, adiós y adiós ♫

© Fernando Palacios

microbios

10 Ago

10 Hoy toca adivinar

Programa radiofónico  nº 10 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí.

¿De qué lugar es esta música? ¿Cómo van vestidos los señores que cantan? ¿Adivinarías qué tipo de películas son las que tienen estas bandas sonoras? ¿Qué objetos producen estos sonidos? ¿Por qué países de Europa vamos a pasar? Muchas adivinanzas se plantean, pero se dan soluciones.

Haz clic para acceder a 10-Hoy-toca-adivinar.pdf

  ♫   ¿Podríais decirme en qué espectáculo suele tocarse esta música? ♫ Eso es: en el circo. Nada más oírla nos imaginamos saliendo a los elefantes, los trapecistas, los payasos. Es una música de circo que se titula “La entrada de los gladiadores” ♫.

Bueno, esa era una adivinanza más sencilla. Aquí va otra más difícil. Esto que suena es un foxtrot, un ritmo norteamericano de los años veinte. Bien, ¿quién es el pianista que toca esto? ♫   La pregunta parece complicada y sin embargo no lo es tanto ♫. Ahí va la contestación: ninguno. Sí, sí, ninguno, ningún pianista. Lo que suena es una pianola que es como un piano pero con un rollo de papel perforado y unos pedales como los del armonio. Alguien perforó hace setenta años el papel y alguien le da a los pedales, pero no toca esta música ningún pianista ♫.

Este es el final de una caricatura de ópera hecha para unos festivales de música y humor que organizaba Hoffunn, un señor muy gracioso inglés. Pero ahí va el acertijo: ♫   En este final suenan músicas de tres famosas óperas: ¿de cuáles? ♫   Pues sí, suena ‘Aida’ de Verdi, ‘Carmen’ de Bizet, y ‘Los maestros cantores’ de Wagner. Lo oímos otra vez, a ver si los distinguís ♫.

El acertijo que viene es más un juego que una adivinanza. Es casi como jugar a “El precio justo”. El juego es el siguiente: una vez en unos grandes almacenes descubrí una oferta que me dejó perplejo. Había un montón de discos LP’s y el precio al que se vendían era increíble. Fui a coger unos cuantos pero otro chico tuvo la misma idea. Los dos tiramos y tiramos. Yo me llevé dos y el otro se llevó cuatro. Teniendo en cuenta que esto ocurrió hace siete años ¿qué precio tendría cada disco? ♫ ¡Un duro! Sí, sí, lo que oís, cinco pesetas. Yo ni miré de qué música se trataba, claro. La sorpresa mayor fue cuando comprobé que los discos estaban impecables y que contenían música de órgano de Mendelssohn. Una maravilla ♫.

Queridos amigos, habéis comprobado que hemos empezado por cuatro adivinanzas. ¿Sabéis por qué? Porque hoy en nuestro programa TOCA ADIVINAR.

♫ Por cierto, esta música que suena ¿sabéis de qué país es? ♫ Pues es de China. Son los solistas Jing-Ying, que interpretan una clásica melodía de amor china. ♫ También os podía preguntar por el nombre de los instrumentos que intervienen, o incluso por el título de la canción. Pero eso es tan difícil que no lo sabríamos nadie. Ya no habría ni adivinanza ni juego ni nada de nada. Así que para no salirme del tiesto y que todos podamos jugar a las adivinanzas musicales, éstas serán muy fáciles. Bueno, otras serán menos fáciles.

♫ Esta serie de adivinanzas que siguen son de vestuario. ¿Cómo van vestidos estos señores que cantan? ♫ ¿Y éstos otros? ♫ ¿Y éstos que tocan? ♫ ¿Y éstos otros? ♫ Solución: los primeros ♫ con hábito benedictino, porque son monjes. Los segundos ♫ con túnica de color azafrán, porque son monjes tibetanos. Los terceros ♫ de frac, porque son miembros de una orquesta sinfónica. Y los cuartos ♫ con ricos colores, plumas y abalorios, porque son los Massai de Kenia, cazadores de leones.

♫ Llegan las adivinanzas sobre voces. ♫ A esta voz que suena se le llama voz blanca, pero ¿quién canta: una mujer o un niño? ♫ Esta voz es de contralto, pero ¿es de hombre o de mujer? ♫ Aquí está la solución: la 1ª era una voz de niño ♫ y la 2ª de hombre.

La música colabora con el cine apoyando sus escenas de tal forma que muchas veces se puede adivinar la acción cinematográfica sólo oyendo su música. Estos son los acertijos cinematográficos que siguen. ¿Adivinaríais qué tipos de películas son las que tienen estas bandas sonoras? ♫  la primera es una película de… ♫  la segunda es una película de… ♫ la tercera es de… ♫ y la cuarta… ♫ .Exactamente, la primera era una película del oeste, concretamente ‘Río Rojo’ ♫. La segunda, una película de ciencia ficción, ‘2001 Una odisea del espacio’ ♫. La tercera, una película de misterio, ‘Psicosis’ ♫. Y la cuarta, una película de amor, ‘Memorias de África’ ♫.

A veces resulta algo difícil saber de dónde vienen ciertos sonidos, qué objetos o qué animales hacen un sonido atractivo o no atractivo. Por eso las siguientes adivinanzas son sobre efectos especiales. Distinguir el canto de un pájaro del ladrido de un perro está tirado, pero ¿entre un ruiseñor y un jilguero?, ¿entre el rugido de un tigre y un león?, ¿entre una moto de 50cc y una de 250cc?, ¿entre cómo suena freír un huevo o unas patatas? … eso ya no está tan tirado. Veamos pues.

¿Qué objetos producen estos sonidos? El primero es éste ♫,   el segundo éste ♫, el tercero ♫, el cuarto ♫, el quinto ♫, el sexto ♫.  Oigamos la solución: el primero es… ♫ la sirena de un barco. El segundo ♫ descorchando una botella. El tercero ♫  un serrucho. El cuarto ♫  el fuego. El quinto ♫ unos cristales que se rompen. Y el sexto ♫ unos cubitos de hielo.

Y entramos ya en la última serie de adivinanzas. Os propongo un viaje por Europa, un viaje sin salir de casa, un viaje con los ojos cerrados, es decir, un viaje musical. En él visitaremos diferentes países, siempre europeos, esa es la condición, y adivinaremos, sólo por su música, en qué país nos encontramos. El viaje lo vamos a hacer por tierra, mar y aire, es decir, podremos saltar de una país a otro lejano o pasar por la frontera andando. ¿Estáis preparados?

Empezamos ya en… éste sí que os lo digo, empezamos por España. ♫ Tomamos un tren nocturno y amanecemos en… ♫   Desde aquí cogemos un barco que nos lleva a… ♫ En un vuelo no muy largo llegamos a… ♫ Alquilamos un coche que nos lleva a… ♫ Un autobús nos conduce a… ♫  Cogemos un tren y viendo un precioso paisaje llegamos a… ♫ En una excursión hemos pasado ya a… ♫ En un taxi nos hemos ido a… ♫ Estamos hartos de transportes. Nos vamos a ir andando hasta… ♫  En un precioso velero nos largamos a otro país… ♫ Y de aquí a nuestra meta… ♫  Y vuelta a casa…

♫ ¿Habéis acertado la ruta? Bien, la repetiremos pero diciendo los países. Tomamos un tren nocturno y amanecemos en… ♫ Portugal. Desde aquí cogemos un barco que nos lleva a… ♫ Irlanda. En un vuelo no muy largo llegamos a… ♫ Francia. Alquilamos un coche que nos lleva hasta… ♫ Italia. Un autobús nos conduce a… ♫ Austria. Cogemos un tren y viendo un precioso paisaje llegamos a… ♫  Hungría. En una excursión hemos pasado ya a… ♫  Rumania. En un taxi nos hemos ido a… ♫ Bulgaria. Estamos hartos de transportes, nos vamos a ir andando hasta… ♫ Grecia. En un precioso velero nos largamos a otro país… ♫ Turquía. Y de aquí a nuestra meta… ♫ Rusia. Y vuelta a casa.

♫ En fin, las adivinanzas terminaron y el programa también ♫. Si seguís con ganas de adivinar, haceos vosotros los acertijos con vuestros propios discos. ¿Qué instrumentos hay? ¿Qué países? ¿Qué idiomas? ¿Qué estilos? No se acaba nunca de adivinar ♫.

¿A que no adivináis, por cierto cómo se titulará nuestro próximo programa? Os lo diré: MICROBIOS Y GIGANTES ♫.

Pilotando tendremos a nuestro amigo Arévalo ♫.

Hasta entonces, ¡adiós y adiós!

© Fernando Palacios

10 Ago

09 Night and day

Programa radiofónico  nº 9 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

A partir de la famosa canción de Cole Porter se efectúa una variada selección musical, tomando como pretexto el ciclo del día: empezamos en la noche, pasamos por el amanecer, la mañana, el mediodía, la tarde, el crepúsculo y retornamos a la noche.

Haz clic para acceder a 09-Night-and-day.pdf

 ♫ En el año 1932 Cole Porter, un famosísimo compositor americano nacido hace cien años, compuso esta magnífica canción: “Night & Day” (Noche y día) ♫ A esta canción le ocurre lo que a otras muchas: que no pasan los años por ella, como se dice. Tiene una especie de eterna juventud; a lo mejor es porque cada intérprete que la toca o la canta lo hace a su manera; la cambia un poco, la transforma, pero sin dejar de ser “Night & Day” (Noche y Día).

♫ Eso de que cada músico la interprete de distinta forma, en vez de estropear o desfigurar la canción, la enriquece. Es como si se le cambiara el vestido. Porque ésta es una canción muy coqueta. Tiene un montón de modistos y modistas diferentes. ♫ Cole Porter, su autor, estaba encantado de que los intérpretes cambiaran tantas veces de ropaje a su canción, que la disfrazaran. Cuando cada uno de vosotros la cantéis, hacedlo a vuestra manera, según os parezca; Porter os lo agradecerá.

♫ No sólo he elegido esta canción para abrir el programa por lo bonita que es, sino que  como quiero que escuchéis durante este rato músicas que se refieren al día y a la noche, la he elegido también por su título. Ya os digo: esta canción de gran vestuario se llama Noche y Día.

♫ Todos los días tienen su amanecer, su mañana, su mediodía, su tarde, su crepúsculo y su noche. Eso es lo normal, aunque hay países, como Suecia, que están medio año de noche y otro medio año de día. O como México, donde abundan los eclipses, y de repente se hace la noche en pleno día. Lo normal es que, aunque nos despertemos tarde, aunque trabajemos de sereno, aunque no salgamos de casa, todos los días tienen su ciclo, más largo o más corto, más suave o más intenso. Las noches siguen a los días y los días a las noches. Es un fenómeno que se repite desde siempre, y desde siempre la noche suena muy diferente al día. Vamos a oír el paso de la noche al día sin movernos del mismo sitio.

♫ Generalmente la noche es más serena y silenciosa que la mañana, que es bullanguera y movida. La noche y su oscuridad inspiran músicas sentimentales: los nocturnos. ♫ Y es en las noches marinas cuando dicen que cantan las sirenas. ♫

♫ La Noche, según la mitología griega, no sólo es la hija del Caos y la madre de la Muerte, es también la madre del Sueño. Los que no lo pueden conciliar, siempre tienen el recurso de oír, o tocar si saben, las Variaciones Goldberg, una música que Bach escribió para entretener las noches en blanco de un caprichoso conde. ♫

La noche destila pasión en los enamorados. Wagner escribió una ópera que tiene como tema central el amor. Tristán e Isolda se llama. El segundo acto empieza en la noche. ♫ El rey, que es el marido de ella, ha salido de caza. Ella, que es Isolda, espera a Tristán, a su amor. La criada le recomienda que no se fíe. Pero Isolda no le hace caso. Espera ansiosamente a que llegue él, quejándose de la luz del día que es enemiga de su amor.

♫ La noche también es momento de alucinaciones y de apariciones de duendecillos como éste: “Scarbó”, que no para de ir de un sitio para otro, revolviendo todo lo que puede. ♫

Pero, atención, ya llegan los primeros claros, y con ellos desaparecen fantasmas, duendes y hadas. ♫ Canta el gallo y sale el primer rayo de sol. ♫ Con la primera claridad se reúnen los monjes de cada monasterio para recibir el día cantando. ♫

Así mismo, con la primera claridad a veces cae la niebla. ♫ Una niebla de amanecer en un puerto, con barcos entrando y saliendo es como una historia de fantasmas. ♫

Ya ha llegado la mañana, momento de cantar las mañanitas. ♫ Con el canto de los pájaros llegan las primeras melodías luminosas, y las canciones de saludo, canciones de buenos días. ♫

En la India hay diferencias entre las músicas de mañana, de tarde y de noche. Esta Raga llamada ‘Todi’ es para que suene al punto de la mañana. ♫

Igualmente a la mañana está dedicada esta canción del inglés Elgar. ♫

Mediodía. Ya se nos ha abierto el apetito. Podemos comer algo rápido o hacer de la comida un rito. ♫ Si elegimos lo segundo, nos vendrá bien esta música que compuso Delalande para los banquetes del rey. ♫

Parece que después de comer nos está entrando sueñecillo. Este preludio de la siesta lo describió Debussy a las mil maravillas en un ballet. Ya sabéis cual: el “Preludio a la siesta de un fauno”. ♫

Pero lo que seguramente no sabréis es que, muchos años después, Gordon Jacob compuso una piececilla titulada “Preludio a la siesta de un dinosaurio”.♫

Por la tarde, a pleno sol, las cigarras entonan su canto. ♫

Entre sol y sombra, en la tarde suena un pasodoble. ♫

El primer lucero se ve. Las ragas del atardecer empiezan a sonar. ♫

El anochecer es momento para canciones crepusculares. ♫

♫ Llega nuevamente la noche. El ciclo termina y comienza otra vez. En la noche, el tiempo se detiene un momento para oír la música callada. ♫

En la noche, el tiempo se detiene un momento para oír el canto de la Sibila. ♫

En la noche, el tiempo se detiene un momento para oír un aquelarre. ♫

En la noche cerrada nuestros pasos nos conducen en Lisboa al Barrio Alto, a oír fados. ♫

En la noche cerrada nuestros pasos nos conducen en Buenos Aires al arrabal, junto a los tangos. ♫

En la noche cerrada nos conducen en Sevilla a Triana, con el flamenco. ♫

La noche nos lleva a otros muchos sitios, pero esos ya no os los cuento.

♫ ¿Qué músicas tenéis para el amanecer, la mañana, el mediodía, la tarde y la noche? Y si no las tenéis, os propongo que clasifiquéis vuestras músicas favoritas por horas del día. ♫

Nuestro próximo programa estará dedicado a adivinar cosas de todo tipo. El mariscal Arévalo llevará los mandos. ♫

Hasta entonces ¡adiós y adiós! Y os dejo con un epílogo de nuestra querida amiga Rosa Álvarez.

♫ “¿Qué fue primero la noche, el día? ¿Vino la oscuridad a procurar descanso a la luz como el silencio viene acallando al sonido? ¿O se hizo la luz para ahuyentar a las sombras como viene el sonido a romper el silencio? ¿Qué fue primero: el sonido, el silencio? Cuando nacemos salimos a la luz, nos sorprende el sonido. Antes de nacer ya éramos. En el útero materno nos rodeaba la sombra, nos acogía el silencio. Pero antes aún, retrocediendo un poco más ¿qué había?  Si el tiempo es una sucesión de días y noches, de claros y oscuros, entonces, posiblemente, venimos de la luz, aunque antes de la luz fuera la sombra, como el silencio que cede al sonido, que antes fue silencio, preparado para percibir el sonido…”♫

 © Fernando Palacios

10 Ago

08 Improvisar y crear

Programa radiofónico  nº 8 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.

PODCAST disponible aquí

¿Qué diferencias hay entre una improvisación y una composición? ¿Y entre el acto de improvisar y de crear una obra? Ayudados por las opiniones de algunos expertos y por las músicas de improvisadores avezados, intentamos aclarar la relación entre ambas maneras de enfrentarse a la música.

Haz clic para acceder a 08-Improvisar-y-crear.pdf

♫ Esto que suena ¿qué os parece? ¿es una música improvisada, o los intérpretes tocan algo que ya estaba fijado? ♫ Este pianista, ¿está componiendo sobre la marcha, o lo que suena está escrito de una manera exacta? ♫ ¿Improvisan, o ejecutan una música que ya existía? ♫ Estos intérpretes ¿hacen lo que les parece en ese momento, o lo que está escrito por un compositor? ♫ Esta música que oís ¿se puede improvisar? ♫

¿Qué diferencias hay entre una improvisación y una composición? ¿Entre el acto de improvisar y el de interpretar una obra? En algunos casos las diferencias son muchas; en otros, apenas hay. De esto trata hoy nuestro programa, de IMPROVISAR Y CREAR.

 ♫ Ésta es la primera de las músicas que ha sonado en nuestro programa. Es de una pequeña isla que hay en Indonesia llamada Bali. Allí la música es así. Casi todos los instrumentos son de percusión y forman orquestas que se llaman Gamelán. No hay improvisación. Las composiciones se trabajan en muchos ensayos y los músicos y los oyentes (los que asisten a los ensayos), aportan ideas nuevas sobre una base: se quita, se añade, se agregan variaciones, se prueban nuevos timbres… Pero una vez que todo está decidido y ensayado queda fijo. Ya ha tenido lugar el acto de creación ♫

Los balineses no tienen mucho respeto a la fidelidad de un original. Cuando se aprenden una pieza nueva, cada músico puede hacer modificaciones; o sea, cada pieza tiene tantas formas como gamelanes (orquestas) haya que la toquen. El placer reside en inventar variaciones y ornamentos durante los ensayos. Gozan con la creación y no les importa demasiado el producto terminado. La obra acabada puede desaparecer una vez que los músicos se cansan de ella. Y nadie la llora. Hay un cambio constante, una música que se transforma permanentemente pero sin progreso. A lo mejor lo que inventan se hizo en épocas anteriores y después se perdió, se olvidó. Tienen un concepto del tiempo circular y no lineal ♫

♫ La segunda música es una cadencia de un concierto para piano y orquesta de Mozart, el 23. Antes de terminar el primer tiempo de la obra, por entonces se dejaba que el intérprete, que solía ser el compositor también, improvisara sólo con su instrumento un ratillo. Era el momento de gran lucimiento para el intérprete. Esto que oís pudo haber sido improvisado en sus tiempos ♫

♫ Esta es la música que ha aparecido en tercer lugar. Es el grupo Art Ensemble of Chicago, un grupo de jazz contemporáneo que en este instante está en una improvisación completamente libre; hacen lo que les da la gana. Pero eso sí, se escuchan e intentan entre todos hacer música estupenda ♫

♫ Esta es música contemporánea, la cuarta de nuestro programa. Parece improvisada, y sin embargo no lo es. Ligeti, su autor, la escribió hace treinta años enterita, sin dejar margen a la improvisación. Otros compositores de su quinta hicieron lo contrario, es decir, dejaron que el intérprete en un momento dado pudiera improvisar. Pero en esta obra no, no, no; está todo escrito♫

♫ La última música de nuestra presentación pertenece al gran Juan Sebastián Bach. El rey Federico II en un encuentro que tuvo con el maestro, con Bach, le pidió que le hiciera al instante una fuga sobre una melodía dificilísima que se le había ocurrido. Bach le improvisó una fuga a tres voces sin rechistar ¡ahí queda eso! Mejor dicho, ¡aquí queda esto! Lo improvisó Bach en un periquete, luego lo escribió, y ahora lo tocan tal y cómo está escrito estos intérpretes ♫

Una vez contestadas las cinco preguntas de la presentación, vamos a meditar un poco sobre esto. Si componer es inventar música, improvisar es hacer dos cosas simultáneamente: inventar música e interpretarla, todo a la vez.

♫ Hay músicas que se escriben y después se interpretan justamente como están escritas ♫ Otras músicas ya existen y nos sirven para improvisar sobre ellas ♫ Y otras, directamente se improvisan al instante ♫

La pedagoga Violeta Hemsy de Gainza tiene un magnífico libro titulado “La improvisación musical”.  Ella la define así: “Toda ejecución musical instantánea producida por un individuo o grupo. Improvisación se llama tanto a la actividad de improvisar como al resultado, a la pieza improvisada”.

También explica lo siguiente: “En la conducta musical del hombre hay dos tendencias: imitar y crear. La improvisación es un juego que permite al músico, según en cada caso, las dos cosas: imitar, reproducir, interpretar por una parte,  y explorar, inventar y crear por otra”.

Improvisar música debe ser como hablar con naturalidad. Interpretar música, siguiendo la misma comparación es recitar poesía, declamar un texto o una obra de teatro ♫ La improvisación es música que no se escribe. Se compone instantáneamente, sobre la marcha. Es un medio de expresión sobre un instrumento ♫

La improvisación se encuentra en la base de una gran parte de la creación musical. A veces el compositor empieza improvisando. Después va limpiando, limando por aquí, por allá, hasta que queda algo acabado, meditado. Cada obra clásica tiene un poco de todo. No hay que olvidar que algunos famosos compositores fueron grandes improvisadores como Bach, Mozart, Beethoven,  Liszt, César  Franck,  Fauré, etc… ¿Quién puede asegurar que Bach, que el gran Juan Sebastián Bach no escribió esta monumental “Fantasía en  Sol  menor”  después de haberla improvisado de un tirón? ♫ Da  una sensación de libertad tal que cuesta pensar que sea música escrita ♫

♫ Hay otros motores de la creación que no son la improvisación, cómo este que describe Stravinsky en su libro “Poética Musical”: “Cuando estoy componiendo tropiezo a menudo con algo inesperado. Este elemento inesperado me choca, lo noto. A veces le extraigo provecho” ♫

La facultad de crear nunca se nos da sola. Va acompañada del don de la observación. El  verdadero creador se conoce en que encuentra siempre en derredor, en las cosas más pequeñas y humildes, encuentra elementos dignos de ser notados ♫

«Primero fue la palabra. Su corazón se estremeció ante el fulgor de la palabra y su mente fue lanzada a esa dimensión sin límites en la que todo es posible. Las improvisadas combinaciones, los juegos atrevidos con infinidad de verbos, adjetivos y nombres que acudían a la llamada de la palabra única. Frases inexplicables, frases hermosas, se hacían a sí mismas dirigidas por una misteriosa ley de afinidades y discrepancias, formando un conjunto luminoso cuya finalidad parecía ser la belleza de las formas y el encanto del sonido. Pero la idea que una sola palabra quería expresar se había perdido en aquella espléndida manifestación de posibilidades armónicas. Para recuperarla, uno ha de abandonar la región del  porque sí y someterse al orden y la coherencia. Con gran dificultad, casi con sufrimiento, y utilizando lo que su memoria pudo recuperar de aquel juego improvisado, ordenó, controló y midió, imponiendo al todo un ritmo preconcebido. Cuando por fin  creyó que había concluido su obra, se sintió feliz. Lo escrito  expresaba con bastante fidelidad lo que él quería decir. Aquello era inteligible y coherente. Tenía fuerza y era bello. Lo leyó de  nuevo buscando la palabra que había conmovido su corazón sin encontrarla. La había olvidado. A veces ocurren estas cosas».

♫ Ahora queridos amigos, vamos a pasar a observar diferentes improvisaciones ♫ Estamos en la India, aquí no existe la creación sobre el papel. La música se improvisa en el momento mismo de la ejecución, ateniéndose a unas bases, claro.  Aquí los intérpretes son los compositores. Para sus  improvisaciones recurren a esquemas conocidos melódicos y rítmicos. Sobre ellos realizan nuevas variaciones modificando y ampliando la  base ♫

♫ ¿Oís  esta música religiosa de Paquistán? A veces cantan todos juntos. Otras improvisan de  uno en uno ♫ En este contrapunteo, dos venezolanos del llano improvisan melodías y textos, llevando una conversación sobre un endiablado ritmo ♫ En algunas piezas de rock hay momentos que se guardan para la improvisación ♫

Antonio Molina  improvisa melismas, o sea melodías sin letra, detrás de cada frase musical ♫

Esto parece una improvisación ♫ Y no lo es ♫ La música popular irlandesa se transmite de boca a boca y se toca así, siempre igual; ¡bueno!, casi igual ♫

 ♫ Hay quien toca famosas composiciones modificando parte de la melodía y  del ritmo y añade pequeñas frases musicales improvisadas ♫

Y  llegamos a una música en la que todos podemos improvisar, todos. Los que sabéis más y menos, los que tenéis mayor o menor experiencia. Todos podemos  hacerlo porque este tipo de música tiene una base armónica clarísima: son doce compases que siempre se repiten de la misma  manera. Y sobre ella, sobre esa manera, que es tradicional, se puede improvisar fácil y  gratificantemente ♫

Es  el blues ♫.  John  Lee Hooker,  el actual patriarca de este estilo, asegura que no necesita componer nada. Se sienta delante de un micrófono y le sale el blues. Cuenta una historia y la canta como si la hubiera vivido ♫

♫ El blues en su evolución muestra muchas caras distintas. Blues con  instrumentos de rock ♫. Blues  rápido con instrumentos del folclore tradicional ♫. Y blues con un  instrumento de la orquesta: la tuba ♫ A este ejemplo le tengo yo especial cariño, lo reconozco. Pertenece a  una pieza del grupo americano ‘Blood, sweet & tears’. La improvisación está intercalada en el centro de  una canción (‘Cuando yo muera’,  se titula). Y esa canción está interpretada en este caso en directo. La tuba hace lo siguiente:

– Hay una especie de preludio. Primero: engancha con el final de la  canción y, además, engancha con fuerza

– Segundo: cae a los graves espectaculares de la tuba y se pone grotesco.

– Tercero: vacila un poco con la escala de blues.

– Y entramos ya en la parte central donde entra el ritmo y le acompaña  el grupo. Es la parte más larga, la gran improvisación.

– Y llegamos a la conclusión. En el quinto punto la tuba se queda sola, el grupo se calla.

– Y el sexto punto, el final, es ya el empalme con lo que seguirá.

Perfecto. Escuchamos esta improvisación de la tuba y con la tuba me voy despidiendo ♫

Mi consejo de hoy es uno solo: improvisad blues siempre que podáis. Y si no es blues, lo que sea ♫  El próximo día trataremos de NIGHT & DAY, o sea, de noches y días ♫

Hasta entonces, adiós y adiós.

© Fernando Palacios

Fernando Palacios - P1170518