Programa radiofónico nº 27 de “Sonido y Oído”, realizado por Fernando Palacios para Radio Clásica de RNE en el año 1991/92.
Nos pasamos la vida repitiendo. En la música ocurre de igual manera: nace, crece y muere repitiendo; es decir, la repetición es una necesidad de la música: estribillos, variaciones y ‘rondós’ no son más que la punta de un gran iceberg hecho de repeticiones.
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♫ Las estrellas, los planetas y los satélites, repiten constantemente sus movimientos. Llevan millones de años dando vueltas y repitiendo lo mismo, lo mismo. Dar vueltas es repetir. Todo lo que gira repite, pues pasa por el mismo sitio una y otra vez.
♫ Nuestro Sistema Solar es un claro ejemplo de repetición. La tierra gira alrededor del sol y le cuesta un año entero dar la vuelta completa, por eso tenemos primavera, verano, otoño e invierno. También da vueltas sobre si misma, y tarda un día entero. Gracias a eso tenemos días y noches, amaneceres y crepúsculos. Todos los días se repite la misma historia: amanece, llega la luz, anochece y llega la oscuridad. La luna hace otro tanto. Cumple su ciclo: otra repetición. Eso le permite mostrarnos sus fases: la luna llena, menguante, nueva, creciente… siempre igual. Y esto influye en las mareas: suben, bajan, vuelven a subir, vuelven a bajar, a subir, a bajar, a subir, a bajar.
♫ Todo lo que existe en el mundo repite. Las olas llegan a la playa una tras otra. Las flores salen las primaveras sin falta. Las gotas caen insistiendo sin cesar con su sonido. Las aves repiten los movimientos de sus alas para poder volar. Las hojas se repiten iguales en los árboles. Todo lo que existe, repite.
♫ Los seres humanos nos pasamos la vida repitiendo. El corazón: bum, bum, bum, bum. Respiramos mmm, mmm, mmm. Andamos: un, dos, un, dos, un, dos. Comemos y masticamos: la cuchara al plato, a la boca, al plato, a la boca. Pasamos las hojas de un libro: una, otra, otra. Repetimos siempre los mismos movimientos. Incluso las máquinas que fabricamos repiten siempre sonidos y movimientos. Todo esto es porque repetir es cómodo, facilita la vida.
♫ La repetición genera el ritmo. En este asunto ya me detuve en el programa Nº 7 dedicado al PULSO Y RITMO. No, no, hoy no es eso. El tema de hoy será ese fenómeno natural que impregna todo lo que existe, incluidos nosotros, no lo olvidemos. Al igual que somos todo ritmo, también SOMOS REPETICIÓN.
♫ Observemos nuestra ropa con atención: botones que se repiten (1, 2, 3… todos igualitos), múltiples rayas (1, 2, 3, 4, cientos de rayas), dibujos iguales, colores. Pero además también hay arrugas (cruzamos el brazo y vemos que tenemos muchas arrugas), hay costuras, ondulaciones que cambian las formas y, desde luego, cambian la monotonía de las rayas y los dibujos. Por eso es importante tener siempre presente que, aunque las cosas repiten, también cambian. Por ejemplo, todos los días no son iguales, parece que sí, pero no son iguales. Unos dormimos mejor, otros trabajamos más, algunos son más divertidos, otros hacemos algo nuevo, esto es evidente. Las cosas se repiten pero no siempre de la misma forma. En los bolsillos tenemos alguna moneda igual, pero las podemos colocar de distintas maneras. Por eso decimos que dentro de la repetición hay variación y creación.
♫ Nosotros y nuestro entorno estamos formados no sólo por cosas que repiten, sino también por cosas que varían y por cosas nuevas. Cuando hablamos es porque queremos expresar una idea que puede ser nueva o puede ser vieja, o variación de otra que conocemos. Por ejemplo, saludamos por la mañana y decimos: ¡buenos días! ¿qué tal?. O sea, decimos lo de siempre, nada nuevo. Y a lo mejor nos contestan: Parece que va a hacer buen tiempo, ¿verdad? Otra vez hablamos del tiempo, como todos los días. Al final nos despedimos: ¡Hasta luego, adiós!, como siempre. Quién sabe si entre el saludo y la despedida hemos hablado de algo nuevo; a veces si, a veces no. Algunas ocasiones decimos lo mismo pero con otras palabras. En vez de buenos días, decimos: ¿qué tal marcha tu cuerpo? por ejemplo. Otras veces ideamos nuevas expresiones, pero siempre tenemos palabras y frases hechas que en cualquier momento soltamos para salir del paso. Hay gente que dice mucho: Digo, dice, dice. Otros dicen mucho o sea, o sea. Repiten mucho la misma muletilla. Ya veis, la repetición es un acto de comodidad, para no pensar demasiado, repito.
♫ Si algo en nuestra vida se repite más de lo que debe acaba siendo una monserga, también llamada tabarra. Para este tipo de repetición tenemos muchas expresiones: la historia de siempre, la eterna canción, no me vengas con el mismo cuento, el pan nuestro de cada día, me agota siempre lo mismo, un día si y otro también, otra vez con la misma monserga, cada dos por tres, erre que erre, es como un papagallo, llegó hasta la saciedad, otra vez, otra que tal, que no se vuelva a repetir.
♫ Todo esto lo decimos de las repeticiones pesadas, de la insistencia excesiva. Recordemos que también solemos decir: en la variación está el gusto. Pero otras veces somos nosotros los que queremos repetir. Tomamos todos los días agua y pan y no nos cansamos, ¿por qué?, porque lo necesitamos. Deseamos repetir la compañía de ciertas personas, ¿por qué?, porque las queremos. Repetimos un plato bien cocinado, ¿por qué?, porque nos gusta. Pedimos que nos repitan una frase, ¿por qué?, porque no la hemos entendido. Queremos repetir un viaje para recordar tiempos pasados. También nos gusta ver como se repite una pequeña filigrana en un mantel, ¿por qué?, porque da armonía a la decoración. Al fin y al cabo, la repetición nos hace vivir.
♫ La repetición constante, sin parar, nos puede parecer monótona y pesada. Pero no siempre. En otros casos puede resultar embrujante y mágica. La repetición puede llegar a extasiarnos. Es lo más cercano al infinito.
♫ Seguro que habéis hecho alguna vez el juego de repetir una palabra sin parar. Al cabo del rato la palabra pierde su significado y pasa a ser algo distinto. Pongamos un ejemplo:
lunalunalunalunalunalunalunalunalunalunalunalunalunalunalunalunalunalunaluna… Luna ya no es el satélite de la tierra, ya no es el globo blanco que vemos por la noche, es otra cosa: es ritmo, es dirección, es casi casi infinito, es no sé qué: Lunalunalunalunalunalunaluna…
La repetición tiene mucho que ver con el humor. Hay cosas que sólo tienen gracia si se repiten mucho. Yo tengo un amigo, mi amigo Bola, que lleva veinte 20 años repitiendo las palabras melón, garrapollo y almorzar. Bien, después de cinco mil veces que lo habrá dicho, me encanta volvérselo a escuchar y me sigue haciendo muchísima gracia, precisamente porque lo dice mucho. Otras veces, sin embargo, las cosas pierden la gracia si se repiten. Un chiste nos hace reír la primera vez, la segunda bastante menos, la tercera mucho menos, y la cuarta seguramente no nos hace reír nada.
♫ La repetición está íntimamente relacionada con el adiestramiento físico y con la memoria. Para tocar un instrumento musical es necesario repetir muchas veces los ejercicios mecánicos con las manos. Para aprender ciertas lecciones de un libro hay que repetirlas para que se queden en la memoria.
♫ Los niños repiten lo que ven hacer a los mayores. Esto no sólo es una realidad, además es un principio pedagógico y psicológico. La repetición, en una equilibrada medida, es un procedimiento magnífico en la enseñanza.
♫ Aprendemos repitiendo, vivimos repitiendo. Repetir es la vida misma ♫.
Pasamos a la música. En la música nos vamos a encontrar con todos los casos de repetición que se dan en la vida, exactamente igual que lo que hemos visto hasta este momento en el programa. Vamos a repasarlo.
– Como en las olas, los corazones, la respiración y las gotas de agua, en la música hay pulsación ♫.
– Como en nuestra ropa, como en las conversaciones normales, en la música hay cosas que se repiten, que se varían y que se parecen. En música también se pueden decir las mismas cosas con otras palabras. A eso le llamamos variaciones ♫.
– Las monsergas de la vida, se dan igual en la música ♫.
– Igual que no nos cansamos de comer ciertos guisos que nos gustan o de ver las caras de los amigos todos los días, hay músicas que podemos repetir hasta la saciedad ♫.
– Así como pedimos que nos repitan algo para entenderlo bien, o recordarlo, también en la música se repiten las melodías y los ritmos para que los entendamos mejor ♫.
– La repetición de palabras y movimientos puede provocar el éxtasis. En la música, mucho más ♫.
– El humor también tiene cabida en la repetición musical ♫.
Ya veis, la música, nace, crece y muere con la repetición. O dicho de otra manera, la repetición es una necesidad de la música ♫.
La mayoría de nuestras músicas clásicas y populares son descendientes de las piezas de la antigüedad, como los himnos, las antífonas, responsorios, prosas, secuencias, virelais, y demás formas musicales. Todas ellas están hechas a base de repeticiones de distintos tipos: los estribillos, las variaciones, los rondós y otros muchos procedimientos de repetición se vienen practicando desde hace muchísimos años, desde siempre ♫.
Cuando los compositores hacen una obra musical, tienen muy en cuenta que deben repetir algunas cosas para que se comprenda su música, para que el público no se despiste. Pero hay un problema, todos los oyentes no son iguales: los más inteligentes y sensibles necesitan menos repeticiones; los más ignorantes necesitan más. Cada compositor soluciona este asunto a su manera: unos repitiendo mucho, como Schubert o Chaikovsky y tantos otros. Y otros compositores repitiendo menos como Stockhausen o Boulez ♫.
Cuantas más repeticiones tiene una música, menos esfuerzo necesita nuestra memoria para relacionar unas cosas con otras. Los oyentes que más aprecian lo nuevo más se cansan de la repetición ♫.
Schönberg, un compositor importantísimo de principios de nuestro siglo, decía a sus alumnos: No escribáis aquello que pueda escribir un copista. Es decir, quería que su música y la de sus alumnos repitiera lo menos posible. El resultado: una música muy difícil de escuchar, precisamente por eso, porque no repetía casi nada ♫.
Más tarde llegó el serialismo integral, un movimiento parecido al anterior pero llevado a sus máximas consecuencias. En el serialismo, la ley más importante era no repetir nada. La escucha de esta música es todavía más difícil ♫.
Y como ocurre siempre, a esta música se le opuso otra que hacía lo contrario: la música repetitiva. Este tipo de música basa todo en la repetición ♫.
De todos modos, aunque repitan las melodías, los motivos, las secciones, los movimientos, nosotros los oímos siempre de forma distinta. El paso del tiempo cambia la forma de escuchar las cosas, pero de esto hablaré dentro de dos semanas en un programa dedicado a OIR, ESCUCHAR Y COMPRENDER. Ahora os diré que nuestro espacio se acaba. Sólo me queda tiempo de contaros cuatro cosillas más ♫.
Erik Satie compuso en 1892 una obra para piano llamada Vejaciones que consiste en una pieza brevísima que se repite 840 veces ♫.
Juan del Vado compuso en el siglo XVII unos cánones donde se debe adivinar el lugar donde entran las voces repitiendo la misma melodía ♫.
Ángel Arteaga compuso en 1958 una pequeña ópera titulada La mona de imitación. En ella, un personaje repite todo lo que hace otro. Al final muere por pelma ♫.
Steve Reich compuso en 1957 una obra llamada Violín fase en la que dos violinistas tocan a la vez lo mismo, pero uno lo hace un poquito más lento, con lo cual se desfasan poco a poco ♫.
Os sugiero que observéis a vuestro alrededor y busquéis cosas que repitan ♫.
Escuchad cualquier música y haced lo mismo. Fijaos bien dónde se repiten las melodías, los fragmentos, los ritmos, los instrumentos. Os llevaréis muchas sorpresas ♫.
Nuestro próximo programa tratará de las relaciones entre MÚSICA Y TEATRO ♫.
Aquí a mi lado, estuvo el mago de la técnica, Carlos Arévalo.
♫ Hasta el próximo día, adiós y adiós, ¡Ah, por cierto! Ya que hemos estado con la repetición, este programa se repite los miércoles.
© Fernando Palacios