Una zarzuela contada y cantada para jóvenes
. Una compañía representa una zarzuela en una estación de tren
. Producción de la Compañía “Ópera de Cámara de Madrid”
. Grupo de cámara (cuarteto de cuerda y piano), 5 cantantes y narrador
. Dirección escénica: Eduardo Bazo
. Dirección musical: Francisco Luis Santiago
. Música: Barbieri: El barberillo de Lavapiés
. Adaptación y Texto: Fernando Palacios
El Barberillo de Lavapiés se acostumbra a representar completa y con todas sus exigencias: una serie de solistas, un coro, un grupo de baile, una orquesta grande, un director musical, un director de escena… Sin embargo, el concierto al que asistiremos es una versión muy especial de dicha zarzuela. La podríamos definir como una representación de “bolsillo”. Para que la obra quepa en una hora se ha reducido ligeramente la música, aunque, en esencia, se conserva lo fundamental. El texto hablado ha sido suprimido y sustituido por explicaciones, para que se entienda bien todo lo que pasa, que no es nada fácil. Los personajes son materialmente los mismos, cinco cantantes solistas, que también hacen de coro.
Como el escenario es pequeño, la orquesta quedará reducida a quinteto de músicos: un cuarteto de cuerda (dos violines, una viola y un chelo) y un piano. Durante un siglo entero se han tocado selecciones y fantasías de zarzuela en los salones de los hoteles de lujo de toda España con una formación similar.
En esta zarzuela vamos a encontrar majos y majas, estudiantes disparatados, conspiradores, costureras, y algún que otro político que lucha por llegar al poder… todo en un Madrid barriobajero, chispeante y muy próximo al Madrid actual. Barbieri, como ocurre en las tonadillas del siglo XVIII, muestra en su música toda la influencia de la música popular, junto a la de las formas de las zarzuelas más serias: seguidillas y jotas junto a dúos, tercetos y coros.