10 Ago

15 Nos vestimos para bailar

Programa radiofónico  nº 15 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92

PODCAST disponible aquí

No es una clase de baile, proponemos hacer un viaje por la danza, dejándonos llevar por el ritmo y el gancho de la música, y por las someras indicaciones que damos de vestuario. De Giselle a las charangas de Pamplona. Un medio para desinhibirnos.

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♫ ¡Venga, venga! ¡Arriba, arriba! Dejad todo lo que estéis haciendo que vamos a bailar y bailar es una de las actividades más hermosas que tiene la vida. ¡Vamos, vamos, vamos! No seáis remolones que hemos empezado el ‘92 con el ritmazo de la Passadena Roof Orchestra, una famosa orquesta de baile. Buscad una pareja y ¡adelante!, a bailar. Y si no hay pareja igual da. Podemos danzar perfectamente solos sin necesidad de nadie, o ¡yo qué se!, con la escoba o con la silla ♫ Y para vagos, tímidos y más gentes que nunca quieren moverse al ritmo de la música, también este programa. Que bailen por lo menos con la imaginación, este ritmo tan excitante ♫

Hoy vamos a estar la media hora como trompos, bailando sin cesar física o mentalmente. Estaremos con danzas de épocas y lugares muy diferentes ♫. Cada baile, cada danza tiene su ritmo, su movimiento, sus pasos, su coreografía y también su tradición y vestuario. Os preguntaréis: ¿cómo vamos a bailar unas músicas que desconocemos completamente?, ¿unos pasos que no sabemos dar? ¿va a ser el programa una lección de baile? No, no, no, sólo es una propuesta. Si nos dejamos llevar por el ritmo y el gancho de cada música, si nuestros movimientos, ya sean físicos o mentales, se acercan a los musicales, si nos figuramos que llevamos los vestidos y atuendos originales de cada danza, si nos desinhibimos y permitimos que nuestro cuerpo se deje llevar por la música, seguro que le sacamos mucho partido a este viaje por la danza que vamos a hacer. Desde este momento NOS VESTIMOS PARA BAILAR.

♫ Esta primera danza pertenece al pueblo llamado Peuls, en el norte de Dahomey, en África. Es una danza de jovencitas que llevan brazaletes, tobilleras y, como único vestido, una tela de fuertes colores que les cubre desde la cintura hasta las rodillas. Unos collares, unas diademas y ya estamos preparados para bailar esta danza  “bunyon” ♫

♫ Pasamos a Italia y nos instalamos en el siglo XIV. Esta es una famosísima danza llamada “La Rota”. Si seguimos su ritmo marcado con pasos cortos y movimiento de brazos, resultará una danza sencilla. Con paños largos y cinturones gruesos y algún imaginativo tocado en la cabeza nos dará un aspecto florentino, como los cuadros de aquella época ♫

♫ El ambiente ha cambiado por completo. Del soleado y limpio aire de La Rota, nos vamos a los bajos fondos neoyorquinos. Dos cuadrillas se disponen a luchar navaja en mano. Todo es oscuro y barriobajero. Con vaqueros y polos desteñidos entramos en esta danza de lucha del musical ‘West side story’ ♫

♫ Otra vez, gran contraste. Hemos pasado al gran ballet romántico europeo, el ballet blanco, el ballet clásico, el baile de tutú, puntetas, tules y esencias, el de la técnica depurada, el de los cisnes, sirenas, espíritus. Todo almibarado y delicioso. Esta Giselle parece no tocar tierra. Da vueltas y piruetas por aquí, por allá. Todo sin dejar de sonreírnos. Imitémosla ♫

♫ Le llega ahora el turno a una danza religiosa masculina que hacen unos monjes turcos descendientes de un gran místico de la Edad Media llamado Mevlana. Grandes túnicas blancas ceñidas a la cintura, un gorro cilíndrico oscuro y la danza: vueltas y más vueltas en una sola dirección. Inclinamos suavemente la cabeza y con los brazos casi en cruz, con una mano dirigida al cielo y otra a la tierra empieza esta belleza, que es la danza de los derviches giróvagos turcos ♫

♫ Son cuatro chicos jóvenes. Visten prendas normales de la calle, modernas. Bailan al son de la música del compositor español Javier López de Guereña, que estrenó este ballet, titulado “Detrás del viento”, hace apenas tres meses. Es decir, es una novedad. Son danza y música contemporáneas. Es el resultado lógico de un lenguaje en perpetua evolución ♫

♫ Con el simple sonido de este instrumento, el organillo, nos llegan aromas de nardos, corralas en Lavapiés, de churros. Esto está ya repleto de chulos, verbenas, tráfico… porque estamos en Madrid. Una pareja baila muy apretada, y sin salirse de una baldosa, este chotis. Él con chaquetilla corta, pañuelo al cuello y gorrilla chula. Ella con vestido ajustado hasta los pies, pañuelo en la cabeza, gran flor en el pelo y, naturalmente, la mantilla. Es el momento de que todos nos marquemos un chotis ♫

♫ El vestuario se complica. Aparecen grandes miriñaques, medias de colores, lazos por aquí y por allá, sombreros con plumas, golillas en el cuello, como esos cuadros que tantas veces hemos visto. Con suma delicadeza, tomados de la mano, entremos en pleno Renacimiento a bailar los bailes de moda ♫ Si nos fijamos no son nada difíciles las pavanas, courantes, bourrés. Son sólo de otra época ♫

♫ Muy lejos de aquí, en el Japón, encontramos esta danza de mujeres muy delicada. Con un quimono blanco, un anchísimo cinturón negro, amarillo y naranja y un sombrero parecido a un abanico, con todo eso es suficiente para intentar ponerle los pasos a la danza bon ♫

♫ Esta música es mucho más familiar. Seguro que todos hemos visto bailar o hemos bailado alguna vez el vals vienés. Lo más complicado es vestirse de Sissi Emperatriz y de Francisco José. Por lo demás, una pose elegante, un buen dominio del 3/4, vueltas sin cesar en el sentido de las agujas del reloj, y ya tenemos un clásico vals de Johann Strauss ♫

♫ No cambiemos el ritmo, pero si el vestuario, ahora mucho más sencillo. Nos basta con vestirnos de marineros o de aldeanos y seguimos bailando el vals, aunque de una manera menos estirada que la anterior. Un vals más campechano y directo, más de nuestro estilo. En fin, un vals de juerga y no de fiesta elegante ♫

♫ La coreografía ahora es perfectamente circular. Todos van unidos por las manos que se colocan a la altura de la cabeza. Aunque originalmente iban vestidos de campesinos, en nuestros días cada cual baila esto con cualquier ropa, a cualquier hora y en cualquier lugar. Es la sardana ♫

♫ Atención a esta chica que baila. Mucha atención a esta graciosísima rubia con un lunar en la barbilla, con su vestido largo, flexible y elegante: está bailando con su pareja de siempre, Fred Astaire. Es mi adorada Ginger Rogers. Con un poquito de gracia podemos seguir sus pasos al son de la música de Irving Berlin.

♫ Cambiamos de mujer. Ésta es morena y de tez más oscura que la anterior ♫. Lleva un vestido mucho más ajustado y de colores vivos y va repleta de joyas, brazaletes, cascabeles. Hasta lleva un anillo aquí cogido en la nariz, con flores en la cabeza y un maquillaje de muchas horas. Esta bailarina de la India del Sur despliega toda su sabiduría ante nosotros. Sus movimientos los seguimos con nuestra imaginación y los traspasamos a nuestros pies y nuestras manos ♫

♫ Aquí tenemos una danza española. Es el tradicional bolero, del que Ravel se sirvió para construir su ballet. El ritmo es insistente y sin sorpresas. Nos incita al balanceo y  a la improvisación. Yo no sé cómo lo harían los ballets rusos, pero yo, sin quitarme el pijama, no creo que lo haga mucho peor. El secreto es no parar ni un solo momento y dejarse llevar por la fuerza centrífuga de este Bolero de Ravel ♫

♫ Estamos ante el baile más sencillo que existe. Es el bullicio de las charangas de Pamplona. Camisa y pantalón blanco, faja y pañuelico rojo, brazos en alto y ya estamos dentro del torbellino pamplonica de los Sanfermines. Aquí vale todo: botar, brincar, saltar, empujar. Cada uno a su estilo, sin perder el compás, que es importante, y que siempre marca el bombo ♫

♫ Esto es mucho más complicado. Los movimientos, a diferencia de los de la charanga, aquí están muy estudiados. Aunque en nuestro país se bailan los tangos aunque no se tenga ni idea. El secreto es echarle voluntad, salero y torcerse como un junco junto a la pareja. El atuendo, ya sabéis, lo que sea, pero muy apretado ♫

♫ Y este pasodoble, este sencillo pasodoble nos indica que al programa le vamos a colocar un colorín colorado ♫

Y bien: ¿qué tal ha ido todo?, ¿habéis bailado?, ¿no habéis bailado?, ¿todas las músicas?, ¿algunas?, ¿que no habéis bailado ninguna? En fin, bueno, otra vez será, tendremos paciencia. En cualquier caso os recomiendo que no olvidéis el baile. Da igual hacerlo bien o mal. Lo importante es moverse y sentir la música no sólo con los oídos, sino también a través de todo el cuerpo ♫

Después del consejillo os anuncio que el próximo programa tratará de un importante asunto. Estará dedicado al ORDEN Y AL CAOS.

♫ Pilotando la nave estuvo el de siempre: Carlos Arévalo.

♫ Hasta el próximo encuentro, ¡adiós y adiós! ♫

© Fernando Palacios

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