Fernando Palacios, el arte de escuchar

Disco-Libros (cuentos musicales)

 El Cuento Musical: ¡Por fin algo para niños!

Si usted quiere regalar a un niño un libro adecuado para su edad, seguro que no va a tener ningún problema; en cualquier librería, por pequeña que sea, encontrará variedad de libros infantiles de diferentes tamaños, calidades y precios; incluso colecciones de cuentos que ordenan sus volúmenes por edades y colores. Seguramente, también le llamará la atención la cantidad de preciosos libros ilustrados que para usted querría. Saldrá de la librería exclamando: «¡pero qué cosas hacen ahora para los niños!» Efectivamente, del mismo modo que hoy día hay un amplio y competitivo mercado del juguete, del material escolar, de ropa y de elementos deportivos, lo hay editorial, cinematográfico y recreativo. 
      

Ahora bien, si lo que usted quiere es regalarle música a ese mismo niño de antes se encontrará con una situación muy diferente: en cualquier tienda de discos hallará únicamente dos cosas: pop para niños y pop para jóvenes. ¡Y se acabó! La mayoría de lo que les he contado hasta ahora es como si no existiera. La única excepción que confirma la regla es, al margen de las publicaciones escolares, un par de extintos «Clásicos Divertidos», tan solitarios en nuestro mercado que acabaron por desaparecer, y la enésima publicación de «Pedro y el lobo» por Miguel Bosé, Iñaki Gabilondo, Constantino Romero, o por el que esté de moda en cada momento. En una de las más importantes y nutridas tiendas de discos de Madrid sugerí en una ocasión que hicieran un apartado de música para niños donde no entraran las canciones de la tele: el espacio que ocupó fue de un palmo mal contado. 

Quienes rigen la mercadotecnia de la música infantil están convencidos de que lo que deben escuchar los niños y adolescentes es, exclusivamente, música comercial y nada más. Parten de la errónea y alienante, pero rentable, base de que la mente infantil está especialmente disonada para absorber la «mágica fórmula» de la claqueta constante, de la repetición infinita de su contenido, de las melodías ñoñas y de las letras vacías de la música comercial. ¡Y como ellos se empeñan, no hay salida!. El bloqueo está servido, la falta de imaginanción e iniciativa de los sellos discográficos españoles es tan abrumadora que ignoran cosas tan elementales como que sus propias empresas (D.G.G., Philips, Decca, EMI, WEA, Sony, Le chant du monde…) producen para otros países europeos colecciones enteras con el nombre de «Junior», «kinder Classics», «Compact Jeunesse», «Le petit menestrel», «Raconte moi la musique», «La petit école de musique», «For children» y un larguísimo etcétera. ¿Qué contienen estas colecciones? Esa fusión de texto y música de la que no dejo de hablar. ¿Por qué aquí no hay? ¿Somos tan ignorantes? ¿No nos merecemos esos productos igual que nuestros colegas de la U.E.? ¿Por qué no podemos elegir entre distintas ofertas? Les confieso que me he recorrido no pocas casas discográficas y editoriales llevando bajo el brazo algunas de las producciones de cuentos musicales para niños y jóvenes de las que les he hablado y sólo he recibido caras complacientes y contestaciones de esta guisa: «son maravillosos… pero no lo vemos», «el mercado está saturado», «si no es curricular no se vende», «demasiado cultural para llevarlo a los quioscos»… Pero ¿qué hay que ver?, ¿qué saturación es ésa donde no hay nada?, ¿los niños sólo se compran los libros de la escuela?, ¿hay algo que sea «demasiado cultural» para los niños? Reconozco que no les entiendo en absoluto. 

Pero, mira por donde, en mi peregrinar con los cuentos bajo el brazo fui a dar con Patxi del Campo, director de esta publicación y de los proyectos «Música, Arte y Proceso» y «AgrupArte«, y se produjo el flechazo. No tuvo nada más que echar un vistazo a su alrededor para comprobar el erial que es el mercado musical infantil y juvenil. Fruto de este encuentro es la colección «LA MOTA DE POLVO» que presentamos, una colección de libro-discos cuyo contenido son cuentos musicales, narrados y con la mejor música, que sólo pretende llenar una pequeña parte de ese gran hueco que nos ha dejado la perversa miopía de las empresas fonográficas y los medios de comunicación. Los resultados alcanzados con este tipo de cuentos musicales en los ciclos de Conciertos Didácticos de muchas Orquestas Sinfónicas (Filarmónica de Gran Canaria, Sinfónica de Galicia, Sinfónica de Tenerife, Sinfónica de R.T.V.E., Ciudad de Granada, Sinfónica de Colombia, del Estado de Münster, Ciudad de Málaga…) han sido tan literalmente apabullantes que esperamos que la misma música y cuentos de sus programas, en forma de colección de disco-libros, sea el mundo de la música a niños y jóvenes, tanto en casa como en la escuela, y enriquezca sus horizontes a través del disfrute del arte en su estado más puro. 

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