17) La historia del soldado
Concierto para jóvenes
. La historia de Fausto resumida en formato pequeño
. Grupo de cámara y narradores
. Música: Igor Stravinsky
. Texto: Fernando Palacios, a partir del original de Ramuz
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La música de La historia del soldado mira en dos direcciones: hacia atrás (intervalos, ritmos y polifonías de la tradición rusa) y hacia adelante (reúne una disparidad de géneros musicales de su tiempo: marchas militares, fanfarrias, pasodoble, tango argentino, vals, ragtime y coral). Su lenguaje es puro, incisivo, picante… a veces desagradable, pero siempre genial. Tiene un sonido a media distancia entre el azufre infernal y la juerga desatada, entre los colores chillones de un cartel taurino y una xilografía negra. Más que una decena de pasteles, es un plato de guindillas, pepinillos y cebolletas en vinagre. Esta especie de “antiópera”, de pequeño teatro maravilloso con música de barraca de feria (aunque enormemente estilizada) supuso una auténtica revolución en la música de su tiempo. Su humor negro, la amargura de su mueca, transtornó a los compositores posteriores a él.
Para construir la trama de esta obra, Stravinsky y Ramuz (autor del texto) siguieron la tradición de unos cuentos rusos (recopilados por Afanasiev) en los que el diablo engaña a una persona, le compra su alma y al final se la lleva a los infiernos. Por otra parte, también es una parodia de la famosa obra de teatro Fausto, del escritor alemán Goethe. Es un Fausto contado en forma de cuento tradicional, un Fausto en miniatura. Es una historia donde está presente lo infernal y lo inevitable, una alegoría de nuestro tiempo, una alusión a nuestra forma de vida, una crítica al “hoy todo puede comprarse”. “El ser humano se enfrenta al mal y pierde”, ésta podría ser la frase que resuma esta visión demoledora del funcionamiento del mundo