16 Orden y caos
Programa radiofónico nº 16 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991.
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1) La naturaleza, nosotros mismos, somos orden y caos a la vez. 2) A la obra artística le ocurre exactamente los mismo. 3) Muchas cosas nos parecen caóticas porque desconocemos su orden. 4) Poco a poco se va descubriendo que el caos no es tan caótico como parece. Estos cuatro puntos promueven el orden y el caos de este programa.
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♫ Según muchas tradiciones religiosas hubo un momento hace mucho tiempo en que el mundo se ordenó y se convirtió en Universo, también llamado Cosmos. Lo que había antes, la indeterminada confusión y mezcolanza de todos los elementos, era el Caos, el desorden que precedía a la creación del mundo ♫.
♫ Jean Philippe Rebel, compositor francés que vivió entre los siglos XVII y XVIII entendía el caos así: ♫ Del caos pasaba poco a poco al orden, en su obra “Los Elementos” ♫
Haydn, el divino Haydn, comenzaba su oratorio “La Creación” con una descripción del caos: ♫. Después llegaba el orden, o sea, llegaba la creación, el cosmos ♫
El Cosmos es pues el orden así como el caos es el desorden; luego orden y caos son dos cosas opuestas. Si el orden es forma, dirección y sistema, su opuesto (el caos) es conglomerado, montón y carencia de sentido. El caos está relacionado con la confusión, el embrollo, el desconcierto, la desorganización. El orden, con la disposición, la serie, la estructura, la organización. El caos es laberinto, el orden, equilibrio. El caos e revoltijo, el orden, distribución. El caos es Babel, el orden orientación.
♫ Ya lo veis, nuestro programa de hoy está destinado al ORDEN Y CAOS.
♫ Si ponemos en orden algo, corregimos su desorden. Si encontramos que alguna cosa está sin orden ni concierto nos da sensación de caos. Las leyes que rigen una sociedad son para mantener un orden establecido. Si queremos que cada cosa vaya a su debido tiempo, habrá que colocarla por su orden. Si necesitamos reprender a una persona, la llamamos al orden.
♫ Pero ahí no acaba todo lo referente a la palabra orden ni mucho menos. Hay órdenes arquitectónicos, órdenes religiosas, militares, sociales. Hay órdenes en álgebra, analítica, geometría, física, química, teología, historia, lengua, leyes. Hay órdenes, ordenantes, ordenamientos, ordenaciones, ordenanzas y, naturalmente, ordenadores, esos aparatos que tanto abundan y que tienen información almacenada, bien ordenada para cuando la necesitamos. Los ordenadores son máquinas inventadas para vencer al caos ♫
♫ En la naturaleza no todo está perfectamente ordenado. Las cosas surgen por una combinación de orden y caos en perfecto equilibrio. Por ejemplo, nos parece ordenada una cristalización, o una hoja de un árbol, o una mariposa; y muy desordenado un montón de tierra, o las nubes, o las piedras de la calle. Pero todo depende del punto de vista desde donde los observemos y de la información que tengamos de ellos. Las piedras tienen una estructura molecular, perfectamente geométrica, aunque su aspecto externo sea amorfo. La mariposa tiene un vuelo irregular, desordenado, si bien su forma es perfectamente simétrica. Un volcán suele tener forma geométrica, la de un cono, y sin embargo sus erupciones son la apoteosis del caos. Una fábrica elabora sus latas igualitas, metidas en sus cajas, apiladas, un símbolo de orden; pero por otro lado también expulsa desperdicios y aguas sucias, un símbolo del caos. Y es que, una vez más, las apariencias engañan.
♫ La mayoría de las ocasiones no sabemos dónde empieza el orden y acaba el caos, o donde empieza el caos y acaba el orden. Cosas que parecen desordenadas, resultan estar ordenadas con esmero. Y viceversa, objetos que creemos ordenados, lo están por casualidad. La realidad es que muchas veces si no entendemos un orden nos parece un caos. ¿No será que el caos está en nuestra mente y, por lo tanto, no entendemos aquella ordenación? ♫ Dicen los médicos que el cáncer es un desarrollo desordenado de ciertas células del organismo. Se podrá aniquilar cuando se descubran las leyes, los órdenes que tiene ese desarrollo que creemos desordenado por no conocerlo.
♫ Con las obras de arte de nuestro siglo ocurre algo parecido. Nunca el arte se había desligado tanto de ordenaciones tradicionales. Hasta ahora jamás había dicho tantas veces el público: no entiendo nada, ¿qué quiere decir eso?. Y es que la abstracción, el surrealismo, el dodecafonismo, el futurismo y otros muchos -ismos han cambiado las bases de la ordenación y se han vuelto mucho más complejos. De este modo se produce la desconexión con el público que no sigue los nuevos modos de ordenar.
♫ A esto hay que añadir que hay tendencias artísticas que buscan la manifestación del caos, de la casualidad, de la libertad absoluta del lenguaje. En fin, en estos casos el arte pide una distinta actitud del público. Si no se da, sigue la incomunicación.
♫ Tanto en el terreno científico como en el artístico se estudia en profundidad las relaciones entre orden y desorden, entre cosmos y caos. En la actualidad los científicos descubren en el caos unas leyes sobre fenómenos tan distintos como los latidos del corazón, los pensamientos, las nubes, los vientos, la estructura de las galaxias, la creación de un poema, la invención de una melodía, la caída en cadena de la bolsa internacional, la propagación de un incendio forestal e incluso el origen y la evolución de la vida. Todo eso es estudiado hoy en día para establecer la relación entre cosmos y caos, entre orden y desorden.
♫ Bien, resumamos estas ideas en cuatro puntos:
1.- La naturaleza, nosotros mismos, somos orden y caos a la vez. Los límites de ambos son indefinidos.
2.- A la obra artística le pasa lo mismo
3.- Muchas cosas nos parecen caóticas porque, sencillamente, desconocemos su orden.
4.- Poco a poco se van descubriendo leyes del caos: el caos no es tan caótico como parece.
♫ Como colofón a este breve resumen, escuchemos y meditemos la siguiente frase de Wallace Stevens, poeta norteamericano de nuestro siglo. En ella se sintetizan todos estos chocantes pensamientos. Dice así:
“Un orden violento es desorden; un gran desorden es orden. Ambas cosas son una”
♫ Y en este punto llegamos, por fin, a la música. Antes que nada, demos un breve repaso por algunas frases de gente famosa que nos hablen de música y orden. Veamos:
Platón no se cansaba de decir: “La música es la esencia del orden”
♫ Pitágoras especificaba algo más: “Los números son las cosas, ahora bien, la música es número; el mundo es música; el cosmos es una lira sublime de siete cuerdas”
♫ Jean de Garlande, un poeta del siglo XI decía: “La música es la ciencia del número transportada a los sonidos”
♫ Leibniz, filósofo alemán de hace unos trescientos años, comentaba lo siguiente: “La música es un ejercicio secreto de aritmética y quien se entrega a él ignora que maneja números”
♫ Schopenhauer, filósofo del siglo pasado escribía: “La música es el medio para percibir relaciones numéricas racionales e irracionales”
♫ Fabre d’Olivet, un mago francés decía lo siguiente: “La música es el conocimiento del orden de todas las cosas, la ciencia de las relaciones armónicas del universo”
♫ Demereaz, compositor suizo es algo más conciso: “La música expresa las confusas Leyes del orden que se ocultan tras los fenómenos”
♫ Novalis, el gran poeta, dice: “La arquitectura es música congelada”.
♫ Brian Eno, un músico de pop-rock afirma esto: “Soy un constructor de música, soy un trabajador y un creador al mismo tiempo, como el escultor que imagina una obra para después dar la forma con sus propias manos”
♫ Isidoro de Sevilla, obispo del siglo VII, ya decía: “Todo lo que ocurre en el cielo y la tierra está sometido a leyes musicales”.
Y terminamos con una frase del filósofo chino Se-Ma-Ts’ien: “La música viene de
dentro, la música es aquello que unifica” ♫
♫ Con todo lo oído, parece claro que la música es matemática, es ciencia, es número. Pero ante todo es orden sumado al sonido y al sentimiento. Es el arte del orden en el tiempo, pues no hay que olvidar que ese orden siempre se desarrolla en el tiempo. ♫ En la música hay dibujo, espacio, volumen, movimiento. Hay concentración, memoria, historia, filosofía, narración, física, lenguaje secreto… hay de todo. Es el arte que aglutina todo. Ya lo decía Platón: es la esencia del orden.
♫ Esta música que oímos tiene un orden clásico. Tiene forma rondó, una melodía que repite, armonía tonal, etc. ♫
♫ Esta otra música tiene un orden serial. Todo está sometido a series de números y todo está ordenado, escrito, meditado. A los no iniciados les puede parecer caótica, pues su orden es especialmente complicado.
♫ Las músicas que desconocemos (exóticas, contemporáneas, antiguas), nos parecen extrañas y caóticas por eso precisamente, porque no conocemos su orden. Pero si penetramos en sus claves, nos resultará mucho más fácil disfrutar de ellas. ♫ Cada pueblo, cada época, ordena los sonidos como mejor le place, independientemente de si nos gusta o nos disgusta. O sea, no nos tienen en cuenta. Pero eso no quiere decir que nosotros no les tengamos en cuenta a ellos. ♫
Tampoco hay que olvidar que hay muchas formas de ordenar los sonidos donde interviene la casualidad, o sea el azar. Hay compositores que dejan que el azar controle su música, juegan con la casualidad. Por ejemplo, Mozart arrojaba dados para seleccionar frases con las que componía cantidades de minuetos. Marcel Duchamp en 1913 escribía melodías para sus hermanas sacando al azar notas de su sombrero. ♫
Otros compositores se inspiran en acontecimientos producidos por coincidencias. José Serrano, el compositor de zarzuelas, confesaba que a veces el goteo de un grifo o el chirrido de una noria le inspiraban ritmos y melodías. ♫ Si seguimos así podríamos abrir un amplio catálogo de preludios inspirados en gatos que andan sobre el teclado, máquinas que influyen en ritmos y un sin fin de juegos de azar musicales, como loterías, ajedreces, dominós, naipes, dardos, dibujos, esculturas, móviles… todos musicales. Son órdenes que rozan el caos, o dicho de otra manera, caos con cierto orden.
♫ Estamos oyendo la obra de Carlos Cruz de Castro “Ajedrez”. Los intérpretes juegan y tocan a la vez. ♫
Por último destacaré pensamientos musicales que se aproximan más al caos que al orden. Es el caso de muchos improvisadores que buscan formas de tocar automáticas, donde no influya su voluntad; músicas que broten sin que ellos tengan que ver mucho con el resultado. ♫
O el caso del celebérrimo compositor americano John Cage que busca situaciones donde los sonidos sean libres, donde el silencio se convierta en la gran música, donde el azar sea el compositor. ♫
Ramón Barce, compositor español, no se cansa de decir que el arte por raro que sea siempre tiene forma, siempre tiene orden; basta con que haya autor. Efectivamente, el simple gesto del compositor, convierte en forma artística algo que antes no lo era. ♫
E incluso prescindimos del autor. Observando la naturaleza, observando los objetos ¿no detectamos nosotros órdenes, claves, tipos de caos que, por propia voluntad nuestra, convertimos en hecho artístico? ♫
Continuando con esta idea podemos llegar a un punto en que todo lo que queramos puede convertirse en arte por arte de magia, mejor dicho, por nuestro arte. ♫
Conclusión: lo del arte es cosa de cada uno, basta con educar nuestra sensibilidad y nuestro conocimiento para encontrar órdenes y caos por todos los sitios. ¿Os lo proponéis? Fijaos bien. Sin moveros de vuestro sitio podéis encontrar órdenes y caos sugerentes en las cosas, en los objetos, en los sonidos que hay. Es un juego que no termina nunca. Es casi una forma de vida. Es vivir en el arte. Para aquellos que lo consigáis ¡enhorabuena!, seguramente habéis dado un paso hacia la felicidad y la comprensión del mundo. ♫
La próxima semana tendremos un programa donde, todo el mundo canta. Un viaje sin pasaporte por los cantos de la tierra.
De explorador, vendrá como siempre, Carlos Arévalo ♫
Hasta entonces, adiós y adiós.
©Fernando Palacios